La conciliación en las Fuerzas Armadas es un tema “muy complejo”. Y lo es, según el Observatorio de la Vida Militar, porque la operatividad de las unidades, la disponibilidad del personal y el compromiso con el servicio “pueden entrar en conflicto con la vida familiar”.
Tal y como refleja la última Memoria-Informe publicada el pasado viernes por este órgano asesor de las Cortes Generales, de los 116.739 efectivos en activo que componen las Fuerzas Armadas, 29.976 (un 25,84%) se acogieron a una medida de conciliación en 2024. De ellos, 24.430 fueron hombres y 5.546 mujeres. Una cifra que supuso un incremento del 2,9% en comparación con 2023, ya que ese año fueron 29.111 los beneficiados.
Si se toma como referencia el número total de efectivos masculinos (101.448) y femeninos (15.291) de las Fuerzas Armadas, a nivel porcentual esto se tradujo en que un 24% de los hombres disfrutaron de las medidas de conciliación, mientras que las mujeres lo hicieron en un 36,2%.
La memoria que analiza los datos de 2024 desglosa todas las medidas de conciliación implementadas por tipo y categoría. En este contexto, y al hacer una comparación global con los datos incluidos en el pasado informe del año 2023, se observa un incremento de casi 1.100 efectivos que se han beneficiado de estas medidas.
Respecto a los tipos concretos, destaca que las medidas de conciliación más acogidas fueron por fallecimiento, enfermedad grave (13.271) o los permisos de lactancia (3.000). Sobre los primeros, 11.027 beneficiaron a hombres y 2.244 a mujeres; en relación a los segundos, 2.533 beneficiaron hombres y 467 a mujeres. Asimismo, cabe destacar que estas medidas ayudaron en 11 ocasiones a mujeres víctimas de violencia de género, algo que se tradujo en una reducción de jornada para ellas.
El Ejército de Tierra, líder en conciliación
Aunque desde el inicio del seguimiento de las medidas de conciliación “siempre” ha existido una diferencia “muy acusada” entre las acogidas por hombres y por mujeres en el Ejército de Tierra, el informe del Observatorio indica que esta brecha se ha ido reduciendo, pero aún se mantuvo una distancia apreciable de 12 puntos en 2024.

Con respecto a la Armada, en 2024 se mantuvo estable el número de medidas de conciliación acogidas por parte de los hombres, aumentándose ligeramente las acogidas por las mujeres. Ello, fundamentalmente, se debió al incremento en oficiales y suboficiales femeninas, manteniéndose estable en el de tropa y marinería.

Después de una tendencia a la baja hasta el año 2023 en el disfrute de las medidas de conciliación, en el año 2024 hubo un ligero cambio de tendencia al alza en el Ejército del Aire. Además, se redujo significativamente la brecha en el porcentaje global entre hombres y mujeres que concilian, la cual pasó de 22 puntos en el año 2020 a siete en 2024.

También se hace una mención a la Unidad Militar de Emergencias. Desde el año 2020 se ha ido reduciendo la gran brecha que existía en el porcentaje de hombres y mujeres que concilian, llegando a igualarse en el 2024.

“Las medidas generan una carga de trabajo adicional”
La memoria del Observatorio de la Vida Militar incluye varias apreciaciones de las Fuerzas Armadas sobre las medidas de conciliación. Si bien, por lo general, estas “tienen efectos positivos al mejorar el bienestar y la moral del personal” y son “eficaces y útiles para el personal que se acoge a ellas”, hay ciertos planteamientos que invitan a una revisión.
Sobre las medidas de conciliación concedidas en el Ejército de Tierra, destaca el informe, estas “generan una carga de trabajo adicional que es asumida por aquel personal que no disfruta de las mismas, al no existir aumentos de plantilla para suplir las consecuencias operativas de la aplicación de dichas medidas”. A lo que añade: “La desigualdad en la asignación de servicios genera cierta sensación de agravio entre los componentes de la unidad afectando a su cohesión”.
Si se observan las apreciaciones procedentes del Ejército del Aire, ahí se subraya que las medidas de conciliación actuales “no se conjugan convenientemente con la prestación de servicio a turnos” debido a que la plantilla “no está pensada ni dimensionada para tener parte de su personal disfrutando de ciertas medidas de conciliación”.


