GUERRA EN UCRANIA

Una semana clave para Zelenski: entre presiones de Trump y la trampa de Putin

El presidente ucraniano viaja a Washington con el respaldo de líderes europeos mientras Putin propone congelar la guerra a cambio de quedarse con parte del territorio

Ucrania se juega esta semana más que un encuentro diplomático. La reunión prevista este lunes en Washington entre Volodímir Zelenski y Donald Trump llega en un momento en el que Moscú ha puesto sobre la mesa una oferta de alto el fuego que supondría la cesión de parte del territorio ucraniano.

Una cita bajo presión

El viaje de Zelenski a Estados Unidos no se entiende sin la presencia de sus aliados europeos. Emmanuel Macron, Giorgia Meloni y Ursula von der Leyen acompañarán al presidente ucraniano en su visita a la Casa Blanca. Lo hará también el primer ministro de Finlandia, y el del Reino Unido y Alemania. Todo un ejército europeo para intentar, por cuarta vez en menos de una semana, influir sobre la posición del magnate.

La imagen no es un gesto protocolario: se trata de una estrategia calculada para reforzar su posición ante Trump y evitar que el presidente estadounidense negocie directamente con Putin a espaldas de Kiev.

La delegación conjunta busca enviar un mensaje: la cuestión ucraniana no es bilateral entre Washington y Moscú, sino un problema europeo que afecta a la seguridad del bloque. La presencia de Mark Rutte, secretario general de la OTAN, completa la foto.

El trasfondo es claro. Trump, que ya en Alaska escuchó con interés la propuesta rusa de congelar la guerra, llega a esta cita con una posición ambigua. Sus declaraciones recientes han dejado abiertas dos posibilidades: aceptar el plan de Putin como vía rápida para frenar el conflicto o mantener el compromiso con la integridad territorial de Ucrania.

La propuesta rusa

El plan de Putin es explícito: reconocimiento de Donetsk y Luhansk bajo control de Moscú, congelación de las líneas de frente en el sur -incluidos los territorios ocupados en Zaporizhzhia y Jersón- y a cambio, Zelenski conseguirá un alto el fuego inmediato.

Desde Kiev, la respuesta ha sido categórica. Zelenski ha insistido en que no habrá paz a costa de concesiones territoriales. En su opinión, aceptar la propuesta equivaldría a validar la invasión rusa y debilitar cualquier principio de soberanía en el derecho internacional. Y en este sentido, cabe recordar que la cesión de territorio o fronteras a favor de Rusia es un punto al que Zelenski se niega desde que comenzó la guerra hace casi 3 años.

En Moscú, la lectura es distinta. Los portavoces del Kremlin han celebrado que Trump haya mostrado disposición a considerar el plan, interpretándolo como un signo de que el tiempo juega a favor de Rusia.

La posición de Trump

El papel del presidente estadounidense se convierte en la variable decisiva. Trump no oculta su voluntad de alcanzar un acuerdo rápido que pueda presentar como logro en política exterior. Pero esa rapidez choca con las demandas de Kiev y con la estrategia de Bruselas -con llamas durante toda la semana pasada- que teme que cualquier concesión a Moscú fragmente la unidad occidental.

La pregunta ahora es si Trump está dispuesto a mantener el compromiso con Kiev o si, presionado por el Kremlin, optará por priorizar un acuerdo inmediato aunque sea a costa de Ucrania.

La estrategia de Zelenski

Para Zelenski, el reto es doble. Por un lado, necesita garantizar que Estados Unidos no sustituya a Ucrania como principal actor en la negociación. Por otro, debe reforzar la imagen de cohesión con la Unión Europea y la OTAN para mostrar que no está aislado.

El presidente ucraniano llega a Washington con la convicción de que el frente militar no puede sostenerse sin apoyo exterior. Los últimos meses han mostrado una guerra de desgaste en la que Rusia mantiene la iniciativa en el este y Ucrania resiste con recursos limitados. Cualquier debilitamiento en el respaldo internacional tendría un impacto directo en el campo de batalla. 

Europa se juega su papel

La visita también pone a prueba a Europa. Macron y Meloni quieren aparecer como interlocutores válidos para contener a Trump, mientras Von der Leyen busca reforzar el papel de la Comisión como garante de la ayuda financiera. La OTAN, por su parte, necesita asegurar que la defensa de Ucrania sigue siendo una prioridad estratégica.

Si Trump se inclina por la propuesta rusa, el bloque europeo afrontará el dilema de mantener el apoyo a Kiev o adaptarse a un escenario impuesto desde Washington y Moscú. En ese caso, la fractura en la política de los Veintisiete ya sería del todo inevitable.

Una semana decisiva

Lo que ocurra en Washington marcará un punto de inflexión. Si Trump respalda la integridad territorial de Ucrania, Zelenski podrá presentarlo como un éxito y ganar tiempo para reforzar su resistencia. Si, por el contrario, se muestra favorable al plan de Putin, Kiev enfrentará un aislamiento peligroso y la guerra entrará en una nueva fase.

En esta semana no se mide sólo la fuerza militar de Ucrania -cada vez más desgastada- sino su capacidad de seguir siendo sujeto político en la negociación internacional.