En un año dominado por grandes estrenos y series que acaparan titulares, El largo río de las almas se alza como una de las propuestas más fascinantes y, a la vez, más injustamente ignoradas del panorama televisivo de 2025. Esta miniserie policíaca, con tintes de drama psicológico, se ha convertido en una joya del suspense gracias a su tono sombrío, su retrato humano y su magnetismo narrativo.
A pesar de su calidad incuestionable, El largo río de las almas ha pasado desapercibida para buena parte del gran público. Lo que no hace sino aumentar su carácter de culto.
Un descenso a los márgenes: la Filadelfia que no se enseña
El largo río de las almas se ambienta en los márgenes más oscuros de Filadelfia. En concreto, en el barrio de Kensington, una zona real marcada por la pobreza y la drogadicción. Allí patrulla Mickey Fitzpatrick, una agente de policía con un pasado roto, una vida desestructurada y una ética que se tambalea entre el deber y la redención.
La serie, disponible en Movistar Plus+, no se limita a construir una intriga criminal: ofrece un retrato demoledor y sin concesiones del dolor urbano, de la familia como campo de batalla y del crimen como síntoma de heridas mucho más profundas.
La protagonista, interpretada por una brillante Amanda Seyfried, dota de complejidad y autenticidad a Mickey Fitzpatrick, un personaje atormentado, seco, pero valiente. Seyfried no solo da vida a la protagonista, también ejerce como productora ejecutiva, imprimiendo un sello personal que se nota en cada episodio de El largo río de las almas.
La amenaza invisible: entre la adicción y el asesinato
La desaparición de Kacey, la hermana de Mickey —interpretada con crudeza por Ashleigh Cummings—, es el detonante que impulsa la trama de El largo río de las almas. Kacey es una joven engullida por las drogas, como tantas otras chicas del barrio. Pero cuando comienzan a aparecer cuerpos de mujeres jóvenes asesinadas, todas ellas adictas, la historia toma un giro estremecedor. ¿Está Kacey entre las víctimas? ¿O todavía hay esperanza de encontrarla viva?

El largo río de las almas construye su suspense no solo a través del caso policial, sino mediante el desmoronamiento emocional de su protagonista. La serie, basada en la novela homónima de Liz Moore —quien ha colaborado activamente en la adaptación televisiva—, combina el ritmo narrativo del thriller con el aliento lírico del drama humano. Es esta mezcla la que ha conquistado a los espectadores que se han atrevido a adentrarse en su universo.
No son pocos los que han comparado esta serie con Mare of Easttown, la aclamada miniserie de Kate Winslet. Y no es una comparación gratuita. Ambas comparten el retrato de comunidades cerradas, mujeres rotas y crímenes que funcionan como espejo de las miserias colectivas. Sin embargo, este producto posee una identidad propia. Una identidad marcada por su puesta en escena austera, diálogos directos y una mirada profundamente empática hacia los que sobreviven en la periferia.