Salomé Pradas Ten (Castellón, 1978). Es la persona más buscada en el último año y también la única que ha asumido responsabilidades políticas a causa de la peor tragedia que ha asolado la Comunidad Valenciana. Hace justo un año era la consejera de Justicia e Interior, quien estuvo en el famoso Cecopi para hacer frente a las consecuencias de la DANA. Y todo cambió también para ella. “Las víctimas se merecen que se conozca toda la verdad”, asegura su entorno, en una extensa conversación con Artículo14.
Hoy, Salomé está fuera del foco político y también mediático. Pero no del judicial. En el momento que la jueza de Catarroja decide llamarla como investigada por la gestión de la emergencia en la Comunidad Valenciana, es cuando “se promete poner en pie” tras cuatro meses en los que no era capaz de salir de casa. “Se decía a sí misma, Salomé tienes que tirar para delante y defenderte”, explican las fuentes consultadas.

El objetivo de la que fue uno de los rostros más reconocibles del PP valenciano es el de “defenderse”, aunque está a la espera de los tiempos judiciales. Por encima de todo, quiere que se “sepa la verdad” de lo que pasó aquel día. “Toda”. Y esa verdad también pasa por el que fuera su jefe en el Gobierno, Carlos Mazón. “¿Dónde estaba en las horas más críticas de la emergencia?”, se pregunta su entorno un año después el entorno de Pradas.
“Que se sepa lo que ocurrió ese día”, se refirman, sin ocultar cierto tono de impotencia. Ella no lo sabe, según las fuentes consultadas. Sí le trasladó a Mazón en una de sus múltiples llamadas este terrible día que la situación “era muy fea”, a partir de las siete de la tarde. Fue entonces cuando el president “reaccionó”. Aunque no sería hasta las 20:28h cuando Mazón aparecería en el Cecopi.
Entre medias, varias llamadas de Salomé Pradas al presidente regional, según el relato trasladado a Artículo14 por el entorno de la consejera. Una, para informarle de la decisión de mandar el S-Alert a la población, y que el jefe del Consell no contestó. “No se esperó a nadie para tomar la decisión”.
En ese tiempo, con Mazón “desconectado”, el entorno de Pradas quiere dejar claro que ella “estuvo al pie del cañón”, y así lo dejó por escrito en su testifical ante la jueza de Catarroja el pasado 17 de abril. “Estuvo donde tenía que estar”.

Pradas visitó, sin el president de la Generalitat, varios de los pueblos afectados por las riadas como Utiel, Requena, Chiva, Paiporta, Alfafar, Benetússer, Algemesí, Carlet o Alginet. También visitó el Instituto de Medicina Legal, al lugar donde llegaban los cadáveres y sus familiares recibían asistencia psicológica. “Ejerció sus competencias desde el minuto uno y también después de la DANA”.
Eso sí, Pradas no se olvida de la Confederación Hidrográfica del Júcar: “¿Por qué no informó al Cecopi del desbordamiento del caudal y de la peligrosidad del barranco del Poyo?”.
Un año después, Salomé se dedica en cuerpo y alma a preparar su defensa ante la Justicia. Auguran un proceso largo porque la jueza de Catarroja ha prorrogado seis meses más la instrucción de la causa. Después, llegará el momento crucial. Cuando la Justicia decida si la envía a juicio oral. En su entorno rechazan aventurar su futuro judicial. “No lastró ninguna decisión, ni frenó, ni la impuso”.

Sobre las horas decisivas en las que había que tomar decisiones, se refieren a ella como “responsable institucional de la emergencia” y no técnica. De hecho, reconoció ante la jueza no ser “experta” y seguir los consejos que aportaban los técnicos reunidos en el Cecopi. “Hice todo lo posible y siento el no haber podido hacer más, pero actué con la información que se tenía en ese momento y con los consejos que se daban en ese momento”, dijo ante la jueza.
La exconsejera no acudirá hoy al funeral de Estado por las víctimas de la Dana, pero “estarán todas en su cabeza”. “Como cada día”. De hecho durante estos 365 días ha mantenido contacto con algunos de los familiares afectados por la riada, según ha podido comprobar este diario. “Tiene una gran tristeza” pero es consciente de que “no es una víctima política”. “Solo hay unas víctimas y son las de la riada”.

Si Pradas se queda con algo, es con el apoyo de sus familiares y amigos. Muchos políticos dejaron de llamar pero de su etapa como política se ha llevado un puñado de amigos que hoy la siguen de cerca, también diputados autonómicos y senadores. Ellos, en conversación con este diario, reconocen su fortaleza. “No podemos dejarla sola”, dicen quienes marcan su teléfono con frecuencia. Entre ellos no está Mazón, con el que ha perdido bastante contacto.
En Castellón vive y trabaja, y busca reconstruir parte de su vida. Sus vecinos la tratan con cariño. Hoy ha vuelto a ejercer la abogacía, donde una vieja amiga le ha abierto la puerta para volver a empezar, y ha regresado a la docencia universitaria. “Puede pasear libremente por las calles sin el miedo a escraches”.

