Yolanda Díaz logra sacar cabeza en un momento de máxima preocupación ante el riesgo de que la corrupción que salpica al PSOE pudiera arrastrar a sus socios de Gobierno. La vicepresidenta segunda, tocada en lo personal por el fallecimiento de su padre, Suso Díaz, subió a la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados el miércoles para ejercer de portavoz de su grupo y dar la réplica a Pedro Sánchez durante su comparecencia para explicar el caso Santos Cerdán y las medidas anticorrupción que propone.
“El liderazgo se demuestra en los momentos difíciles”, afirma un dirigente de Movimiento Sumar, “y Yolanda hizo una de sus mejores intervenciones” en un momento particularmente complejo. Ejerció como escudera de Sánchez, combinando su agradecimiento y su reconocimiento a la honradez del presidente con la exigencia de avanzar en lo social. Y arremetió con dureza contra el PP de Alberto Núñez Feijóo.
En su partido, integrado en la coalición Sumar, hay cierta euforia por cómo ha resuelto -de momento- la peor crisis para sus socios. Sánchez no comunicó previamente a sus aliados parlamentarios las medidas que presentaría ante el pleno el miércoles, pero sí informo del detalle a sus socios de Gobierno la noche antes. En sus filas hay quienes interpretan que su destino ha quedado ligado al del presidente, pero aún así confían en que las investigaciones que sigan aflorando no supongan una escalada de la causa que les lleve a replantearse sus posiciones.
Ha habido varios giros hasta llegar a este punto. Al shock inicial ante el estallido del caso Cerdán le siguió la advertencia de Díaz de que unos plausibles indicios de financiación irregular supondrían el fin. Después llegó la reunión de la coalición PSOE-Sumar, el pasado jueves, con una escenificación de hasta ocho portavoces de los distintos partidos de Sumar que no se entendió, como reconocen varios dirigentes del partido de Díaz.
Básicamente cargaron contra el PSOE, sin desvelar detalles de las más de dos horas de reunión que habían mantenido. Una parte de los dirigentes de este espacio manifestaban ya entonces que la sangre no llegaría al río y que los socialistas comprarían buena parte de sus exigencias, a pesar de que se hubiera optado por esta forma de marcar distancias con sus socios. Hoy presumen de que 9 de las 15 medidas adoptadas por Sánchez llevan su sello.
Hay cierto alivio en el partido de la vicepresidenta segunda después de un curso político malo, en el que apenas han podido vender avances legislativos, y en el que no han dejado de caer en las encuestas. En el último CIS, publicado este viernes, pasan del 7,2% al 7,8% de intención de voto, pero en el marco del descalabro del PSOE -pierde siete puntos- con la crisis abierta por la supuesta corrupción de Cerdán, que va camino de cumplir dos semanas durmiendo en la cárcel de Soto del Real.
Las novedades del caso Koldo han generado un seísmo en el socio mayoritario y han monopolizado la agenda pública, pero la cumbre de la OTAN de finales de junio podría haber generado enormes tensiones entre PSOE y Sumar. Lograron esquivar esa bala.
Los de Díaz celebraron cómo Sánchez jugó sus cartas con la Alianza Atlántica. Y los ataques de Donald Trump sirvieron para que pasase casi desapercibido cómo aspira el Ejecutivo a cumplir con los objetivos de la Alianza sin invertir más del 2,1% del PIB en defensa -los aliados acordaron subir hasta el 5% en 2035-. Ya han disparado el gasto en 10.500 millones para este ejercicio (desde el 1,4%), y saben que Podemos seguirá desgastándolos por este flanco.

Además, Díaz prepara una traca final que pasa por impulsar la reducción de la jornada laboral, su medida estrella, forzando que el pleno escoba del 22 de julio acoja el debate de totalidad, el momento más delicado de la tramitación. Junts per Catalunya, Vox y ERC han registrado enmiendas para tumbar el proyecto de ley en la Cámara Baja, pero son los 7 votos del partido de Carles Puigdemont lo que realmente preocupa a la vicepresidenta.
Distintas fuentes de Sumar afirman que las negociaciones con Junts apuntan a un acuerdo por el que retirarán su enmienda de totalidad, permitiendo que la norma supere esta fase y haciendo que cierren el curso político con una victoria. Oficialmente, el equipo de la vicepresidenta insiste en que siguen negociando, sin dar detalles.
La segunda vía de actuación tiene que ver con la previsible presentación de un real decreto ley con los permisos que Díaz y su espacio llevan intentando impulsar desde la pasada legislatura. Su aspiración es que el decreto ley pase por la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos (CDGAE) y después sea remitida a la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios (CGSEYS) en las próximas dos semanas, a más tardar.
Para su aprobación en el último Consejo de Ministros antes de las vacaciones (29 de julio) y su entrada en vigor este mes, el último del curso político antes del parón estival. Forzaría así la convocatoria de un pleno extraordinario a finales de agosto para convalidar el real decreto ley, y requeriría necesariamente del aval del PSOE para su aprobación en Consejo de Ministros. En Sumar dejan ver que lo dan por hecho.
Esta y otras cuestiones serán abordadas por el máximo órgano de dirección de Movimiento Sumar, el Grupo Coordinador, que se reunirá este sábado a partir de las 11 horas. Se trata de una reunión ordinaria, agendada desde hace tiempo, con la que esperan cerrar el curso político. Y en la que no hay previsto que trasciendan grandes novedades.
Bustinduy, el ministro mejor valorado
Díaz, que en su día fue la ministra mejor valorada de la coalición, vuelve a suspender en el último barómetro del CIS con un 4,25, la nota más baja entre los ministros de Sumar. Quien sigue al frente de esta clasificación es Pablo Bustinduy, ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, que ya sacaba cabeza en anteriores estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Bustinduy logra un 5,13, por delante de Carlos Cuerpo, con un 5,04. Desde hace meses, el ministro de Derechos Sociales ha multiplicado su presencia en actos de Más Madrid, pero además se ha dejado ver con la exalcaldesa de Barcelona y líder histórica de Los Comunes, Ada Colau.
Suena como posible relevo de la vicepresidenta al frente del espacio, y de hecho varios partidos reconocen que verían esta opción con buenos ojos. Díaz, que aspira a recuperar su capital político con la aprobación de la reducción de jornada, no ha aclarado sus intenciones de cara a los últimos comicios. Bustinduy tampoco ha dado pasos en esta dirección, por lo que el escenario aún no está claro.
Los partidos de Sumar exigen no bajar la guardia
Distintos partidos de Sumar, sin embargo, rebajan la euforia de la formación de la vicepresidenta. Reclaman al PSOE “concretar” cuanto antes las medidas anticorrupción ya anunciadas, pero también las iniciativas sociales pendientes e incluidas en su acuerdo de coalición, para lograr ese “reseteo” de la legislatura. Y para que las palabras de Sánchez no se queden en “un brindis al sol” que simplemente les permita llegar vivos hasta agosto.
“Estamos apretando en todos los sentidos”, aseguran. Antonio Maíllo, líder de IU, plasmó como nadie este llamamiento público a no echar las campanas al vuelo. Lo hizo cuando aplaudió la comparecencia de Sánchez aludiendo a un “principio de confianza” en sus socios y a su “moderado optimismo”. En el conjunto del espacio se asume que el miércoles fue un día “bueno” para sus siglas, pero insisten en que es necesario que el PSOE cumpla con lo pactado: “Nos la jugamos todos”, advierten.

Podemos marca distancia en Andalucía y Castilla y León
Por otro lado, a la dureza discursiva exhibida con Sánchez por la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, se une su decisión de marcar distancias con Sumar. En Andalucía, donde Podemos, Movimiento Sumar, IU y otras fuerzas siguen compartiendo grupo parlamentario, todas las organizaciones menos la morada ya están trabajando para articular una candidatura, con la idea de dar pasos decisivos desde septiembre.
“Vamos tarde”, aseguran desde los partidos aliados. IU, la fuerza con más peso en esta comunidad autónoma, dio de plazo a los de Belarra hasta el 30 de junio para aclarar si aspiran a una candidatura conjunta. Esta puerta sigue abierta, explican, pero si Podemos decide sumarse tendrá que respetar los acuerdos que hayan adoptado hasta ese momento.
La cúpula de Belarra es quien tiene en su mano autorizar o bloquear los pactos, si bien la dirección morada en la región se muestra favorable a una candidatura de unidad para las elecciones, que salvo sorpresa se celebrarán en 2026. El segundo territorio en el que están previstos los comicios es Castilla y León, donde Podemos tiene aún un procurador, Pablo Fernández, secretario de Organización y coportavoz del partido.
Su sucesor como coordinador autonómico, Miguel Ángel Llamas, afirmó recientemente que “no hay ningún contacto a nivel autonómico con Izquierda Unida y Sumar”. En una entrevista en El Español, no cerró la puerta a un entendimiento, pero afirmó que están listos para salir “en solitario”. “Me importa poco sacar 0, 3 o 10 procuradores. Lo que quiero es sembrar para cambiar las cosas en Castilla y León”, afirmó en su perfil en X. No se espera que la convocatoria se sustancie hasta dentro de varios meses, pero no hay ningún acercamiento hacia un pacto que permita esquivar la penalización de la ley electoral por concurrir separados. En Madrid, las cúpulas de sus organizaciones lo saben.
