El 22 de noviembre de 1975, dos días después de la muerte de Franco, Don Juan Carlos de Borbón fue coronado Rey de España. Han pasado 50 años y la monarquía sigue siendo pieza clave en nuestra democracia. Ofrece una jefatura de Estado no partidista y políticamente neutral y ha evolucionado en sus roles. También se ha reducido el tamaño de la Familia Real y es hoy una institución que rinde cuentas.
El CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) lleva desde 2015 sin incluir preguntas directas sobre la monarquía en sus barómetros. La razón oficial es que no se considera una preocupación relevante. Sin embargo, como institución mantiene una valoración positiva en una parte significativa de la población española como garante de estabilidad y orden, frente a la república, que podría suscitar tensiones y polarización.

Respaldo al Rey Felipe VI
Tanto PP como PSOE coinciden en destacar la figura fundamental de Felipe VI en un tiempo complicado en España. En cuanto a la ciudadanía, hay diferencias ideológicas, generacionales y también de género. A grandes rasgos, el respaldo al monarca es mayoritario en casi todas las comunidades autónomas. La aceptación es mayor entre los mayores de 54 años. En los menores de 35 predomina, la neutralidad y la desconexión emocional con la institución.
En la encuesta Monarquía y valoraciones de la Casa Real, elaborada por Opina 360, las mujeres dan a la Reina Letizia una nota de 5,8 sobre 10, frente al 5,5 que le conceden los hombres. En el conjunto de la población, obtiene una valoración media de 5,7 puntos, solo unas décimas por debajo de Felipe VI, que alcanza el 6,3, y ligeramente por encima de sus hijas, la Princesa Leonor (5,6) y la Infanta Sofía (5,9).
El estudio muestra también que un 51,8% de los encuestados (48,5% las mujeres) apuesta por mantener la monarquía parlamentaria, frente a un 43,5% que preferiría una república. Se observa que, conforme aumenta la edad, disminuye el porcentaje de personas que consideran a la Reina Letizia un activo para la Corona.
Conexión con la población femenina
Las mujeres se muestran más críticas, pero hay un matiz que llama la atención. A pesar de que cuestionan la monarquía como modelo de Estados, respaldan a la Reina Letizia y a la Princesa Leonor. Madre e hija conectan mejor con la población femenina. Desde esta paradoja, la opinión de las mujeres es determinante a la hora de hablar del futuro de la institución.

Por eso, con la imagen de Felipe VI consolidada, hemos querido analizar con dos expertos en realeza el factor femenino: Ana Polo Alonso, politóloga y escritora española especializada en la historia de las mujeres de la realeza, y Rodolfo Vera Calderón, escritor y autor de varias biografías reales.
Ana Alonso responde a esa paradoja femenina. Es crítica con algunos fallos que ha tenido la monarquía, como la comunicación, pero considera un gran acierto dar un carácter muy ejecutivo a la presencia de las mujeres. “Así como en otras Casas Reales las mujeres se han quedado en un segundo plano, muy institucional y tradicional, simplemente como consortes, aquí se ha sabido dotar de una agenda mucho más ejecutiva”.
Leonor, “la gran arma secreta de la institución”
No obstante, cree hay mucho margen. “Doña Letizia necesita una agenda mucho más ambiciosa, pero está bien planteado desde una visión más moderna, contemporánea y alineada con el siglo XXI”. En cuanto a la Princesa Leonor, Polo Alonso la define como “la gran arma secreta de la institución”. Recuerda su jura de bandera como el despegue definitivo. “Incluso la Casa Real se quedó sorprendida de la reacción de los españoles. No se esperaba el nivel de audiencia que tuvo su directo, reflejo del grado de adhesión que despierta. Es una mujer sensata, bien educada, y asume un papel nada fácil. La vida militar es durísima y durante su travesía a bordo de Elcano las ciudadanas entendieron que su rol se aleja absolutamente del ideario de princesa Disney”.

En su opinión, la Casa Real está transmitiendo muy bien la imagen de futura jefa de Estado en el sentido moderno y esto conecta de una manera muy favorable con las españolas. “Es una militar que va a ser comandante jefe de los Ejércitos, una mujer muy bien preparada que está mejorando sus discursos”.
Realza el hecho de que la heredera “está completamente limpia”. “Ha habido una época de escándalos, pero cuando se produjeron Leonor era muy pequeña. Esa distancia favorece que ella será el verdadero borrón y cuenta nueva”.
Desde Buenos Aires, Vera Calderón la compara con otras princesas europeas y observa que la educación de las hijas de nuestros Reyes no tiene parangón. El escritor aplaude el rol ejecutivo de la heredera, pero va echando de menos una tiara. “Salvando a María Cristina de Habsburgo-Lorena, que ejerció como regente, desde Isabel II, no hemos vuelto a tener reina en España. Es hora de verla como futura reina”, apunta.
Doña Letizia: afectos enfrentados
Doña Letizia, en cambio, despierta pasiones encontradas. “Tiene un sector de mujeres jóvenes, más escoradas a la izquierda donde gusta; pero hay otro sector de más edad, más tradicionales, donde no convence, a pesar de que ha sabido conjugar un equilibrio muy difícil. Es fácil empatizar con ella y es muy profesional”, señala Polo Alonso. En su papel, la experta en realeza destaca sus discursos, su manera de comunicar o la agenda que se está labrando, implicándose en temas actuales, como la trata de mujeres. “Ha encontrado su espacio”.

Vera Calderón observa que en esa conexión ha tenido mucho que ver su propia historia de amor con Felipe VI. “Desde su cima profesional y un pasado familiar imperfecto (según los estándares tradicionales), se enamoró de un futuro Rey culto e interesante, poco dispuesto a acatar un matrimonio pactado. Es perfeccionista y se esfuerza por hacer un papel impecable. Queda, sin embargo, un reducto de mujeres ancladas en una mentalidad muy vetusta que siguen considerándola una infiltrada”.
Doña Sofía, doctorado en reinar
Por último, la Reina Sofía merece un lugar de honor en la valoración de la monarquía por parte de las mujeres, según nuestros expertos. “Con el tiempo -indica Polo Alonso-, han sabido poner en valor su difícil papel como reina extraordinaria y como mujer. Realmente puso los cimientos de lo que significa ser una reina en la modernidad. Tuvo una agenda más ejecutiva y profesional de lo que recordamos. Los españoles tenemos memoria de pez y no recordamos lo que ha hecho por el alzhéimer, las mujeres en países en vías de desarrollo, la lucha contra la drogadicción o temas cooperación internacional… Sin olvidar la música clásica o su trabajo como embajadora para explicar España”.

Como esposa, no pasa por alto que un sector de mujeres ha sido muy crítico por no divorciarse, pero recuerda que, hace unas décadas, habría sido impensable. “Desde el principio, antepuso la Corona por encima de todo, a pesar del sacrificio inmenso. Conocía su mandato de reina y lo acató. Fue así desde que aceptó casarse con el Rey Juan Carlos. Se echó España al hombro y estuvo siempre a la altura de las circunstancias”, expresa Vega Calderón. Opina que esta manera de entender su reinado dio estabilidad a la Corona. “Desde la cuna conocía su oficio y habría que darle doctorado en reinar”.

Es un reconocimiento al que se va sumando un amplio porcentaje de mujeres. “Hoy sigue dando ejemplo aferrándose a sus causas con una agenda muy activa y lejos del ruido mediático”, añade el escritor.
“Con los años ha ganado en cariño y ternura, dejando atrás una imagen más fría, más prusiana. Ha encontrado un punto más entrañable, más de abuela protectora de toda la familia”, zanja Polo Alonso.


