Defensa negocia un aumento histórico para subir la nómina de los militares

Las asociaciones reclaman un sistema transparente y adaptado a la realidad, mientras Defensa apuesta por una actualización progresiva

Margarita Robles (Defensa) - Defensa
Una fotografía de archivo de la ministra Margarita Robles.
EFE

La nómina de los militares vuelve al centro del debate político y presupuestario. El Ministerio de Defensa trabaja en una mejora retributiva que, si se concreta en los términos que se están negociando, supondría el mayor incremento salarial para las Fuerzas Armadas en años. El objetivo es que la subida se refleje a partir de enero de 2026. Sin embargo, el proceso sigue abierto y sin cifras definitivas cerradas.

El compromiso del Gobierno con la nómina de los militares está recogido en el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa. Un documento estratégico aprobado por el Consejo de Ministros que fija un nuevo marco presupuestario para los próximos ejercicios. En él, el Ejecutivo reconoce de forma explícita que España necesita unas Fuerzas Armadas de primer nivel y que ese objetivo pasa necesariamente por mejorar las condiciones salariales de su personal.

El plan que sustenta la subida de la nómina de los militares

El citado plan contempla una inversión global de 10.471 millones de euros, de los cuales 679 millones se reservan específicamente para reforzar la nómina de los militares. Desde Defensa subrayan que esta partida no es simbólica, sino estructural, y que busca corregir un desfase acumulado durante años.

Fuentes del Ministerio admiten que las negociaciones continúan abiertas. “Estamos trabajando en ello”, señalan de forma reiterada, como recogen en El Cronista, evitando concretar cifras hasta que se cierre el acuerdo definitivo. La intención es que la mejora de la nómina de los militares se aplique de forma ordenada y consensuada con las asociaciones profesionales.

Defensa negocia un aumento histórico para subir la nómina de los militares

Para articular el incremento de la nómina de los militares, el Ministerio de Defensa ha activado una ronda de contactos con las asociaciones profesionales del sector. El diálogo se canaliza a través del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (COPERFAS), el órgano encargado de la interlocución formal entre la Administración y los representantes de los militares.

Desde las asociaciones se insiste en que el actual sistema retributivo está “claramente obsoleto” y no se corresponde con el nivel de exigencia, disponibilidad permanente y responsabilidad que implica la carrera militar. En varios comunicados conjuntos, han advertido de que la nómina de los militares ha perdido poder adquisitivo de forma sostenida y que muchos efectivos se encuentran en una situación cercana a la precariedad.

Sueldos que no siguen el ritmo del coste de la vida

Uno de los argumentos más repetidos en la negociación es la distancia entre la nómina de los militares y el coste real de la vida. Según los representantes del personal, los salarios actuales no han acompañado la evolución del IPC. Eso ha erosionado de forma notable el poder adquisitivo.

El presidente de la Unión de Militares de Tropa, Francisco José Durán, ha puesto cifras sobre la mesa al señalar que un soldado o marinero percibe en torno a 1.300 euros netos mensuales. Mientras que un cabo mayor con más de tres décadas de servicio ronda los 2.000 euros. Para las asociaciones, estos datos evidencian que la nómina de los militares no refleja ni la experiencia acumulada ni la dedicación exigida.

Defensa negocia un aumento histórico para subir la nómina de los militares

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha calificado públicamente la mejora de la nómina de los militares como una “prioridad”. En sede parlamentaria, Robles aseguró que el incremento salarial se ejecutará “en lo que queda de año”, dejando claro que el compromiso político existe, aunque los detalles técnicos sigan en negociación.

El Gobierno defiende que reforzar la nómina de los militares no es solo una cuestión de justicia salarial, sino una necesidad estratégica. Mantener la operatividad, atraer talento y evitar la fuga de personal cualificado son factores clave en un contexto internacional cada vez más exigente.