Powell no teme a Trump y vuelve a pausar tipos

El presidente de la Reserva Federal mantiene el pulso con el inquilino de la Casa Blanca y mantiene inamovibles los tipos en el rango objetivo del 4,25% a 4,50%

Donald Trump y Jerome Powell.
KiloyCuarto

Está claro que Jerome Powell no le tiene miedo a Donald Trump. Su independencia en la toma de decisiones al frente de la Reserva Federal se ha vuelto a evidenciar en esta reunión de mayo. Se ha cumplido lo esperado: tercera pausa de los tipos de interés en lo que llevamos de año pese a las amenazas de despido, a los insultos y desprecios del presidente de los Estados Unidos. Powell mantiene el pulso con el inquilino de la Casa Blanca y deja tal y como estaban los tipos en el rango objetivo del 4,25% a 4,50%.

El presidente de la Fed ha preferido seguir siendo prudente y esperar a tener más datos sobre el impacto de la política arancelaria de Trump para actuar. Aunque ya tiene algún dato económico negativo, como la contracción del producto interior bruto del país en el primer trimestre de este 2025, la primera en tres años, en un ambiente de incertidumbre y volatilidad en los mercados.

“Aunque las oscilaciones de las exportaciones han afectado a los datos, los indicadores recientes sugieren que la actividad económica ha seguido creciendo a un ritmo sólido. La tasa de desempleo se ha estabilizado en un nivel bajo en los últimos meses y las condiciones del mercado laboral siguen siendo sólidas. La inflación sigue siendo algo elevada“, señala la Fed.

También ha deslizado alguna novedad en su siempre discurso plano y es la posibilidad de que la economía del primer mundo entre en estanflación, esa combinación de una inflación elevada y una desaceleración económica. “Consideramos que los riesgos de un mayor desempleo y una mayor inflación han aumentado“, explica en su comunicado.

Pleno empleo

Pero los indicadores macro en general todavía están aguantando las turbulencias políticas de la Casa Blanca. La inflación todavía no se ha disparado y el último dato de empleo ha resultado ser mejor incluso que las previsiones, con la generación de 177.000 puestos de trabajo en el mes de abril y una tasa de paro que casi puede entenderse como pleno empleo, en el 4,2%.
La cuestión es que si bajara los tipos, sería un estímulo para la economía pero podría afectar a la inflación. Por eso Powell se mantiene impertérrito, sin moverse mucho, a la espera de una nueva marejada en el horizonte que le obligue a tomar decisiones a partir del mes de junio.

Y aunque Reserva Federal y Banco Central Europeo se han movido a la par históricamente, hace tiempo que se han convertido en dos instituciones que deciden sobre su política monetaria sin mirarse la una a la otra. De hecho, Christine Lagarde está bajando tipos sin pudor, ante el riesgo de recesión en Alemania, y no parece importarle llevar el paso cambiado respecto a Estados Unidos. Inicialmente, se planteó que la inflación americana pudiera provocar un efecto arrastre sobre la europea y finalmente no ha sido así. Al menos, por el momento, hay una independencia de decisiones entre ambos bancos centrales. Y el bolsillo de los ciudadanos europeos no se está resintiendo por la política monetaria de Powell. Tampoco por el momento el de los estadounidenses, puesto que no mover los tipos deja en stand by también su situación monetaria.

Reserva Federal EEUU / Europa Press

Guerra arancelaria

El presidente de la Fed insiste en que su economía está aguantando para justificar su parsimonia. “A pesar de la mayor incertidumbre, la economía sigue en una posición sólida. La tasa de desempleo sigue siendo baja y el mercado laboral se encuentra en situación de pleno empleo o cerca de él. La inflación ha bajado mucho, pero se ha mantenido algo por encima de nuestro objetivo del 2% a largo plazo”, ha afirmado Powell en rueda de prensa.

También se ha referido a la guerra arancelaria, que todavía no ha salpicado a la economía como puede hacerlo a medio plazo. “Los aumentos arancelarios anunciados hasta ahora han sido considerablemente mayores de lo previsto. Sin embargo, todas estas políticas están aún en fase de desarrollo y sus efectos en la economía siguen siendo muy inciertos”, ha explicado.

Y ha dado pistas sobre el futuro. “Así que pensamos que podemos esperar y actuar cuando esté claro qué es adecuado hacer”. La cautela sigue siendo su principal arma ante la presión del presidente. “Ahora mismo no hay una razón para tomar una decisión y no hay motivo real para hacerlo. Aunque la incertidumbre es extremadamente elevada, no hay que tener prisa para bajar los tipos. Los costes de no hacer nada son bajos, así que eso es lo que estamos haciendo”, indicó en su comparecencia posterior.

Los mercados esperan que la próxima bajada se produzca ya en la segunda mitad del año, para el mes de junio, cuando el mercado laboral arroje más señales sobre la nueva situación económica creada por Trump. Se habla de dos bajadas e incluso tres, cada una de ellas de un cuarto de punto.

Mientras tanto, calma.

 

TAGS DE ESTA NOTICIA