ANDALUCÍA

Soy de Almería y esta es la ciudad de España donde viviría encantado: la tranquilidad de la playa, el ocio infinito y la vida contemplativa

Toda la provincia de Almería es en sí misma una joya, pero hay lugares que son en sí mismos uno joya, por ejemplo Mojácar, una villa que reúne todo para combinar lo mejor del sol y la playa y la vida de pueblo

Vista aérea de Mojácar por la noche
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En la provincia de Almería hay un lugar que reúne todos los ingredientes para convertirse en la ciudad soñada para vivir: Mojácar. Este pueblo blanco, encaramado en lo alto de una colina y abierto al Mediterráneo, combina a la perfección la serenidad de la vida junto al mar, el encanto de su legado histórico y una oferta de ocio que no deja indiferente a nadie.

Uno de sus mayores atractivos es, sin duda, su estrecha relación con el mar. Mojácar cuenta con kilómetros de litoral que se alternan entre calas tranquilas y playas animadas. Entre ellas destaca El Playazo, un arenal extenso de la vecina Vera que se ha hecho célebre por albergar el mayor centro naturista de Europa. A su alrededor, chiringuitos, restaurantes y urbanizaciones crean un ambiente relajado y diverso que refleja a la perfección el carácter mediterráneo.

Vista aérea de Mojácar

Mucho más que el turismo de sol y playa

Sin embargo, Mojácar no es solo sol y playa. Su casco histórico sorprende a todo aquel que lo recorre: un entramado de calles estrechas, casas encaladas y rincones llenos de flores que conservan el espíritu de su pasado árabe. Pasear por el barrio del Arrabal, detenerse en la plaza del Parterre o contemplar las vistas desde la Plaza Nueva son experiencias que transmiten una calma difícil de encontrar en otros destinos.

Entre sus monumentos más representativos sobresale la Fuente Mora, también conocida como la de los 13 caños, escenario de episodios clave en la historia de Mojácar, y la Iglesia de Santa María, que además de templo religioso fue fortaleza defensiva. La tradición cuenta que en la fuente se produjo la entrevista entre el alcaide musulmán y los emisarios de los Reyes Católicos, lo que selló la rendición pacífica de la villa.

La vida cotidiana en Mojácar se disfruta también a través de su paseo marítimo, más de tres kilómetros de recorrido frente al mar donde se concentran restaurantes, tiendas, bares y zonas peatonales para pasear o practicar deporte. Es, sobre todo en verano, uno de los lugares más animados y el punto de encuentro de turistas y residentes.

Una gastronomía que enamora

La gastronomía local es otro de los pilares de su atractivo. En Mojácar se puede saborear desde el pescado fresco capturado en el Mediterráneo en locales tradicionales como Casa Egea, hasta carnes a la brasa en restaurantes como Mohana Mojácar. Todo ello acompañado por el ambiente acogedor y familiar que caracteriza a esta localidad almeriense.

El ocio y la cultura se combinan también en sus fiestas, siendo la de Moros y Cristianos la más representativa. Cada junio, el pueblo se llena de color, música y desfiles que recuerdan su historia medieval y que involucran de lleno a los vecinos, convirtiéndose en una celebración única.

Además, Mojácar está rodeada de parajes de gran interés natural y cultural. A pocos kilómetros se encuentran la Sierra Cabrera, ideal para rutas de senderismo, o playas tan impresionantes como la de los Muertos, en Carboneras, considerada una de las más bellas de España. También cerca está Turre, un típico pueblo blanco andaluz, y otros enclaves con encanto como Bédar o la costa de Garrucha.

Todo lo que tiene Mojácar

Todo ello convierte a Mojácar en un lugar que va mucho más allá del turismo de sol y playa. Aquí es posible disfrutar de una vida contemplativa, marcada por el ritmo pausado de sus calles, pero también de una oferta de ocio variada que se adapta tanto a quienes buscan tranquilidad como a quienes prefieren actividades y planes culturales. Es por eso por lo que Mojácar se alza como una de las ciudades más atractivas de España para vivir: combina la tranquilidad de un pueblo mediterráneo, la vitalidad de un destino turístico moderno y el privilegio de estar rodeado de naturaleza y mar. Un equilibrio que hace de este rincón del Levante almeriense un lugar donde cualquiera podría sentirse verdaderamente encantado de establecerse.