La disputa arancelaria UE-EE UU ¿en qué nos afecta?

La prolongación de las negociaciones genera incertidumbre económica, encarece productos importados y puede provocar inflación

Donald Trump y Ursula von der Leyen.
KiloyCuarto

Desde que Donald Trump anunciara, con su famosa cartulina, aranceles para medio mundo, la incertidumbre se ha apoderado de los mercados y de las economías, incluida la estadounidense. En esas arenas movedizas se mueven desde entonces gobiernos y empresas a la espera de una decisión definitiva. En China, el propio presidente republicano ha anunciado que ya hay acuerdo entre ambos países, que incluye aranceles del 55% para Pekín y del 10% para Washington. También conlleva levantar restricciones para los estudiantes chinos y que China les proporcione “todos los imanes y tierras raras necesarias”.

En el caso de la Unión Europea, poco se sabe de las negociaciones. En principio, la fecha tope de la tregua es el 9 de julio, pero Bloomberg adelanta que las reuniones podrían extenderse más allá para definir detalles. Se han intensificado los contactos y se espera que Estados Unidos responda en los próximos días.

Este impasse ya ha generado caídas en bolsa desde abril, especialmente en empresas europeas del sector de la automoción o del lujo. También se ha producido un efecto acopio: compañías españolas de vino y aceite han enviado más pedidos de lo habitual. Otro efecto ha sido la rebaja de las estimaciones de crecimiento. Según el Banco de España, casi el 30% de las empresas españolas se ha visto afectado, aunque de forma desigual. Actualmente, el único arancel que afecta a España es del 20%. José Luis Escrivá ha rebajado las previsiones económicas para 2025 y 2026.

El jefe comercial de la UE, Maros Sefcovic, ha mantenido contactos regulares con autoridades estadounidenses desde que se aceleraron las negociaciones hace dos semanas. Las partes discuten sectores como el acero, el aluminio, los automóviles, los productos farmacéuticos y los semiconductores. La UE ha ofrecido avanzar hacia aranceles del 0% para ciertos bienes.

Según Antonio Castelo, economista de iBroker, uno de los efectos es la subida de precios. La prolongación de las negociaciones genera incertidumbre económica, encarece productos importados y puede provocar inflación. Esto reduce el poder adquisitivo, especialmente en un contexto de recuperación.

Las compañías que dependen de productos importados sufren presión en sus márgenes, lo que puede llevarlas a reducir inversiones o plantillas. Esto impacta en el empleo y el consumo privado. Sectores estratégicos como la automoción y la tecnología son especialmente sensibles.

Además, la incertidumbre golpea los mercados financieros, generando más volatilidad y costes de financiación más altos. Esto limita decisiones de inversión pública y privada. En resumen: menos crecimiento, menos inversión y más inflación a ambos lados del Atlántico.