Recientemente, una técnica de skincare ha puesto de acuerdo a los dermatólogos por su efectividad. Se trata de la doble limpieza facial, que viene de oriente y se postula como base ineludible de cualquier tipo de rutina. Pero no mucha gente sabe aún qué es.
Muchas veces, la limpieza habitual del rostro se queda en una higiene muy leve. Pero con una doble limpieza, problemas como el maquillaje altamente resistente y la contaminación ambiental terminan por desaparecer. A continuación, puedes conocer cómo se realiza.
Qué es la doble limpieza facial y qué pasos tiene

Dos funciones, dos texturas y dos elementos. Esa es la base de la doble limpieza, con dos acciones complementarias que garantizan una higiene excelente en el rostro.
El primer paso a realizar es aplicar un aceite, ya sea limpiador o en bálsamo, sobre la cara aún seca. Según indican los expertos, como la doctora Paloma Borregón, esta primera acción retira el sebo acumulado y los restos que puedan quedar de maquillaje resistente, protector solar y otros.
Una vez completada la limpieza efectiva con el aceite, es el momento de pasar al limpiador acuoso sobre el rostro húmedo. Puede ser en formato gel, leche o espuma.
Con este paso, se eliminan los elementos relacionados con los líquidos que quedan en la piel. Ya sea sudor, residuos del aceite, contaminantes… Este agente acuoso puede penetrar mejor sobre los poros, realizando su labor de limpieza profunda adecuadamente y sin impedimentos.
Qué productos usar según tu tipo de piel

Un dato que se debe tener en cuenta sobre la doble limpieza facial es qué tipo de piel tienes.
Con el fin de limpiarla adecuadamente, es mejor optar por un tipo de productos específicos, para que la eficacia sobre tus necesidades biológicas sea máxima.
En la siguiente tabla, puedes encontrar los más adecuados para ti:
| Tipo de piel | Paso 1: Base oleosa | Paso 2: Base acuosa |
| Piel seca | Bálsamos ricos en manteca de karité o aceites de almendras. Aportan nutrición extra. | Leche limpiadora o geles cremosos no espumosos, que mantengan la hidratación. |
| Piel grasa / acneica | Aceites ligeros (como el de jojoba o semilla de uva) que sean no comedogénicos. | Geles seboreguladores con ácido salicílico o niacinamida, para controlar el brillo. |
| Piel mixta | Aceites hidrofílicos que se transforman en leche al contacto con el agua. | Espumas suaves que limpien la zona, sin resecar las mejillas. |
| Piel sensible | Aceites minerales puros o de camelia, sin fragancias ni aceites esenciales. | Limpiadores syndet (sin jabón) con pH fisiológico y agentes calmantes, como la avena. |
Como consejo final, la doctora Borregón y otras expertas recomiendan hacer un buen masaje en todas las zonas de la cara a la hora de aplicar los productos. Debe durar aproximadamente un minuto, llegando a todas las áreas. Asimismo, es recomendable usar siempre agua tibia al lavarse la cara, para evitar irritaciones.
En definitiva, la doble limpieza garantiza una correcta higiene facial. A su vez, esta facilitará que tu rostro se vea más luminoso y sano, al mejorar tu salud en la zona y optimizar la absorción de los activos de los productos de tu rutina.

