OPA

El Sabadell gana valor y desafía al BBVA

El Banco Sabadell corre el riesgo de evaporarse después de 140 años de existencia y piensa luchar con uñas y dientes hasta el final

Edificio del Banco Sabadell en San Cugat del Vallés, Barcelona
Europa Press

La OPA hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell entra en la etapa final y más decisiva. El Gobierno tendrá que decidir si endurece los requisitos de la operación pero la última palabra es de los accionistas del Sabadell, que con su voto se decantarán por la fusión en un solo banco de los dos o que se mantengan como dos entidades independientes. Todo dependerá de lo atractivo que les parezca la oferta y si ganan dinero con este movimiento. La mitad de los accionistas son minoristas y de ellos, el 80% son además clientes del Sabadell. En principio estarían en contra de una operación que supone perder identidad, presencia en Cataluña y menor apoyo a las pymes a medio y largo plazo.

Mayo de 2024

El 1 de mayo de 2024, el BBVA trasladó al consejo del Sabadell su propuesta de fusión en la que ofreció un canje de una acción de nueva emisión por 4,33 títulos del Sabadell. Valoraba el banco Sabadell en 11.500 millones de euros y ofrecía una prima del 30% respecto a la cotización del 29 de abril. Seis días después, el Sabadell rechazó la oferta porque consideraba que infravaloraba sus perspectivas de crecimiento y fue entonces cuando el BBVA se lanzó a una opa “hostil” en las mismas condiciones que había planteado por las buenas.

140 años de existencia

El Banco Sabadell corre el riesgo de evaporarse después de 140 años de existencia y piensa luchar con uñas y dientes hasta el final. Por ejemplo, lleva invertidos más de 60 millones de euros en campañas de publicidad para movilizar a sus clientes y accionistas en contra de esta fusión.

Los números también están a su favor. Si los 200.000 accionistas del Sabadell vendieran sus acciones en este momento, obtendrían un 6,75% más de los 12.860 millones que ofrece el BBVA en su opa. Además, se ha revalorizado todo este tiempo hasta los 14.000 millones así que, en principio, la oferta del BBVA se quedaría muy corta. Carlos Torres, por su parte, puede modificar su oferta hasta cinco días naturales antes de que concluya el periodo de aceptación.

El dividendo, arma del Sabadell

Por su parte, Oliu prometió a sus inversores 3.300 millones de retribución en dos años entre dividendos en metálico y recompras de acciones. “Nuestro dividendo difícilmente podrá ser equiparado por BBVA”, dijo el presidente del Sabadell en la junta de accionistas.

Pero además, el banco catalán cuenta con el apoyo del Gobierno que se ha pronunciado varias veces en contra de esta operación, de las patronales empresariales que temen por la disminución del crédito a las pymes y de los sindicatos por los despidos que pueda generar la fusión, unos 4.000 empleados y cierre de 300 sucursales.

Además, la sede social del banco ha vuelto a Cataluña después de ocho años en Alicante por el procés independentista, lo que acerca al Gobierno catalán de Illa y a los pequeños accionistas que residen en la comunidad autónoma. No es la primera vez que el BBVA intenta hacerse con el banco catalán. En plena pandemia, en 2020, estuvieron negociando de forma amistosa pero el Banco Sabadell valía menos, su fortaleza era menor y el BBVA no contaba, por ejemplo, con los aranceles de Trump que también pueden hacer mella en sus resultados puesto que una parte importante de su negocio se desarrolla en México. El banco centenario va a pelear hasta el final y cuenta con muchos apoyos a todos los niveles pero serán los accionistas los que, en última instancia, decidan el futuro de la entidad.

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