En 2025, el nombre de Alicia Sánchez se ha convertido en una referencia indispensable para entender la transformación interna de la Guardia Civil. Con más de treinta años de trayectoria y una vida profesional marcada por la defensa de la igualdad, Sánchez es hoy la única mujer guardia civil que forma parte del recién constituido Consejo de la Guardia Civil. Un órgano que marca el rumbo de la institución y define sus grandes decisiones estratégicas. Su presencia simboliza un cambio cultural que aún avanza con lentitud. Pero que encuentra en figuras como ella una voz firme, experimentada y necesaria.
Alicia Sánchez y el peso de una trayectoria que abrió camino
Hablar de Alicia Sánchez es recorrer tres décadas de servicio marcadas por la constancia y por un compromiso que ha trascendido sus funciones operativas. Entró al cuerpo con solo 19 años y lo hizo en una época en la que el acceso y la permanencia de las mujeres en la institución implicaban una resistencia cotidiana.
A lo largo del tiempo, se ha enfrentado a situaciones que hoy resultarían impensables. Ella misma ha relatado cómo llegó a verse “con un pie en una prisión militar” por presiones de superiores. Una muestra del clima adverso que muchas pioneras tuvieron que soportar en silencio. Ese mismo recorrido es el que hoy da profundidad a su voz, convertida en una de las más influyentes dentro del cuerpo.
Como secretaria de Mujer e Igualdad en la AUGC, Alicia Sánchez ha centrado su labor en denunciar las desigualdades que todavía persisten y en combatir cualquier forma de discriminación simbólica o normativa. Ha defendido con firmeza que el lenguaje institucional debe visibilizar a las mujeres y no diluir su presencia.
Su oposición al uso de expresiones como “personas gestantes” o “personas menstruantes” dentro de documentos oficiales no nace de una postura ideológica, sino de una convicción profesional: las normas deben nombrar con claridad a quienes afectan. Y, en cuestiones de embarazo, maternidad o menstruación, la mayoría de las afectadas son mujeres del cuerpo.
Una representación importante
El pasado 13 de noviembre quedó constituido el nuevo Consejo de la Guardia Civil. Un espacio donde se debaten y deciden las condiciones laborales, la política de personal y el futuro organizativo de la Benemérita. En esta nueva etapa, Alicia Sánchez es la única mujer guardia civil sentada en la mesa.
Ese hecho, aparentemente simbólico, es mucho más que una anécdota. En un órgano que influye en la vida profesional de decenas de miles de agentes, su presencia incorpora un punto de vista a menudo ausente: el de las mujeres que siguen encontrando techos invisibles, desigualdades operativas y un acceso desigual a los puestos de responsabilidad.
Su papel en el Consejo convierte a Alicia Sánchez en una portavoz natural de quienes aún no tienen voz en esos espacios. Y al mismo tiempo, su participación obliga a la institución a mirarse desde un espejo más honesto, más representativo y más acorde con la realidad social española.