Partamos de la base de que ningún partido político quiere gobernar en coalición. Es una obviedad. Y más comprobando cómo fue el primer Ejecutivo de este tipo en nuestro país con Podemos. Por ello, hace justo una semana durante el congreso nacional del PP, Alberto Nuñez Feijóo verbalizó lo que parecía un deseo: “Sólo hay dos opciones: o Sánchez o yo. Y yo quiero un Gobierno en solitario. El único gobierno en coalición que ha habido hasta la fecha no ha funcionado y yo no quiero darle a mi país los mismos espectáculos que vemos cada martes en el Consejo de Ministros”, afirmó.
Un deseo que, desde la dirección nacional, quisieron elevar a categoría de compromiso durante las horas siguientes: “No habrá un gobierno del PP con ministros del PSOE, como dice VOX, y no habrá un gobierno del PP con ministros de VOX, como dice la izquierda” explicaban desde Génova 13, cerrando la puerta a un hipotético gabinete con los de Abascal.
Desde la cúpula niegan ahora que hayan dicho que se “plantearían repetir las elecciones” si llegado el momento los números hiciesen inevitable que Abascal entrase en el Ejecutivo, pese a que así lo sugirieron fuentes populares el pasado lunes. “Yo eso no lo he oído y espero no oírlo”, dijo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sobre esta cuestión. La repetición electoral no sería una opción bajo ninguna circunstancia.
Abascal al PP: “Pues que consigan los votos”
La realidad es que, en la sede de VOX, creen que Feijóo está cometiendo el mismo error que en las últimas elecciones generales: “El PP se ha creído tanto el momento preelectoral que ellos solos se han metido en el debate de si van a gobernar con nosotros o no”, dicen la cúpula de Abascal. “Están volviendo a cometer el mismo gigantesco error del 23-J, no han aprendido nada. Se están repartiendo los sillones, están hablando de gobiernos cuando no han sido ni siquiera capaces de presentar una moción de censura para desalojar este gobierno”, critican desde el entorno más cercano del líder de VOX.

Tal y como adelantamos en Artículo14, desde VOX no tienen especial interés en gobernar en coalición con Feijóo. “Todo dependerá de los números, de las urnas”, explican. Hace ya tiempo que Abascal asegura que podrían llegar a un acuerdo si se “respetan” los “principios” de su partido: “Si nuestros principios están recogidos en un acuerdo de gobierno, podremos llegar a un acuerdo de investidura y de gobierno”, explican en la dirección. Es decir, políticas y no sillones.
Que esto se haga realidad sólo depende de Feijóo. En las próximas generales el PP debe conseguir sumar más que toda la izquierda. “Unos 155 escaños es la clave”, explican en los cuarteles generales de PP y VOX. Esto no es una novedad. Cada vez hay más voces dentro de VOX que piden no gobernar en una hipotética coalición con Feijóo.
VOX gana más en la oposición
“Lo ideal sería convertirse en la oposición a ese Gobierno con la idea de seguir creciendo en legislaturas futuras”, explican estas fuentes. “Sería aprender de Podemos y Sumar que, como peces pequeños, han terminado engullidos por el pez grande”, reflexionan. Desde la sede de VOX recuerdan el caso de Portugal. Allí, el partido de ultraderecha Chega se convirtió en tercera fuerza política el pasado mes de mayo. Su líder, André Ventura -que es íntimo amigo de Abascal-, transmitió al presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, que su fuerza facilitaría “estabilidad”, marcando líneas rojas programáticas.

Esto mismo podría ocurrir en España si los números lo facilitan. El PP tiene que conseguir un número de escaños mayor a toda la izquierda junta y VOX poder justificar ante los suyos no entrar en el Ejecutivo. Los de Abascal siempre utilizan la misma teoría. La misma balanza. Recordemos lo que ocurrió en el año 2022, con el que fue vicepresidente de Castilla y León, Juan García Gallardo. VOX no quería entrar en el Ejecutivo del popular Alfonso Fernández Mañueco, pero no pudieron justificarlo porque sacaron más escaños de lo previsto.
“A río revuelto, ganancia de VOX”
Ante las cámaras, Abascal ha respondido a Feijóo tras sus declaraciones sobre el compromiso de gobernar en solitario: “El señor Feijóo no va a tener ministros de VOX, quiere que su gobierno sea una coalición con el partido socialista. Me parece legítimo que aspire a eso. Pero debe decirlo claramente. Lo que no se puede es seguir estafando”. Abascal se basa en que Feijóo también ha asegurado que no habrá cordón sanitario a VOX para buscar pactos legislativos, pero tampoco al PSOE: “Con el Sanchismo no se puede acordar. Eso no significa renunciar para siempre a que este país recupere los consensos en los asuntos que lo requieren”, ha llegado a verbalizar Feijóo. Abascal se agarra a esta frase como a un clavo ardiendo para arremeter contra el líder popular.
Así, desde el partido de Abascal creen que el líder popular comete el error de querer “pescar” votos a derecha e izquierda: “Hay un votante de Abascal que nunca volverá al PP: creen que son el PSOE azul. El apoyo a VOX es sólido y generacional. Somos la primera fuerza entre los jóvenes”, piensan firmemente en VOX. Datos internos de la formación aseguran estar por encima del 16% en intención de voto. Su máximo histórico. “A río revuelto, ganancia de VOX”, bromean en la formación. Es así, hay una parte del voto hacia Abascal que es “de castigo”, es un voto “visceral”.
Feijóo: “Se acabó la piedad contra Sánchez”
Precisamente visceralidad no ha faltado esta semana. El líder del PP ha dado un salto cualitativo en su ataque contra el presidente del Gobierno. Ha ido a por todas. Feijóo, por primera vez, ha cruzado una línea roja (la familiar) y ha hecho insinuaciones sobre las actividades del suegro de Pedro Sánchez: “¿De qué prostíbulos ha vivido usted? Ha sido partícipe a título lucrativo y ahora quiere prohibirla”, verbalizó durante la sesión en el Congreso de los Diputados. Él mismo redobló la apuesta segundos después: “Participó del abominable negocio de la prostitución”, dijo el líder popular.
Fuentes de Génova 13 aseguran “la posibilidad de hablar de los prostíbulos del suegro del Presidente siempre estuvo ahí”, pero la decisión la adoptó Feijóo teniendo en cuenta el devenir del debate en la Cámara Baja. No estaba previsto desde hace días utilizarla. Sánchez sacó a relucir la foto (de 1995) de Feijóo con el narcotraficante Marcial Dorado y, entonces, este disparó con el pasado de su familia.
Lejos de ser un desliz, desde el partido han escalado aún más y han exigido explicaciones al Gobierno en las Cortes sobre el uso de inmuebles públicos utilizados como prostíbulos por el suegro de Sánchez. “No puedo aceptar lecciones de moralidad desde la inmoralidad”, sentenciaba Feijóo. El entorno familiar siempre había sido una línea roja para el líder gallego. De hecho, no se llamó a la mujer del presidente del Gobierno a la Comisión de investigación en el Senado por considerarlo “inmoral”.
Si con su compromiso de no gobernar con VOX, Feijóo pretende evitar que se active el voto de la izquierda y atraer a un electorado más “moderado”, en los últimos días con este salto cualitativo ha atraído a parte del electorado más duro de la derecha. Aquellos que exigían una oposición sin cuartel. Es un difícil equilibrio porque, como todo en la vida, cuando tiras de un lado, descuidas el otro.