Los autónomos están al límite. Tras meses arrastrando problemas estructurales, la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) ha decidido levantar la voz y exigir al Gobierno una batería de reformas que consideran “imprescindibles” para la supervivencia del colectivo.
El presidente de la organización, Eduardo Abad, ha reclamado cambios urgentes en materia fiscal, protección social y seguridad laboral antes de que termine 2025.
La demanda más inmediata es una reforma fiscal que alivie la asfixiante presión tributaria que padecen miles de autónomos en España. Aunque la facturación media del colectivo ha crecido en los últimos años, desde UPTA denuncian que “el 80% de los trabajadores por cuenta propia siguen asfixiados por la carga fiscal actual”.
Exigen una reforma urgente del cese de actividad: “No funciona”
Otro de los puntos candentes que han puesto sobre la mesa los autónomos es la reforma del cese de actividad. Según UPTA, el actual sistema no responde a las necesidades reales del colectivo y debe convertirse en un verdadero mecanismo de protección social, similar al paro de los asalariados.

El Ministerio de Seguridad Social lleva meses valorando esta propuesta, también defendida desde ATA por su presidente, Lorenzo Amor. Sin embargo, los avances son lentos y la incertidumbre crece. Los autónomos temen que, sin un sistema eficaz para afrontar las etapas sin ingresos, muchos profesionales acaben abandonando su actividad o cayendo en la precariedad absoluta.
Subsidio para mayores de 52 años: una propuesta contra el edadismo laboral
Uno de los puntos más novedosos del nuevo paquete de peticiones es la creación de un subsidio para los autónomos mayores de 52 años que hayan agotado todas sus prestaciones. UPTA denuncia que este colectivo sufre un especial castigo por parte del mercado laboral, dominado por lo que califican como “edadismo estructural”.

La propuesta busca garantizar una red de seguridad para los autónomos en edad avanzada, especialmente aquellos que no consiguen reengancharse al mercado tras el cierre de su negocio o la pérdida de ingresos. En palabras de Abad, “es inaceptable que un autónomo que ha trabajado toda su vida termine desprotegido por el simple hecho de cumplir años”.
Ingresos reales y prevención: los grandes olvidados
UPTA también ha reclamado al Gobierno que culmine la segunda fase del sistema de cotización por ingresos reales. Una medida que, aunque ya está en marcha, sigue sin adaptarse completamente a las distintas realidades profesionales que conviven en el universo de los autónomos.
Además, denuncian el abandono que sufre el colectivo en materia de prevención de riesgos laborales. A pesar del incremento de siniestralidad en muchos sectores. Para ello, exigen un marco legal específico que tenga en cuenta las particularidades de los autónomos y no los deje fuera de las campañas de protección que sí benefician a las grandes empresas.