Ahora que se acerca una nueva edición del Mutua Madrid Open, la de 2025, es el momento de repasar una de las más polémicas, la de hace dos años, concretamente en 2023, la cuál saltó a la palestra por una gran multitud de comportamientos sexistas que pusieron el grito en el cielo y generaron mucha controversia. Aunque eso sí, de cara al curso siguiente, 2024, la organización tomó nota y evitó que fuera un problema de nuevo, con unos comportamientos mucho más abiertos, pero eso no quita que lo que se viviera en aquel momento en la Caja Mágica fuera una situación muy complicada que provocó una ola de críticas por su tratamiento hacia las jugadoras, desatando una tormenta mediática que sacó a relucir posibles desigualdades de género.

Silencio en la pista: las campeonas no pudieron hablar
Una de las polémicas más sonadas estalló tras la final de dobles femenino. Las campeonas, Victoria Azarenka y Beatriz Haddad-Maia, junto con las finalistas Coco Gauff y Jessica Pegula, esperaban tomar la palabra durante la ceremonia de trofeos, como es costumbre en cada torneo. Sin embargo, se encontraron con un detalle inusual: no había micrófono. La ceremonia se limitó a una sesión de fotos, sin discursos ni agradecimientos.
“Jamás pensé que no podríamos hablar tras una final”, expresó Pegula días después. Gauff, visiblemente molesta, alertó del riesgo de que este tipo de decisiones sienten un precedente peligroso en torneos futuros. Mientras tanto, en las finales masculinas –tanto en individuales como en dobles– sí se permitió a los jugadores dirigirse al público. Ni la organización ni los responsables del evento ofrecieron en ese momento una explicación pública.
Días más tarde, Gerard Tsobanian, CEO del torneo, reconoció el error y pidió disculpas a las jugadoras implicadas y al público: “Fue inaceptable y nos hemos disculpado directamente. Nos comprometemos a revisar nuestros protocolos para que no vuelva a ocurrir”.
Tarta para él, tarta para ella: ¿una metáfora del trato desigual?
El incidente del micrófono no fue el único que levantó cejas. Un par de días antes, el torneo había celebrado los cumpleaños de Carlos Alcaraz y Aryna Sabalenka. Ambos recibieron tartas, sí, pero el tamaño de las mismas generó un debate en redes sociales. La del tenista español era de varios pisos, sostenida por varias personas, mientras que la de Sabalenka fue considerablemente más modesta. Aunque pueda parecer anecdótico, muchas voces, incluida la de la propia tenista, interpretaron la diferencia como una muestra simbólica del trato desigual que reciben mujeres y hombres en el circuito.
Recogepelotas o modelos: otra decisión polémica
El tercer foco de críticas vino por la elección del equipo de recogepelotas. En los partidos masculinos, el Mutua Madrid Open sustituyó a los tradicionales recogepelotas por modelos femeninas con uniformes llamativos: faldas cortas, tops que dejaban el abdomen al descubierto y gorras. Mientras tanto, los recogepelotas en los partidos femeninos vestían de manera estándar.
Organizaciones feministas y figuras institucionales no tardaron en calificar esta decisión como un retroceso. La secretaria de Estado de Igualdad, Soledad Murillo, criticó duramente el enfoque del torneo, señalando que estas prácticas fomentan una imagen cosificada de la mujer. Desde la Asociación Española de Mujeres en el Deporte Profesional también se alzó la voz: “Es una forma de violencia machista tan normalizada que apenas se detecta”. De hecho, a raíz de la polémica, y de la presión mediática, los organizadores modificaron los uniformes de las modelos para la final masculina, optando por una vestimenta más recatada.