CATALUÑA

El pueblo medieval de Cataluña con una playa en plena montaña: “arena dorada entre rutas de senderismo”

El Pirineo catalán tiene multitud de joyas en sus territorios, una de ellas es este pueblo pequeño en la montaña que esconde un secreto, una inesperada playa a más de mil metros de altitud

El pueblo de Setcases en Girona
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En pleno Pirineo gerundense, a 1.270 metros de altitud, se encuentra Setcases, un pequeño pueblo de origen medieval que conserva la esencia de la montaña catalana. A pesar de su reducido tamaño, pues no alcanza los 200 habitantes, es un destino muy frecuentado por quienes buscan aire puro, tranquilidad y naturaleza, tanto en invierno como en verano.

Setcases, cuyo nombre significa literalmente “siete casas”, se encuentra donde el río Ter se cruza con el torrente de Vall-llobre. Rodeado de cimas como el Bastiments o el Costabona, el pueblo destaca por su ubicación privilegiada entre montañas. Su acceso es sencillo desde Camprodon, y es uno de los puntos de entrada al Parque Natural de les Capçaleres del Ter i del Freser, lo que lo convierte en una base ideal para senderistas, ciclistas y amantes del paisaje alpino.

El pueblo de Setcases en Girona
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El turismo activo, clave en su crecimiento, además de un secreto inesperado

Durante el invierno, Setcases cobra vida gracias a la estación de esquí Vallter 2000, una de las más altas de Cataluña. Pero en los meses cálidos, el protagonismo lo toma el senderismo y las actividades al aire libre. El entorno natural ofrece múltiples rutas bien señalizadas, con cascadas, puentes de madera, prados verdes y bosques frondosos que recorren los valles cercanos. También destacan varios miradores accesibles desde el pueblo, como el del Forat de l’Olla o el Collet de Xuriguera, desde los que se obtienen vistas espectaculares del paisaje pirenaico.

Lo que más llama la atención a muchos visitantes en verano es la existencia de una playa en la montaña. Se trata de la platgeta de Setcases, una pequeña playa artificial ubicada junto al río Ter. Aunque no es una playa natural ni de mar, el espacio está acondicionado con arena, tumbonas y sombrillas, y permite a los visitantes relajarse y darse un baño en las frías aguas del río.

Este rincón, rodeado de vegetación y montañas, ofrece un contraste sorprendente. Muchos excursionistas que llegan con botas de montaña y mochilas se encuentran de pronto con un espacio que invita a ponerse el bañador y descansar al sol. No es habitual encontrar algo así a más de 1.200 metros de altura, y por eso se ha convertido en uno de los puntos más fotografiados del verano en la zona.

El río Ter, el alma del lugar

El río Ter es el hilo conductor de todo este entorno. Nace a pocos kilómetros del pueblo, en Ulldeter, a 2.425 metros de altitud, y acompaña el paisaje a lo largo de todo el valle. Estas aguas, frías y limpias, son las mismas que alimentan la platgeta y dan vida al ecosistema del parque natural. También son responsables de los pequeños gorgs, pozas y cascadas que se encuentran durante las rutas.

Y es que a pesar de su pequeño tamaño y su carácter tranquilo, Setcases se ha consolidado como un destino alternativo para quienes buscan montaña con un toque distinto. Aquí se puede disfrutar de la nieve en invierno, caminar entre bosques en primavera y refrescarse en una playa de río en verano. Todo ello sin aglomeraciones ni grandes desarrollos urbanos. Con su arquitectura de piedra, sus calles empedradas y su entorno natural bien conservado, Setcases es uno de esos lugares que sorprenden no por lo que prometen, sino por lo que ofrecen sin pretensiones: naturaleza, silencio, y claro está, su pequeña playa entre las montañas.

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