Rosalía en el umbral de ‘LUX’: partituras, club techno y la nueva era que se avecina

La artista catalana ha dejado un rastro críptico de pistas —desde la partitura 'Berghain' hasta vallas de Spotify en Madrid y Nueva York— que anticipan un giro hacia lo clásico, lo electrónico y lo espiritual tras el éxito del disco 'Motomami'

Rosalía, con un rosario en la boca mientras interpreta 'Berghain' en su cuenta de Instagram
Rosalía, con un rosario en la boca mientras interpreta 'Berghain' en su cuenta de Instagram

La expectativa por el regreso musical de la artista catalana Rosalía no cesa. En los últimos días, ha revolucionado las redes y las calles con una serie de pistas que indican el lanzamiento de un nuevo proyecto. Su indirecta más reciente fue la partitura Berghain que apareció proyectada en la fachada del histórico cine Callao en Madrid y en diversas pantallas de Nueva York, como parte de una campaña publicitaria de Spotify. Las imágenes de la partitura encendieron nuevas teorías sobre una próxima canción —o quizá un nuevo álbum completo—.

Rosalía, quien ya había compartido mediante su cuenta de Instagram y en su plataforma de Substack fragmentos de partituras junto al título Berghain, ha escogido esta vía para dejar entrever a sus fans un posible cambio musical en lo que podría ser su próximo disco. Varios medios ya señalan que el proyecto podría titularse LUX. Según su última publicación, el nuevo trabajo buscará sonidos inspirados en la ópera, la música barroca y un universo electrónico muy refinado.

Música clásica y espiritualidad

Los fanáticos de “La Motomami” han analizado con lupa la partitura compartida, y en TikTok se creó rápidamente una tendencia en la que cientos de usuarios la interpretan con distintos instrumentos: guitarra, piano, chelo… El resultado revela un sonido más lírico, envolvente, sugerente de un cambio hacia una propuesta más madura, híbrida entre lo clásico y lo moderno. Para algunos especialistas, es la apertura de un diálogo entre lo barroco, lo electrónico y lo espiritual.

La artista, que rompió fronteras con el pop-flamenco-urbano y la experimentación de géneros, vuelve a demostrar su dominio sobre la narrativa de su propia figura. En los últimos días ha sido vista en París, rodando videoclips en Varsovia, Los Ángeles y otras localizaciones internacionales, lo que alimenta la sensación de que su próxima era es inminente. Además, ha cambiado su foto de perfil en Instagram, eliminado su cuenta de X, y reforzado la campaña visual con vallas y pantallas que muestran códigos como “LUX = LOVE”.

La campaña —vallas de Spotify en Madrid y Nueva York, símbolos lumínicos, la partitura compartida— manifiesta una estrategia de intriga bien orquestada. Según varios comunicados publicitarios, el término “LUX” aparece ligado a la palabra “LOVE” y estilizado como parte de un nuevo universo estético.

Rosalía continúa activa en sus redes sociales, donde anunció un live en su cuenta de TikTok, en el cual se espera la confirmación de su nuevo álbum, además de explicar su repentino cambio en la forma de presentarlo y la relación que tendrá con lo espiritual. Se especula que Berghain será la primera pieza del disco.

El legado de Motomami

Durante su extensa trayectoria, Rosalía se ha consolidado como una de las artistas más escuchadas a nivel global. Su último álbum, Motomami (2022), cosechó elogios unánimes y premios de peso: entre ellos, el Latin Grammy al “Álbum del Año” y el Grammy al “Mejor Álbum Latino Rock o Alternativo”. Gracias a esta obra, Rosalía se estableció como un ícono cultural capaz de influir no solo en la música, sino también en la moda y las nuevas tendencias.

En su cuarta era, lo que se baraja es un libre desprenderse de los moldes anteriores: adiós, al menos por ahora, al reguetón-flamenco-pop tan característico; hola a un terreno más cerebral, clásico, pero sin renunciar al pulso pop que siempre ha marcado su obra.

álbum Motomami

La expectación aumenta con cada pista. El término Berghain no parece elegido al azar: evoca la legendaria discoteca berlinesa, epicentro mundial del techno, y apunta a un posible giro hacia la electrónica más conceptual. A la vez, la palabra LUX —presente en distintas proyecciones y publicaciones— sugiere una nueva identidad visual y sonora: luz, espiritualidad y renacimiento. La artista ha reforzado este misterio con cambios simbólicos en sus redes, como la eliminación de su cuenta de X y la modificación de su imagen de perfil en Instagram, un gesto habitual en sus transiciones de era.

La campaña publicitaria global que ha acompañado estas señales ha tenido un despliegue inusual: proyecciones en la fachada del cine Callao en Madrid, pantallas luminosas en Nueva York y una presencia masiva en los principales espacios urbanos, coordinada con Spotify. Este lanzamiento silencioso, casi litúrgico, combina la estética del arte contemporáneo con la estrategia del marketing digital.

Rosalía
X

Las partituras publicadas por la propia artista bajo el título Berghain han sido interpretadas por miles de fans en redes sociales. Los fragmentos, de estructura armónica clásica y ritmo sincopado, apuntan hacia una fusión inédita entre la ópera, el barroco y la electrónica. Rosalía parece dispuesta a abrir un nuevo diálogo entre lo sagrado y lo profano, entre la pureza de la voz y el pulso industrial de la pista de baile.

Todas las señales sitúan a la artista en un momento de transición creativa. Su legado ya la ha consolidado como una figura clave del pop en español, pero su nueva etapa apunta hacia territorios menos previsibles: lo clásico, lo experimental, lo conceptual. Lo más sorprendente es que, incluso antes de estrenar una sola canción, Rosalía ha conseguido que se hable de su obra en términos de imagen, de símbolos, de códigos. Ha invertido el orden habitual del lanzamiento musical, construyendo primero la conversación estética y emocional. Ahora, con LUX —si ese termina siendo su título—, la catalana parece dispuesta a reinventarse una vez más, a unir lo divino y lo terrenal, y a demostrar que la música puede seguir siendo un acto de revelación.

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