Casa de Windsor

¿Qué futuro espera a Beatriz y Eugenia de York tras la caída definitiva de su padre?

La decisión de Carlos III de retirar a su hermano Andrés todos sus títulos y honores ha reabierto el debate sobre el papel, el estatus y el futuro de sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia de York

La inédita medida del monarca británico, que transforma oficialmente al duque de York en Andrew Mountbatten-Windsor, ha supuesto un nuevo seísmo en la Casa de Windsor. Aunque el comunicado del Palacio de Buckingham deja claro que la sanción se circunscribe al propio Andrés, el eco sobre sus hijas resulta inevitable. Beatriz y Eugenia, nietas de Isabel II y primas del príncipe de Gales, se encuentran ahora en una zona ambigua entre la lealtad familiar y la necesidad institucional de distancia.

Según confirman fuentes cercanas al Palacio y a varios medios británicos, las hermanas mantendrán sus títulos y su tratamiento de Altezas Reales, amparadas por el letters patent de 1917 de Jorge V, que otorga ese derecho a los nietos del soberano por línea masculina. No hay planes de modificar ese marco legal. En consecuencia, seguirán siendo oficialmente “Su Alteza Real la princesa Beatriz de York” y “Su Alteza Real la princesa Eugenia de York”.

El título de “York”, sin embargo, tiene un futuro más incierto. Al haber sido concedido a Andrés en 1986 y carecer este de heredero varón, el ducado revertirá a la Corona tras su fallecimiento. Esto significa que ninguna de las dos princesas podrá usarlo ni transmitirlo, y el título quedará disponible para una futura recreación, previsiblemente en favor del segundo hijo de un monarca, como dicta la tradición.

Lejos de los papeles institucionales, Beatriz y Eugenia han construido carreras independientes. Beatriz trabaja en el sector tecnológico y de inversiones, mientras Eugenia es directora en la galería Hauser & Wirth. Ambas conservan algunos patronazgos benéficos y mantienen visibilidad social, pero no son miembros activos de la Familia Real ni reciben fondos del Sovereign Grant. Su agenda pública es esporádica, más vinculada a causas personales que al servicio de la Corona.

El escándalo que ha acabado de enterrar la figura pública de su padre aumenta el escrutinio sobre ellas, pero no altera su posición en la línea de sucesión ni su legitimidad formal. Sí lo hace, en cambio, el clima dentro del Palacio: Carlos III apuesta por una monarquía moderna, y cualquier intento de ampliar el círculo de “royals en nómina” parece descartado. Algunos analistas británicos han sugerido que las York podrían ser llamadas para reforzar la representación real en el futuro, sobre todo cuando el príncipe Guillermo asuma el trono, pero por ahora se trata de pura especulación.

Un detalle técnico mantiene, no obstante, cierta relevancia constitucional: Beatriz figura entre los Consejeros de Estado, una función legal que le permitiría actuar en nombre del soberano en caso de ausencia o incapacidad. La ley de 2022 amplió la lista para incluir a la princesa Ana y al duque de Edimburgo, reduciendo las probabilidades de que Beatriz deba ejercer ese papel. Pero su presencia en la nómina refleja que sigue dentro del perímetro de la institución, aunque en un plano secundario.

En la prensa internacional, la cobertura se mueve entre la empatía y la distancia. Beatriz y Eugenia son percibidas como víctimas colaterales del derrumbe de su padre, pero también como parte de una familia que intenta redefinirse tras el legado de Isabel II. Para muchos británicos, las princesas simbolizan una versión “civil” de la realeza: con trabajos, familias y causas propias, pero sin la carga de representar oficialmente al país.

El futuro de las York, por tanto, parece trazado con una prudente ambigüedad. Seguirán siendo princesas, pero fuera del escaparate. Mantendrán su título, pero no su peso político. Y si algo define su situación tras la caída definitiva de Andrés, es que serán útiles como comodín, pero prescindibles como estructura dentro de una monarquía que busca sobrevivir con menos rostros, menos gastos y más control sobre su narrativa.

TAGS DE ESTA NOTICIA