EE UU

Trump obliga a cambiar la fórmula de la Coca-Cola

El presidente de Estados Unidos anunció en su red Truth Social que Coca-Cola aceptó su propuesta de reemplazar el jarabe de maíz de alta fructosa por azúcar de caña, información que la compañía no ha confirmado

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, agitó hace unos días el mercado de bebidas gaseosas al anunciar en su red Truth Social que Coca-Cola aceptó su propuesta de reemplazar el jarabe de maíz de alta fructosa por azúcar de caña en las versiones estadounidenses de su icónica bebida. La medida equipararía la Coca-Cola que se vende en México con la que se vende en Estados Unidos, que, hasta la fecha, se vende en muchos establecimientos norteamericanos.

Aunque la compañía no ha confirmado oficialmente tal cambio, la declaración ha generado un intenso debate sobre salud pública, su impacto económico y las diferentes versiones de sabor de la Coca-Cola. “He estado hablando con Coca-Cola sobre el uso de azúcar de caña REAL en Coca-Cola en Estados Unidos, y han aceptado hacerlo”, escribió Trump. “Será un gran movimiento de su parte. ¡Ya verán! ¡Es simplemente mejor!”

Coca-Cola responde

La respuesta de Coca-Cola a las pocas horas ha sido diplomática: “Agradecemos el entusiasmo del presidente Trump por nuestra icónica marca. Los detalles sobre nuevas ofertas innovadoras dentro del mercado de nuestra gama de productos Coca-Cola se compartirán pronto”. En ningún momento confirmaron un cambio en la fórmula principal de su producto estrella, ni aseguraron el cambio de jarabe de maíz a caña de azúcar.

Donald Trump hace un gesto de aprobación con el pulgar al salir del Marine One en el jardín sur de la Casa Blanca, el 13 de julio de 2025.
EFE

Sin embargo, el hecho de que el Presidente del país haya intervenido directamente en un asunto relacionado con la fórmula de un producto alimenticio ha puesto en el centro del debate tanto la salud pública norteamericana como sus intereses económicos.

Desde la década de 1980, Coca-Cola en Estados Unidos está endulzada con jarabe de maíz de alta fructosa (HFCS). El cambio de caña de azúcar al jarabe de maíz ocurrió por razones económicas, ya que el maíz es más barato debido a los subsidios agrícolas del gobierno estadounidense y los aranceles sobre el azúcar importado. La alta disponibilidad del maíz y la política comercial hicieron que el jarabe de maíz se convirtiera en el endulzante preferido de la industria alimentaria estadounidense. Esta decisión, si bien económicamente lógica para la época, es hoy objeto de escrutinio por sus posibles efectos en la salud y su diferencia de sabor.

El papel de Robert F. Kennedy Jr. y la iniciativa “Make America Healthy Again

La iniciativa “Make America Healthy Again”, impulsada por el secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr., busca mejorar la calidad nutricional de los productos procesados eliminando ingredientes controversiales como el HFCS, aceites vegetales procesados y colorantes artificiales. Kennedy ha criticado abiertamente el uso excesivo de jarabe de maíz en alimentos y bebidas en Estados Unidos, y su postura ha ganado visibilidad gracias al apoyo de Trump.

Robert F. Kennedy Jr, secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos

No obstante, la Asociación Médica Estadounidense (AMA) ha declarado que no existe evidencia concluyente de que el HFCS sea más dañino que otros tipos de azúcar. Ambos tienen un contenido calórico similar y son metabolizados de manera comparable por el cuerpo. El debate entre azúcar de caña y jarabe de maíz va más allá porque, aunque ambos son tipos de azúcar, el HFCS contiene más fructosa, lo que algunos estudios relacionan con un mayor riesgo de obesidad y diabetes. La iniciativa MAHA apunta a una reforma más amplia, que incluye reducir el consumo total de azúcar añadido, no solo cambiar la fuente.

Implicaciones económicas del cambio

El posible cambio de HFCS a azúcar de caña en Estados Unidos tendría importantes repercusiones económicas. Según la Asociación de Refinadores de Maíz, reemplazar el jarabe de maíz con azúcar de caña “costaría miles de empleos en la industria alimentaria estadounidense, deprimirá los ingresos agrícolas y aumentará las importaciones de azúcar extranjera, todo sin beneficios nutricionales”.

La industria del jarabe de maíz representa alrededor del 2.6% de la producción de maíz en Estados Unidos y está dominada por grandes empresas como Archer Daniels Midland (ADM) e Ingredion. Tras el anuncio de Trump, las acciones de estas empresas experimentaron una caída, reflejando la preocupación del mercado ante un posible cambio en la demanda. Además, el azúcar de caña suele ser más caro, y gran parte del que se utiliza en otros países proviene de mercados extranjeros. Con las políticas proteccionistas y los aranceles impuestos por Trump, importar más azúcar podría complicar aún más la situación.

Logotipo de Coca-Cola en las puertas de su sede en la Calle de la Ribera del Loira, Madrid (España)
Europa Press

Algunos expertos creen que, más que una modificación generalizada, la empresa podría lanzar una nueva línea de productos con azúcar de caña como alternativa —una estrategia de marketing para atraer consumidores preocupados por los ingredientes sin abandonar el producto estándar. Es importante señalar que la empresa ha comercializado Coca-Cola con azúcar de caña en ediciones limitadas y campañas nostálgicas (como la “Coca-Cola con sabor clásico”), por lo que no sería extraño que optaran por ofrecer ambas versiones en paralelo.

Coca-Cola, Trump y una relación de amor-odio

Curiosamente, Trump es un gran consumidor de Diet Coke, una bebida que no contiene ni jarabe de maíz ni azúcar de caña, sino el edulcorante artificial aspartame. De hecho, durante su primer mandato, mandó instalar el “botón de la Diet Coke” en el escritorio Resolute de la Oficina Oval para solicitar la bebida cuando quisiera.

A lo largo de los años, su relación con Coca-Cola ha sido tensa. En 2021, criticó a la empresa por oponerse a las leyes restrictivas de votación en Georgia. Sin embargo, sus propiedades siguieron vendiendo sus productos, y en su segunda toma de posesión presidencial en 2025, el CEO de Coca-Cola, James Quincey, le regaló una botella conmemorativa de Diet Coke.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla con los medios de comunicación antes de abandonar la Casa Blanca a bordo del Marine One, en Washington, DC, EE.UU., el 11 de julio de 2025.
EFE/EPA/WILL OLIVER

El anuncio de Trump ha tenido un impacto simbólico, al colocar en el centro del debate un tema que combina salud pública, política alimentaria y economía agrícola. Sin embargo, sin una confirmación clara por parte de Coca-Cola, sigue siendo incierto si este cambio será estructural, parcial o meramente una estrategia de marketing.

Mientras tanto, el consumidor estadounidense puede seguir eligiendo: la Coca-Cola “clásica” con jarabe de maíz, o pagar un poco más por la “Mexican Coke” con azúcar de caña, cuya superioridad, según sus consumidores es notable y por eso se comercializa en miles de tiendas especializadas de Estados Unidos a precios más altos que su contraparte estadounidense.