El lado más oscuro de Jennifer Lawrence

La historia de Harwicz encuentra en Jennifer Lawrence a una intérprete capaz de llevar el texto a un territorio más oscuro y más humano

Jennifer Lawrence en Die My Love - Cultura
Fotograma de 'Die My Love', la nueva cinta de Jennifer Lawrence.
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La carrera de Jennifer Lawrence siempre ha estado marcada por un carisma feroz y una entrega total en cada papel. Pero con Die My Love la actriz estadounidense cruza un umbral emocional que ya está generando conversación en Hollywood. La película, dirigida por Lynne Ramsay, adapta la novela Matate, amor de Ariana Harwicz y coloca a Lawrence frente a uno de los desafíos interpretativos más exigentes de su filmografía.

Una novela inquietante que llega hasta Jennifer Lawrence

La historia de Die My Love tiene un origen inesperado. Ariana Harwicz escribió Matate, amor bajo la idea de retratar a una madre aparentemente normal en circunstancias también normales. Años después, aquel texto que no buscaba diagnosticar nada terminó convertido en un referente sobre depresión posparto. Sin embargo, su salto a Hollywood adquirió otra dimensión cuando Jennifer Lawrence se interesó por el proyecto y decidió involucrarse también como coproductora.

El guion de Die My Love coloca a Grace —interpretada por Lawrence— y a su marido Jackson, encarnado por Robert Pattinson, en un entorno rural que pronto se transforma en un laberinto emocional. La actriz convierte cada gesto en un mapa del derrumbe interior de su personaje. Un aspecto que ya está siendo destacado tanto por la crítica como por quienes conocen la crudeza de la obra original.

La dirección de Lynne Ramsay aporta a Die My Love una atmósfera asfixiante y sensorial que intensifica la transformación de Jennifer Lawrence. La cineasta, reconocida por su capacidad para retratar el dolor y la violencia emocional, utiliza la casa en el campo como un escenario que condensa todas las tensiones internas de Grace: los silencios, el llanto del bebé, los ladridos de un perro y el eco de una mente que comienza a fragmentarse.

La narrativa lineal se vuelve difusa por momentos, reflejando la pérdida de control que sufre la protagonista. En este territorio, Jennifer Lawrence despliega una interpretación visceral: golpea paredes, se enfrenta a los vidrios, se quiebra en cada silencio y mantiene al espectador en tensión permanente. Su trabajo en Die My Love está siendo descrito como uno de los más intensos y radicales de su carrera.

Un papel que marca un antes y un después en la actriz

El rodaje de Die My Love llegó en un momento especialmente delicado para Jennifer Lawrence. La actriz estaba embarazada de más de cuatro meses de su segundo hijo cuando comenzó la producción. Y ha reconocido que ese estado físico la conectó profundamente con el sufrimiento de Grace. Pero fue durante su propio posparto —que ella misma ha descrito como “mucho más duro” que el primero— cuando comprendió la historia desde un nivel más íntimo.

Póster de Die My Love - Jennifer Lawrence
Imagen promocional con el póster de ‘Die My Love’.
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Esa vivencia personal convierte a Jennifer Lawrence en un espejo de la protagonista y hace que Die My Love trascienda la pantalla. La actriz ha explicado que ver la película ahora le resulta “bizarro”. Al fin de cuentas, puede revisitar emociones y fragilidades que vivió de forma real. La conexión entre su experiencia como madre y el relato de Harwicz es uno de los elementos que Hollywood ya está subrayando de cara a la temporada de premios.

A falta de que la campaña avance, varios analistas ya sitúan a Jennifer Lawrence entre las favoritas para la próxima edición de los Premios de la Academia. Su trabajo en Die My Love reúne todos los ingredientes que suelen acompañar a las grandes interpretaciones: riesgo, desnudez emocional, complejidad psicológica y un compromiso físico extremo.

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