La moda siempre ha sido un reflejo de la evolución cultural y, en las últimas décadas, uno de los fenómenos más impactantes que ha surgido sobre la alfombra roja ha sido el del naked dress; un tipo de vestido que llamaba la atención por sus transparencias, hasta ahora siempre sutiles. Pero en 2025 su capacidad para lograr “desnudar” al cuerpo, literalmente, se ha convertido en una realidad.
Uno de los primeros y más legendarios naked dresses fue el que Cher lució en la Met Gala de 1974. Diseñado por Bob Mackie, el vestido estaba completamente adornado con pedrería y plumas, dejando ver su silueta de manera sensual y elegante. Este look sentó las bases para futuras interpretaciones del estilo.
Pero hablar del naked dress también nos remonta a icónicas modelos como Kate Moss o Naomi Campbell, pioneras al vestir prendas que desafiaban las normas de la vestimenta convencional. En los años 90, el minimalismo y la moda grunge dominaron la escena.
En 1993, la supermodelo Kate Moss asistió a una fiesta de la agencia Elite con un slip dress transparente de Liza Bruce, sin ropa interior, que la convirtió en un icono de la sensualidad y la despreocupación de la época. Looks sugerentes en los que inspirarse que pasaron a la historia; pero lo de Bianca Censori en los Grammy se ha convertido en una broma de mal gusto.
La evolución del ‘naked dress’
Desde la antigua Grecia, la moda ha jugado con la exposición del cuerpo, pero fue en los años 90 y principios de los 2000 cuando el naked dress comenzó a tomar forma. La década de los 2000 trajo consigo la plena integración de los naked dresses en el mainstream, siendo las alfombras rojas el lugar predilecto para que las celebridades experimentaran con este tipo de atuendo.

Jennifer Lopez en los Grammy 2000. Shutterstock
Uno de los naked dresses más atrevidos de la historia fue el que llevó Rose McGowan en los MTV Video Music Awards de 1998. Con un diseño hecho de cadenas y pedrería, acompañado de un diminuto tanga negro, McGowan desafió los estándares de la época y convirtió este look en uno de los más recordados.
Otro de los momentos que marcó un antes y un después fue el icónico vestido naked de Jennifer Lopez en los Grammy de 2000. El vestido verde de Versace, con un escote profundo y una caída que casi dejaba al descubierto su piel, fue un símbolo de poder y sensualidad. Su impacto fue tal que contribuyó a la creación de la búsqueda de Google por dress debido a su popularidad masiva.
Si hay un naked dress que definió la moda moderna, es el vestido de Rihanna en los CFDA Fashion Awards de 2014. Diseñado por Adam Selman, el vestido estaba cubierto con más de 230,000 cristales de Swarovski y dejaba entrever completamente su figura. La cantante complementó el look con un turbante brillante y guantes largos, logrando un momento inolvidable.
Para la Met Gala de 2015, Beyoncé sorprendió con un espectacular naked dress diseñado por Givenchy, adornado con cristales y perlas estratégicamente ubicados para cubrir su cuerpo. El vestido captó la atención de todos y se convirtió en uno de los looks más icónicos de la historia del evento. En 2019, Kim Kardashian redefinió el naked dress con un diseño de Thierry Mugler, que simulaba un efecto mojado sobre su piel. El vestido, cubierto de gotas de cristal, tardó ocho meses en confeccionarse y reforzó la imagen sensual y curvilínea de la estrella.
Más recientemente, Zendaya o Dakota Johnson llevaron este tipo de vestido a otro nivel. Zendaya, en concreto, apareció espectacular en los NAACP Image Awards de 2023, con un vestido de Versace con aberturas estratégicas y transparencias que resaltaban su figura. Su elección demostró cómo el naked dress sigue evolucionando y adaptándose a las nuevas generaciones.
Objeto de controversia: el uso del cuerpo femenino como espectáculo mediático
A pesar de la fascinación que generan estos vestidos, los naked dresses también han sido objeto de controversia. La exposición del cuerpo femenino en estos diseños puede ser interpretada como una forma de empoderamiento, mientras que otros consideran que perpetúan la objetificación de la mujer. Este dilema ha sido especialmente notorio en las últimas alfombras rojas, donde las figuras públicas han debatido sobre el propósito de tales atuendos.
El naked dress de Kim Kardashian en el Met Gala 2015, diseñado por Olivier Rousteing para Balmain, fue otro de esos momentos que dividió opiniones. Aunque algunos aplaudieron la osadía y el poder que representaba el look, otros criticaron la forma en que la figura de Kardashian estaba puesta a disposición de la mirada pública, sugiriendo que la “moda desnuda” podría ser más una estrategia de marketing que una verdadera forma de empoderamiento.

Bianca Censori y Kayne West en la alfombra roja de los Grammy 2025
Pero Bianca Censori en los Grammy de 2025 es un capítulo aparte: que apareció con un vestido completamente transparente que dejaba su cuerpo al descubierto casi por completo, ha sido todo menos una declaración de libertad y control sobre su cuerpo. No hay nada feminista en el posado de Bianca Censori.
Este tipo de atuendo refuerza una narrativa en la que el cuerpo femenino es una pieza más de exposición pública, una que se utiliza para captar atención y generar controversia, pero que carece de la autonomía necesaria para ser considerada una verdadera declaración de poder.

Kayne West y Bianca Censori
Al contrario de lo que se podría esperar, el naked dress de Censori parece más un reflejo de la explotación mediática y la objetificación. El hecho de que su cuerpo estuviera tan expuesto, sin ningún tipo de cobertura significativa, habla más sobre la presión de las expectativas sociales y la idea de que una mujer debe mostrar más para ser relevante, más que sobre una verdadera expresión de libertad.
El vestido de Bianca Censori en los Grammy 2025, que utilizaba una tela tan transparente que parecía hacerla desaparecer en medio de la multitud, se viralizó rápidamente en redes sociales. La repercusión fue tal que en apenas unas horas ya se han discutido en redes temas sobre feminismo, sensualidad y libertad de expresión en la moda.