Situada en una pequeña isla en medio de la bahía de San Francisco, Alcatraz es mucho más que una antigua prisión: es un símbolo del sistema penitenciario estadounidense y un lugar cargado de historia, que ha aparecido en películas, series y libros. Conocida también como “La Roca”, esta cárcel de máxima seguridad funcionó entre 1934 y 1963, y albergó a algunos de los criminales más peligrosos y famosos del siglo XX. Hoy, su nombre vuelve a ocupar titulares tras el anuncio del presidente Donald Trump sobre su reapertura y ampliación como parte de su política de endurecimiento contra el crimen.
Pero Alcatraz ya era un lugar muy llamativo y famoso desde su descubrimiento por el navegante español Juan Manuel de Ayala en 1775, hasta su transformación en penitenciaría federal, la isla ha servido como fuerte militar, prisión del ejército y faro, siendo incluso el hogar del faro en funcionamiento más antiguo de la costa oeste estadounidense.

Un pasado de aislamiento extremo
La prisión de Alcatraz fue diseñada para alojar a aquellos presos que causaban problemas en otras instituciones penitenciarias. Aquí no se buscaba tanto la rehabilitación, si no el control y el aislamiento. Las condiciones eran duras: celdas de apenas 1,5 metros de ancho, vigilancia constante, una estricta rutina y reglas férreas. Solo se garantizaban los derechos básicos como comida, ropa y atención médica; todo lo demás, como leer, escribir o trabajar, debía ganarse con buen comportamiento.
Durante sus 29 años de funcionamiento, la prisión albergó en total a 1.576 reclusos, pero nunca llegó a ocupar todas sus 336 celdas. Su capacidad máxima fue de 302 internos, lo que permitía un control casi absoluto. Para prevenir motines y fugas, se realizaban hasta trece recuentos individuales al día y seis en conjunto. Aun así, el penal fue testigo de varios intentos de fuga, muchos de ellos frustrados, pero uno de ellos –el protagonizado por Frank Morris y los hermanos Anglin en 1962– quedó inmortalizado por el cine y alimenta hasta hoy el misterio de si lograron sobrevivir o no.
¿Por qué cerró?
A pesar de su fama , Alcatraz fue clausurada en 1963 por una razón muy concreta: costaba demasiado. Operarla resultaba hasta tres veces más caro que una prisión en tierra firme. La constante exposición a la salinidad del mar deterioraba sus instalaciones, lo que requería inversiones constantes en mantenimiento. Fue entonces cuando la isla pasó a ser administrada por el Servicio de Parques Nacionales y se transformó en una popular atracción turística, recibiendo más de un millón de visitantes al año. Hasta ahora cuando Trump la sacado de nuevo a la palestra.
La decisión de Donald Trump
El anuncio de Trump de reabrir y ampliar la prisión ha sacudido tanto al sistema judicial como al público general. En su red Truth Social, el mandatario confirmó que Alcatraz volverá a ser una instalación de máxima seguridad para encarcelar a los delincuentes más peligrosos del país, incluidos inmigrantes con antecedentes penales. Esta medida es parte de un retorno a un enfoque más severo del control de los reclusos.
Aún no se ha detallado cuándo comenzará la reconstrucción ni cuánto costará el proyecto. Sin embargo, Trump dejó claro que varias agencias, entre ellas el Departamento de Justicia y el FBI, estarán implicadas. Aunque su reapertura generaría un gran cambio en la dinámica de turismo de la bahía de San Francisco, para el presidente republicano esta medida simboliza un paso firme hacia “la restauración de la justicia”.