Mario Sandoval, chef del restaurante Coque (dos estrellas Michelin, Madrid), y The Macallan, una de las destilerías de whisky más reconocidas del mundo, se han unido para crear el que ya se considera el menú más caro de España: 1.800 euros por persona. El precio no es casual ni simbólico. Responde a una propuesta cerrada y diseñada para combinar alta gastronomía con algunos de los whiskies más selectos y difíciles de encontrar de la marca escocesa.
La experiencia se sirve en un espacio privado del restaurante Coque, acondicionado para un máximo de diez comensales por sesión. Se accede solo con reserva anticipada y está concebida como una serie de cenas limitadas, no como parte de la carta habitual. La sala, apartada del resto del restaurante, ha sido adaptada específicamente para esta colaboración, incluyendo piezas de vajilla diseñadas en exclusiva y una puesta en escena pensada para crear una experiencia sensorial controlada.
El menú incluye 17 pases que recorren ingredientes nobles, técnicas de cocina precisa y presentaciones que reflejan la línea estética de Sandoval, siempre entre lo técnico y lo esencial. Cada plato se marida con un whisky diferente de The Macallan, incluyendo ediciones como The Macallan Double Cask 18 Years Old, Rare Cask, The Macallan 30 Years Sherry Oak y The Macallan M, una de las referencias más valoradas de la casa, de producción extremadamente limitada.
No hay espectáculo ni excesos. La propuesta se apoya en la precisión: tiempos medidos, temperatura ideal del destilado, armonía de sabores. Los platos han sido diseñados en función del perfil aromático del whisky, no al revés, lo que cambia por completo el enfoque tradicional del maridaje. La intención es que cada sorbo y cada bocado tengan un hilo conductor común, muchas veces relacionado con los matices de madera, humo, vainilla, especias o frutas maduras que comparten whisky y cocina.
Entre los platos más destacados figuran un pichón glaseado con reducción de barrica de jerez, una crema de raíces y mantequilla tostada, un ravioli de trufa negra infusionado con aromas de roble americano, y un postre de chocolate con notas de turba y caramelo salado. No se trata de reinterpretaciones de clásicos ni de un menú de temporada: todos los pases han sido creados exclusivamente para esta experiencia.
La alianza responde a un interés común entre la marca de whisky y el chef por explorar nuevos formatos de lujo gastronómico. No se busca solo exclusividad en el acceso o en el producto, sino también en la narrativa. Cada servicio incluye una introducción sobre el origen del whisky que acompaña a cada plato, y los comensales reciben una ficha personalizada con detalles de las botellas degustadas.
Para quienes están acostumbrados a experiencias gastronómicas de alto nivel, esta propuesta plantea un paso más allá: la cocina como medio para contar una historia de envejecimiento, barricas y paisaje escocés. Para The Macallan, que ha realizado colaboraciones similares en Londres, Hong Kong o Dubái, esta es su primera propuesta de este tipo en España.
Aunque el precio pueda situar la experiencia fuera del alcance de la mayoría, el objetivo no es solo económico. Las cenas son limitadas y su carácter efímero forma parte del atractivo. No es una experiencia pensada para repetirse ni para formar parte del circuito gastronómico habitual, sino para formar parte de la memoria -y de la colección- de quien busca algo fuera de lo común.