Los registros practicados por agentes de la UCO de la Guardia Civil en el domicilio de Antxon Alonso en el municipio de Elorrio (Vizcaya) y en la sede de Servinabar (en Pamplona) han permitido a los investigadores seguir el rastro del dinero que manejaba la trama del 2% y también el rastro de las preocupaciones de sus integrantes.
Alonso era el socio clave de Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE y figura central de esta presunta trama corrupta como “enlace” entre la administración pública (en particular el Ministerio de Transportes que dirigía José Luis Ábalos) y las empresas adjudicatarias (en particular Acciona). Cuando la trama conseguía una adjudicación amañada, Acciona subcontrataba inmediatamente a Servinabar para entregarle el 2% del importe del contrato público. Siguiendo este esquema, Servinabar recibió de Acciona un botín de al menos 6,7 millones de euros (el 75% del total de sus ingresos).
Con el dinero en poder de Servinabar, Antxon Alonso debía saldar cuentas con Cerdán y lo hacía de múltiples maneras. El exdirigente del PSOE se garantizó, de entrada, el 45% de las participaciones de esta pequeña empresa mediante una escritura firmada en junio de 2016. Y, a continuación, se aseguró que Servinabar le facilitara una tarjeta de crédito, le pagara el alquiler de su piso en Madrid y contratara a sus familiares, entre ellos a su mujer, Francisca ‘Paqui’ Muñoz. Esto último preocupaba a su socio, según se desprende de un documento hallado por la UCO en el domicilio de Elorrio.

Una nota manuscrita
Durante el registro domiciliario de Antxon Alonso, los agentes de la Guardia Civil hallaron, entre otros documentos, una hoja de papel con la siguiente anotación manuscrita: “Francisca Muñoz. Trazabilidad. Qué hacía? Trabajo?”.
A pesar de estas dudas reflejadas por escrito, la mujer de Cerdán, Francisca ‘Paqui’ Muñoz, fue contratada por otra cooperativa asociada a Antxon Alonso y a la trama. Esta cooperativa era Noran y de ella percibió un total de 9.500 euros en cinco transferencias de 1.900 euros cada una (entre marzo y julio de 2018).
Supuestamente, Noran incorporó a Francisca Muñoz como “socia trabajadora de duración determinada”. Se comprometía a aportar a la cooperativa 600 euros inicialmente y a desembolsar un total de 2.400 euros al capital social de la entidad. Pero la UCO subraya que “no se ha encontrado respaldo justificativo en cuentas bancarias de las cantidades que, en virtud de este acuerdo, Francisca Muñoz estaba obligada a desembolsar” como socia.

Tampoco han hallado los agentes de la UCO pruebas de que tuviera verdaderamente una actividad laboral: “No se han localizado documentos, cruce de correos electrónicos o en general cualquier atisbo de actividad de la que se desprenda una verdadera prestación de servicios por parte de Francisca Muñoz en la sociedad cooperativa”. La mujer de Cerdán, con domicilio en el municipio de Milagro (Navarra), se comprometió en el mencionado contrato a la indefinida tarea de “realizar el trabajo y las funciones que se le encomienden”.
Su comportamiento dispendioso preocupó a la mujer de Antxon Alonso, Karmele Atutxa, que alarmada por las continuas compras que cargaba a Servinabar escribió a su marido: “La Paqui. Que le conocen todas las vendedoras de El Corte Inglés. Gastar y gastar. (…) Restaurantes fin de semana sí y otro también. Ya les vale. Todo de lo bueno, lo mejor. Eso no es plan y encima no son nada discretos, le tenéis que coger entre los dos y hablarle claro”.




