Hace 50 años que Juan Carlos fue proclamado como rey y jefe del Estado. Con la instauración de la monarquía, España comenzaba un proceso de transición hacia la democracia para dejar atrás una de las etapas más oscuras de la historia del país, la dictadura franquista.
Como marcaba la nueva Constitución, Juan Carlos I eligió entonces a un equipo de asesores y colaboradores para ponerse al frente de la renovada institución, la Casa del Rey. Los primeros fueron todos hombres. No fue hasta 1993, hasta que la institución cumplió la mayoría de edad, que una mujer llegó a un alto cargo. La pionera que abrió camino a las demás no fue otra que Asunción Valdés, la primera mujer que ocupó un alto cargo en Zarzuela y que, durante una década, hasta 2003, dirigió la comunicación de Juan Carlos I. Valdés fue también la primera directora de un telediario en España, en TVE, aunque asegura que entonces no era consciente del carácter histórico de aquellos logros. “Si he podido poner un granito de arena en el camino hacia la igualdad, me siento muy afortunada“, explicó a Artículo14.

Asunción Valdés, mujer y periodista
En una entrevista con este medio en diciembre, la pionera reconoció que nunca actuó movida por un planteamiento militante o feminista. Para ella, la igualdad era una consecuencia lógica de su preparación y su responsabilidad profesional. “No tenía en mente que estaba luchando por unos derechos; con responsabilidad y sentido del deber tenía que llegar ese resultado”, recordó. Así fue ascendiendo en una época en la que pocas mujeres alcanzaban puestos de máxima responsabilidad.
Su llegada a la Casa del Rey en 1993 la sorprendió profundamente. Había trabajado como corresponsal de Radio Nacional en Alemania y Bélgica, y dirigía la oficina del Parlamento Europeo en España cuando recibió la llamada que cambiaría su carrera. Aquella confianza de Juan Carlos I, señala, fue un gesto adelantado a su tiempo. “Don Juan Carlos fue muy avanzado e innovador: confió en una mujer y en una periodista“, admitió a Artículo14. Ese nombramiento formó parte del proceso de rejuvenecimiento que el monarca impulsó al incorporar perfiles civiles más jóvenes y técnicos a su equipo.
A pesar de integrarse en un entorno tradicionalmente marcado por la presencia de militares, Valdés insiste en que no encontró barreras por ser mujer. “Nunca sentí machismo en el reinado de Don Juan Carlos, al contrario”, aseguró. Recuerda aquella etapa como un ambiente profesional de gran respeto y camaradería: “Atenciones, compañerismo y mucho respeto entre todos”.
Testigo directa del reinado de Juan Carlos
Desde su privilegiada posición, Valdés vivió momentos claves de la historia reciente de España. Incide en que su reinado coincidió con “el periodo de crecimiento y estabilidad más importante de la historia de España” y destacó su papel decisivo en la Transición, al que se refiere citando al hispanista Charles Powell: “Fue el piloto del cambio”.
También subraya la intensa relación construida con la Comunidad Iberoamericana, desde las Cumbres hasta la Ruta Quetzal, iniciativas impulsadas directamente por el entonces rey. Y sostiene que su abdicación y posterior traslado a Abu Dabi fueron decisiones hechas en beneficio de la institución: “No quería perjudicar a la Corona“, afirmó, señalando el deterioro de su imagen pública y su delicado estado de salud en aquel momento.
Entre los episodios más difíciles de su década en Zarzuela, Valdés evoca sin dudar los años del terrorismo, especialmente el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco. Todavía hoy, confiesa, arrastra secuelas de aquel horror. Recuerda la implicación emocional de la Familia Real y, en particular, del entonces Príncipe Felipe, que era de la misma edad que el concejal asesinado. “De la violencia no puede salir nada”, rememoró como una de las frases que quedaron grabadas en aquel tiempo.
Valdés rechazó la idea de que hubiese un pacto tácito para no criticar a la Corona, como siempre se ha comentado en España. Para ella, la Casa del Rey vivió etapas de enorme presión mediática -los GAL, los fondos reservados, las amistades polémicas del monarca- y que Juan Carlos I no rehuyó el diálogo. “Hablaba personalmente con los periodistas más críticos y explicaba sus razones”, recordó, convencida de que el contacto directo y la transparencia fortalecían la institución.
La mirada hacia el presente y el futuro
Ahora, observa con satisfacción el impulso modernizador que Felipe VI ha dado a la Casa del Rey, especialmente en lo referente al refuerzo de perfiles femeninos y técnicos. Considera “muy acertado” el proceso de renovación actual y recuerda que los primeros pasos hacia esa apertura comenzaron ya hace más de treinta años.

Sobre la Princesa Leonor, Valdés no oculta su admiración: la ve como un ejemplo de igualdad y una heredera impecablemente preparada. “Podemos confiar en una futura Reina magníficamente preparada”, aseveró. Recuerda las palabras de la Princesa durante la jura de la Constitución: “Confiad en mí”. Para Valdés, esa vocación de servicio refleja precisamente lo que siempre ha sostenido ella misma: que las responsabilidades, con preparación y deber, deben asumirse con naturalidad.



