La dificultad que supone conciliar la vida personal con la laboral siendo militar, la dura misión que fue combatir el COVID-19 o la especial conexión que existe entre la Unidad Militar de Emergencias (UME) y la sociedad civil son algunos de los temas de los que Artículo14 conversa con la Cabo Águeda García Suarez.
La militar, que desde 2022 presta sus servicios en el Centro de Telecomunicaciones fijo del Cuartel General de la UME en Torrejón de Ardoz, ingresó en las Fuerzas Armadas en 2009. Tras 16 años de experiencia en una de las unidades más reconocidas, en donde actualmente proporciona al Mando y al citado Cuartel General las capacidades de mando, control, telecomunicaciones e información necesarias para dirigir y controlar las operaciones que se les asignen, la cabo explica que la única “espinita” que tiene clavada es no haber participado en una misión en el extranjero.
Pregunta: ¿En qué año ingresó en la UME y qué labor desarrolla en ella? ¿Le es difícil realizar dicha tarea?
Respuesta: Llevo 16 años en la UME, ha sido mi único destino. Primero estuve en Zaragoza, en el Cuarto Batallón de Intervención en Emergencias, después pasé por el Primer Batallón de Intervención en Emergencias y ahora llevo tres años en el BTUME (Batallón de Transmisiones de la Unidad Militar de Emergencias).
Con respecto a la dificultad que puede suponer esta labor, yo soy madre y me las tengo que apañar con el padre para poder desarrollarla, pero hoy por hoy lo he llevado y lo sigo llevando bien.
P: Han transcurrido 20 años desde que se creó la UME. ¿Qué se perderían o de que servicios carecerían los españoles de no existir esta unidad?
R: Cuando la población civil nos ve, sí es cierto que se siente más arropada. Esto es algo que también me han comentado compañeros de la unidad. El agradecimiento es constante en cuanto llegamos a los lugares en los que se despliega la misión, sobre todo a través del cariño que nos dan con los aplausos; eso es bonito.
P: ¿Por qué motivo cree que ha surgido esa cercana conexión entre la sociedad civil y la UME?
R: Los medios de comunicación han hecho que nuestro trabajo sea más visto por la sociedad. Ahora, por ejemplo, se sabe que la UME está en Chile, está luchando contra el COVID, contra la DANA o la Filomena.
P: ¿Ha habido alguna misión que le ha infundado más respeto que otras?
R: La desplegada contra el COVID ha sido la más complicada porque hemos visto cadáveres in situ, así como a gente muy afectada en IFEMA. Gente a la que has visto en persona y no solamente a través de una cámara.
P: Algunos de sus compañeros han participado con otras ramas de la Fuerzas Armadas en misiones en el extranjero. ¿Le gustaría participar en alguna de ellas?
R: A mí me encantaría, es una espinita que tengo clavada. Me da envidia sana lo que cuentan los compañeros, las cosas como son. En la UME, si se puede decir así, lo malo es que no se sale en misiones al extranjero como en las que participan los Ejércitos de Tierra, del Aire o la Armada.
P: ¿Es algo a lo que aspirar como militar?
R: No es que sea una aspiración como tal, pero sí que cuando lo hablo con mis compañeros es una experiencia que me gustaría mucho vivir.


