Joan Didion, reportera, guionista y escritora californiana, falleció el 23 de diciembre de 2021 a los 87 años. Ahora, incluso después de su muerte, sus lectores siguen teniendo la posibilidad de descubrir nuevas facetas de su vida.
Ya conocida por retratar la contracultura de 1960 en Estados Unidos, la vida en Hollywood y la historia de California, la autora destacó con El año del pensamiento mágico (2005), obra en la que plasmó la conmoción y el trastorno que sintió por la repentina pérdida de su marido en 2003, el escritor John Gregory Dunne. Esta fue ganadora del National Book Award y finalista del premio Pulitzer.
A ese libro le siguió un segundo volumen de memorias, Noches azules (2011), en el que describió el dolor que vivió tras la muerte de su hija Quintana Roo Dunne por una pancreatitis aguda —tan solo dos años después del fallecimiento de su esposo.
Su obra se convirtió en un clásico del duelo de la literatura contemporánea y Didion pasó a ser admirada y recordada por la firmeza con la que enfrentó su pérdida.
De visitas a un psiquiatra a un libro publicado
Su vida no fue fácil. En diciembre de 1999, cerca de su 65 cumpleaños, decidió visitar a un psiquiatra. Durante aproximadamente un año, registró en un diario cada sesión a la que acudió. Tomó notas de las conversaciones que tuvo ahí, donde abordaba su lucha con la ansiedad, la culpa y la depresión, su relación en ocasiones conflictiva con su hija, y sus reflexiones sobre su propia obra y el legado que dejaría.
“Estaba intentando mantenerla con vida. Porque ella se estaba matando día a día”, es una de las notas escritas por Didion, hallada entre las 150 páginas descubiertas en su oficina por sus albaceas literarios, poco después de su muerte a los 87 años.
Estos escritos inéditos acaban de ver la luz en el libro Apuntes para John, publicado en Estados Unidos el 22 de abril de este año, y llegará a España en julio de mano de Penguin Random House. Este diario parece completar la trilogía de sus libros de duelo, comenzada con El año del pensamiento mágico.
“Es un libro áspero, incompleto, que plantea más preguntas de las que responde, ligeramente sórdido y absolutamente fascinante”, señala la crítica del New York Times de Alexandra Jacobs. Está escrito en primera y segunda persona, captando con tal precisión el diálogo con su psiquiatra “que uno se pregunta si Didion grababa sus sesiones de terapia, como solía hacer a menudo en sus reportajes” o si, por el contrario, se trata de una reconstrucción hábil al estilo del Nuevo Periodismo, corriente de la que fue una gran maestra.
¿Habría querido Didion este libro?
Apuntes para John ha generado un debate sobre si Didion hubiera aprobado el proyecto. Hay quienes opinan que el material estaba cuidadosamente organizado, así como archivado en un pequeño gabinete junto a su escritorio, porque anticipaba que sería recopilado en sus archivos y leído por el público y los académicos.
Lo que es claro es que la cronista del siglo XX, a pesar de haber publicado muchos escritos personales e íntimos, no le contó a su agente, ni a su editorial de la existencia de estas notas, ni intentó que se publicaran durante su vida.
La escritora no dejó instrucciones sobre qué hacer con estas notas, en las que por primera vez se desahogó acerca de temas tan personales como delicados. Sin embargo, la publicación del libro en Estados Unidos coincide con la apertura al público del extenso archivo de Didion y Dunne, adquirido por la Biblioteca Pública de Nueva York.