Costó meses, pero España consiguió encumbrar a Nadia Calviño como presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Tomó el cargo el 1 de enero de 2024, hace ya casi dos años. Madrid veía en esta maniobra la oportunidad de aumentar su influencia en las grandes instituciones europeas. No es para menos: el BEI habrá movido solo este año 95.000 millones de euros en inversiones, y se ha convertido en uno de los principales acicates para las políticas comunitarias de industrialización y armamento. Lo que no se esperaba la exvicepresidenta y exministra española de Economía es que en el BEI se encontraría con una herencia envenenada.
Sucedió en diciembre de 2024. El reputado medio Follow The Money publicó varios reportajes en aquel mes tras una investigación de cinco meses. Sus revelaciones fueron de calado. El presidente saliente del BEI, el alemán Werner Hoyer, había incentivado una cultura laboral tóxica, plagada de favoritismos con varios administradores de la institución, opulentos gastos en dietas y transportes y una vista gorda con puertas giratorias de antiguos directivos que dejaban la entidad y acababan recalando, meses después, en empresas que habían recibido préstamos del banco comunitario.
El ejemplo más sonado fue el del exvicepresidente del BEI Vazil Hudák que dejaba su puesto en la institución para acabar en el consejo de administración del Aeropuerto de Budapest. El aeropuerto recibió un préstamo de 200 millones de euros cuando Hudák trabajaba todavía en el banco. Después de que el escándalo estallara en los medios, Hudák se retiró de su nuevo cargo hasta superar el período de incompatibilidad exigido. Su caso no fue el único: también se cuestionó la llegada de Emma Navarro al consejo de Iberdrola, también procedente del BEI. Así, hasta cinco exdirectivos que desde enero de 2019 se habían visto involucrado en este tipo de polémicas.
Orígenes de la polémica
Diez meses después, en septiembre de este año, el mismo medio accedía a los resultados de una auditoría interna del Banco Europeo de Inversiones. El informe con sus conclusiones, fechado en julio de 2025, era contundente, según Follow The Money. La gestión del BEI sobre los conflictos de intereses de sus exdirectivos “necesita mejoras significativas”. Y lo que es más preocupante: un blog editado de forma anónima por supuestos trabajadores de la entidad acusan a Nadia Calviño de continuar con esa cultura laboral tóxica que reprobaban a su predecesor. “No tenemos la maquinaria mediática de la presidenta. (…) Solo podemos expresar nuestras preocupaciones hasta que alguien preste atención”.

Toda esta situación ya ha llegado al Parlamento Europeo. El pasado octubre un diputado francés de la lepenista Agrupación Nacional presentó una pregunta por escrito a la Comisión. Inquirió a Bruselas sobre si estaría dispuesta a condicionar parte de la financiación de la Unión a través del BEI a “requisitos más estrictos en materia de transparencia, ética y supervisión independiente”. Fue el comisario europeo de Economía y Productividad, el letón Valdis Dombrovskis, el encargado de dar respuesta.
Dombrovskis recordó primero que el BEI es propiedad de los Veintisiete y “cuenta con sus propias estructuras de gobierno” y se rige “por sus propios estatutos y normas internas”. A partir de ahí, el comisario indicó que la financiación de la Unión Europea que se confía “en régimen de gestión indirecta” al banco se basa en esas normas y procedimientos del BEI y los miembros de su comité de dirección deben atender al Código de Conducta de la entidad, que ya estipula los posibles casos de conflictos de interés a evitar.
Las críticas arrecian sobre Calviño
La situación, lejos de apaciguarse tras conocerse que el BEI cursó una auditoría interna (en realidad, varias), ha seguido escalando. El blog del supuesto personal del banco volvió a publicar un artículo a mediados de noviembre, cargando con ferocidad contra Nadia Calviño. “Queremos felicitar cordialmente a nuestra presidenta por sus logros editoriales. Para quienes no lo sepan, mientras cumplía con sus importantes obligaciones diarias de velar por el bienestar de nuestras finanzas, ¡también escribió un libro! ¿Trata sobre Europa? ¿Sobre política? ¿Sobre la Comisión? Parcialmente sí, pero trata sobre lo que más aprecia… ella misma”.
Los empleados del BEI detrás de estos artículos inciden en lo que la auditoría interna a la que tuvo acceso Follow The Money remarcaba. Algunos hallazgos: el organigrama dejaba poca capacidad de actuación a los responsables de mantener los controles éticos y detectar y prevenir conflictos de intereses. El BEI aclara a Artículo14 algunas de las medidas que han adoptado a raíz de aquel análisis. Por su parte, los autores del polémico blog siguen criticando que el comité de dirección del banco dice promover una era de transparencia, al tiempo que destina recursos para tratar de identificarlos. La razón: los empleados anónimos trasladan sus críticas al margen de los canales oficiales de la institución.

“Esa fase [que la dirección] promueve es una farsa, y no tenemos alternativas. Abusos, autocracia, acumulación de poder. Todo esto está sucediendo. Cuando todo estalle quizá alguien nos recuerde”, lamentaban en su última entrada en el controvertido blog.
El BEI ya ha tomado medidas
Lo cierto es que la auditoría interna del BEI concluía qué cuestiones debían mejorarse en la gestión ética de la entidad. Sus conclusiones se centran en aspectos muy técnicos: las actividades externas de los miembros del comité de dirección del banco en realidad ya están reguladas, y el informe exigía más claridad en algunos puntos del Código de Conducta de la institución. Desde el BEI señalan a Artículo14 algunas de las cuestiones que ya se han acordado y se están implementando, como por ejemplo una reestructuración interna de los equipos de control, una revisión de dicho código y cambios en algunos procesos.
Sin embargo, el banco también aclara que no hace comentarios sobre blogs anónimos “o filtraciones”. También remarca que los procesos de auditoría interna en realidad son constantes. Un portavoz del BEI abunda en que “solo en la primera mitad de 2025 se cursaron alrededor de 20 auditorías relacionadas con vulnerabilidades informáticas o valores respaldados por activos”.
Sobre “los posibles conflictos de interés”, el BEI también explica que su regulación se refuerza regularmente “para definir, detectar y abordar” mejor estos “riesgos”. “El Grupo BEI está reforzando constantemente su marco de ética, cumplimiento y conflictos de interés y ha lanzado recientemente un plan de acción integral basado en las lecciones aprendidas”. “Estamos comprometidos con los más altos estándares de gobernanza, alineados con nuestros homólogos, para proporcionar claridad y coherencia”. Una coherencia que, por el momento, algunos trabajadores anónimos consideran que está siendo brutal bajo la batuta de Nadia Calviño.


