La opa hostil de BBVA sobre el Banco Sabadell encara su recta final con nuevos ajustes en el precio ofrecido a los accionistas de la entidad catalana.
La operación, que se alarga desde mayo del año pasado, se ha visto modificada en varias ocasiones debido a los dividendos repartidos por Sabadell en estos meses.
Ahora, el mercado espera la publicación del folleto definitivo ante la CNMV en el que el banco presidido por Carlos Torres deberá detallar las sinergias y los ahorros que espera de la fusión.
Ajustes por dividendos
El último dividendo aprobado por el Banco Sabadell, de 370 millones de euros (0,07 euros por acción), ha obligado a BBVA a recalibrar las condiciones económicas de la oferta.
El banco vasco pasa ahora a ofrecer una acción nueva de BBVA más 70 céntimos de euro por cada 5,5483 títulos de Sabadell, frente a la fórmula inicial de una acción por cada 4,83.

Se trata del tercer ajuste desde que se lanzó la opa. En todos los casos, BBVA ha aplicado la cláusula de compensación por dividendos prevista en la propia oferta.
No obstante, desde el Banco Sabadell se advierte de que la ecuación empeora progresivamente para los pequeños inversores, que representan la mitad del capital de la entidad catalana.
Un calendario decisivo
Este mes de septiembre será clave. BBVA tiene previsto presentar el folleto definitivo de la opa ante la CNMV en cuestión de días o semanas. Será entonces cuando se abra el periodo de aceptación para que los accionistas del Banco Sabadell decidan si aceptan o rechazan la propuesta.
El documento deberá detallar las sinergias previstas, los ahorros esperados y las proyecciones de integración.
Aunque la entidad vasca habla de 850 millones de euros en sinergias —750 millones en costes operativos y 100 millones en financiación—, el Banco Sabadell replica que, mientras dure el veto del Gobierno a la fusión efectiva durante al menos tres años, esas sinergias son nulas.
La presión de los dividendos
El Banco Sabadell juega su carta más fuerte con los dividendos. La entidad presidida por Josep Oliu ha anunciado pagos a cuenta del ejercicio de 2025 por un total de 1.300 millones de euros, repartidos en tres entregas (diciembre de 2025, marzo y abril de 2026).
Además, prepara un dividendo extraordinario en el primer trimestre de 2026, fruto de la venta de su filial británica TSB al Santander.

Este movimiento significa que, si los accionistas del Banco Sabadell desean percibir esas retribuciones, tendrían que rechazar la opa de BBVA. La estrategia está claramente dirigida a fidelizar al accionariado minoritario y restar atractivo a la oferta del banco vasco.
¿Cuál es el dilema del BBVA?
El gran interrogante es si BBVA se verá obligado a mejorar el precio de la opa para garantizar su éxito.
La presión de los dividendos de Sabadell, el rechazo inicial de su consejo de administración y las condiciones del Gobierno complican la operación.
En el mercado se especula con la posibilidad de que BBVA eleve la parte en efectivo de la oferta o incluso ajuste nuevamente la ecuación de canje.
La decisión final dependerá de las expectativas de los inversores institucionales y de la acogida que tenga el folleto definitivo.