Amparo Soler es una de las nuevas voces femeninas más reconocidas del sector de la energía nuclear en España. Desde febrero de 2024 preside Women in Nuclear (WiN) Spain, que ayer, 9 de mayo, cumplió 27 años desde su creación. Esta asociación tiene como misión visibilizar el talento femenino, impulsar el interés por las materias STEM -tanto en niñas como en niños- y ser una red de apoyo para sus más de 300 profesionales. Soler, cuya vocación por la energía nuclear nació a los 13 años, es ingeniera industrial por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), máster en ingeniería nuclear por la Universidad de Pensilvania y doctora en la materia por la UPV desde el pasado mes de noviembre.
El papel de la energía nuclear en el conjunto del sistema eléctrico ha vuelto a estar esta semana en el centro del debate político tras el apagón histórico del 28 de abril. En su intervención en el pleno del Congreso de los Diputados, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, condicionó una eventual prórroga de las centrales nucleares -está programado su cierre entre 2027 y 2035- al cumplimiento de tres requisitos: la garantía de su seguridad y del suministro eléctrico, así como que no suponga un coste para los ciudadanos.
En una entrevista con Artículo14, Amparo Soler comparte su visión sobre esta fuente de generación de energía síncrona. Es decir, aquella que facilita estabilidad al sistema frente a otras fuentes más inestables, como las renovables.
Caída de la red
– ¿Qué falló el 28 de abril para que cayera el sistema?
Desconozco cuál fue el origen de la inestabilidad en la red. No me atrevo a decir que fueran las renovables, porque no hay ningún informe técnico. Pero lo que sí cabe preguntarse es por qué no había una mayor penetración nuclear en ese momento. La generación nuclear puede aportar alrededor del 20% del total de energía eléctrica que requiere el país, pero ese día había únicamente un 11%.
También hay que preguntarse si es razonable producir energía a pérdidas, que es lo que ocurre en el modelo español, que prima la entrada de renovables en el conjunto del sistema tirando los precios a la baja. A ello se une, además, que la energía nuclear está discriminada fiscalmente al aplicársele una carga impositiva muy alta que, en la práctica, la hace inviable económicamente.

Estabilidad
– En contra de las nucleares, se ha señalado que también pararon y no facilitaron la pronta recuperación del sistema. ¿Pueden garantizar el suministro?
La estabilidad y la continuidad del suministro forman parte del ADN de la energía nuclear. Nosotros vamos a funcionar con independencia de la climatología. Cuando ocurrió la tormenta Filomena, las centrales estuvieron al pie del cañón; y también durante la Covid-19. En la DANA -y lo conozco bien como valenciana cuya familia estuvo afectada-, la fuente que salvó potentemente la electricidad fue la central nuclear de Cofrentes, ubicada en esta comunidad.
“En la DANA, la fuente que salvó la electricidad fue la central nuclear de Cofrentes.
Efectivamente, la energía nuclear, cuando hay una perturbación importante en la red, tiene que ir a parada segura, es un protocolo de seguridad establecido; y se mantiene la refrigeración del núcleo a través de combustible diésel. Su reinicio no es tan rápido como otras fuentes de generación. La más rápida es la hidráulica. También tienen mucha agilidad los ciclos combinados que funcionan con gas o carbón -estos últimos emiten más CO₂-. El valor de la energía nuclear está en la estabilidad y seguridad del suministro que proporciona al conjunto del sistema.
Seguridad
– ¿Es una fuente de generación segura en España?
Mi labor profesional en la actualidad consiste en simular y modelizar las centrales nucleares y su combustible para obtener las autorizaciones necesarias del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en sus distintas operaciones, como, por ejemplo, la recarga del combustible. Explicado de manera sencilla, simulamos todos los procesos y llevamos la situación al límite -¿qué pasaría si se rompiera una tubería? ¿O si una bomba no funcionara?- para prever la respuesta en cada situación.

Y aun en estas situaciones límite, tenemos plena confianza en que tanto la planta como el combustible se van a comportar de manera adecuada para garantizar la seguridad nuclear. Esta información es la que exige y verifica el Consejo para autorizar la operación de los siete reactores que tenemos en España. Sí, todas las plantas nucleares son muy seguras. Su seguridad está garantizada por el CSN, una entidad independiente del Gobierno, que anualmente reporta al Congreso de los Diputados el estado de seguridad de estas instalaciones. Todo su personal técnico accede por oposición -por cierto, es dura: cuatro exámenes enfocados en la protección radiológica y la seguridad nuclear-.
Plan de cierres
– ¿Lo ocurrido debería hacernos reflexionar y replantear el cierre de todas las centrales nucleares en 2035?
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) estipula la pérdida del 50% de la generación nuclear entre 2027 y 2030, hasta su total desaparición en 2035. Yo soy una persona super-optimista y pienso que habrá un consenso entre las eléctricas y el Gobierno para prorrogar su vida útil más allá de lo previsto. Las centrales que tenemos operando en España tienen gemelas activas en Estados Unidos, que están alcanzando los 60 años de funcionamiento. Otras incluso han pedido licencia para operar durante 80 años.
“Centrales gemelas a las españolas han pedido licencia para operar hasta 80 años”.
En España, según el PNIEC, cerraremos nuestras centrales con una edad media de 44 años. Somos el único país del mundo que tiene un plan de cierre firmado para las centrales nucleares. Estamos yendo en contra de la tendencia mundial, que no solo es extender su vida útil, sino apostar por la construcción de nuevos reactores, tanto grandes como pequeños. Hemos seguido la política energética de Alemania, que claramente ha fracasado, con una dependencia del carbón y unos precios desorbitados de la luz.
Almaraz
– Sin embargo, en 2027, se cerrará la central de Almaraz.
Almaraz, que según el calendario de cierre será la primera en clausurarse, está considerada entre las diez mejores centrales del mundo por la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (en inglés, World Association of Nuclear Operators, WANO). Desde el punto de vista técnico, el cierre de las centrales no tiene sentido. Hay que recordar que las empresas anualmente invierten alrededor de 50 millones de euros en la renovación y mejora de las centrales. Nuestros reactores son punteros.
– En este contexto, y dentro de la labor que desde WiN Spain se hace para difundir el valor de la energía nuclear, ¿qué mensaje le daría a una niña que quiera ser ingeniera nuclear?
El primer mensaje, y lo digo desde la experiencia propia, es confianza: ‘Tú puedes’, el famoso ‘You can’. No tiene sentido forzar una vocación y da igual el género, pero si hay interés, nuestra filosofía es ayudarles a conseguirlo. Yo animo a las mujeres, a las niñas -y también a los niños- a que, si tienen vocación, sigan estudiando ingeniería nuclear por diversos factores. Aunque aquí se cerrasen las centrales -que espero que no-, España es un referente y toda la industria nuclear española tiene una experiencia acumulada de más de 40 años.
Esta realidad abre una oportunidad internacional. En todo el mundo operan alrededor de 400 centrales, están en fase de diseño y construcción otras 200, y otras tantas en la fase previa. La energía nuclear es una oportunidad laboral, y no solo hay que pensar en ingeniería: hay multitud de campos, que van desde el legal hasta la Formación Profesional.
Para Amparo Soler no hay duda: “La energía nuclear tiene una proyección muy positiva en las próximas décadas”.