Con más de tres décadas de experiencia en el sector tecnológico, Pilar Torres ha desarrollado su carrera en compañías de referencia como Microsoft, HP, Amazon Web Services (AWS) y Atos. Su trayectoria, marcada por la dirección de áreas clave como operaciones, marketing y gestión general, le ha permitido construir una visión estratégica que conecta negocio, tecnología y desarrollo social.
Hoy, desde su puesto como directora general de Business & Tech, Empresas y Empleabilidad del Grupo Educativo UAX, lidera la Facultad Business & Tech de la Universidad Alfonso X el Sabio y la escuela de negocios The Valley. Además, impulsa la colaboración entre el ámbito académico y el tejido empresarial para adaptar la formación a las demandas reales del mercado laboral.
Entre sus principales retos figura consolidar esa alianza universidad-empresa, garantizar la excelencia y actualización de los programas de especialización y reskilling y preparar a los estudiantes para un entorno global cada vez más digital y competitivo. Su meta es clara: que la formación en UAX siga siendo sinónimo de talento cualificado y empleabilidad en España.

En Artículo14, analizamos con Torres su trayectoria y su visión sobre el trabajo en equipo.
¿Cuál ha sido la decisión más difícil en su carrera profesional?
A lo largo de mi carrera he tenido que tomar decisiones relevantes que afectan tanto a la estrategia de la compañía como al desarrollo de las personas que forman parte de ella. Mi prioridad siempre ha sido equilibrar los objetivos del negocio con el bienestar de los equipos, impulsando su crecimiento y acompañándolos hacia su propósito profesional. En este sentido, una de las decisiones más difíciles ha sido reestructurar equipos por motivos organizativos o económicos, a veces decididos en contextos globales a miles de kilómetros.
Detrás de cada profesional que ha hecho un buen trabajo y debe marcharse hay un impacto personal y vital muy importante. Sin embargo, con el tiempo he visto cómo muchos de esos cambios también se transforman en nuevas oportunidades que abren caminos muy valiosos que enriquecen el recorrido profesional de las personas.
¿Cuál es el consejo que más ignoró al inicio de su carrera y cuál fue la consecuencia? Y ¿cuál fue el más útil?
Creo que he sido una privilegiada por poder crecer profesionalmente junto a líderes extraordinarios, en lo profesional y sobre todo en lo humano, y aprender de ellos no solo por sus consejos, sino viéndolos actuar en el día a día sin necesidad de grandes palabras.
Los consejos que más me han marcado son los que me han ayudado a construir mis valores: hacer siempre lo correcto, incluso cuando pueda perjudicarte personalmente, rodearte de gente buena que además sea buena gente, la riqueza de los equipos diversos porque enriquece a todos, o que lo difícil no es vencer sino convencer. A veces soy impaciente y vencer puede parecer más rápido a primera vista que convencer. Hay un refrán que dice: si quieres ir rápido, ve solo, y si quieres llegar lejos, hay que ir juntos. Este es un aprendizaje que me ha sido muy útil.
¿Cuándo dejó de sentir que ya no tenía algo que demostrar y empezó a disfrutar del éxito profesional?
Siempre he disfrutado muchísimo mis logros, pequeños o grandes, y valoro mucho la opinión de las personas cercanas a mí. Muchos de los retos que me hacen más feliz son ante mí misma, no me los exige nadie. Me gusta empujarme fuera de mi zona de confort y “meterme en charcos”, no quedarme pasiva cuando siento que se puede hacer algo más. A veces el reconocimiento externo va de la mano y otras veces no, pero eso no es tan importante como hacerlo de acuerdo con tus valores.
También he ido siendo cada vez más consciente de la importancia de compartir la cultura y los valores del entorno que te rodea. Si no es así, vivirás como una planta fuera de su clima y condiciones ideales, con mucha dificultad. Si encajas en ella, florecerás y brillarás de forma natural y darás los mejores frutos.
¿Qué mito sobre el liderazgo femenino le gustaría desterrar para siempre?
Que la ambición profesional en la mujer no sea percibida de forma negativa, y que no tengamos que demostrar que “sabemos hacerlo” en vez de creer en nuestro potencial para “ser capaces de hacerlo”. Mis mejores oportunidades han llegado de la mano de personas que confiaron en mí incluso más que yo misma, y en mi capacidad para sacarlas adelante con éxito.
¿Qué hábito o ritual sigue para mantener la creatividad y la claridad mental en su día a día?
Procuro tener tiempo de calidad durante el desayuno, con las noticias en la radio de fondo, mientras me organizo el día, es uno de mis momentos favoritos del día. También hago todo lo posible por escuchar y aprender de personas muy sabias en sus determinados campos, y sobre todo en el gran campo de la vida. Tengo el gran regalo de la curiosidad y nunca dejo de aprender de lo que cuentan, de cómo es su viaje en la vida y de las perspectivas nuevas que te despiertan.
¿Cuál es su fórmula para conciliar la vida profesional con la familiar?
No conozco el milagro, a mí me ha costado muchas horas, poco sueño, y especialmente cuando mis tres hijos eran pequeños, convivir con la sensación permanente de tener que llegar a todo y a todos. He tenido la suerte de trabajar en compañías con una cultura muy avanzada en este tema, en entornos que favorecen desde arriba la conciliación, mucho apoyo y con toda la flexibilidad que permite la tecnología, una gran aliada.
Un error profesional del que aprendió una lección valiosa
No considero errores sino aprendizajes, ¡y he tenido muchos! Uno del que aprendí mucho fue que es tan importante que te entrevisten y te seleccionen para un puesto como el que tú también “entrevistes y selecciones” a la persona para la que vas a trabajar. No siempre vas a poder elegir, pero al menos sabrás qué terreno pisas y podrás gestionarlo mejor. Otra fue la importancia de adaptar tu estilo al entorno que te rodea, especialmente en culturas y países diferentes, saber leer el mapa no escrito que te rodea en cada situación es fundamental. También he aprendido de errores ajenos.
Si el éxito profesional fuera un deporte, ¿qué tipo de entrenamiento recomendaría para jugarlo bien?
¡Qué pregunta más curiosa! Sería un deporte de equipo y también de estrategia como el baloncesto. Cada jugador tiene un puesto determinado, pero a la vez un compañero bien posicionado en un momento dado puede ser el que esté mejor preparado para tirar a canasta. Tampoco puedes despistarte un momento porque ir por delante no garantiza nada. En este deporte hay que tener mucha técnica, mucha práctica, mucho sentido de equipo, y la suerte también tiene un papel.
Un imprescindible en el bolso
Aparte del móvil, unos auriculares con cable que no necesitan recargarse, no pesan nada y que los utilizo en cuanto tengo un rato libre. Y un bolígrafo, pasar una idea de la mente a un papel es un pequeño milagro.
Su cita o frase vital
¡Tengo muchas! Una es que eres parte del problema, o eres parte de la solución. Otra en la que creo firmemente es en lo valioso que es hacer de la necesidad virtud en muchas ocasiones. Me encanta una de Cervantes: el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho. Y ahí estoy, ¡intentando leer y andar un poquito todos los días!


