50 ANIVERSARIO ZARA

Zara regresa a sus orígenes con un homenaje a la primera tienda que lo cambió todo

La tienda conmemora el 50 aniversario de su primera tienda en la calle Juan Flórez de A Coruña, el lugar donde comenzó una revolución en el mundo de la moda. Hoy, ese espacio vuelve a cobrar vida como una instalación efímera que honra su legado y la identidad de toda una ciudad

El 9 de mayo de 1975 abría sus puertas en la calle Juan Flórez de A Coruña una tienda que cambiaría la historia del retail. Sin grandes alardes, pero con una visión clara, Amancio Ortega lanzaba Zara, una marca que acabaría redefiniendo el concepto de moda accesible en todo el mundo.

Aquel primer local, con apenas unas colecciones dirigidas a un público femenino, marcó el punto de partida de un modelo innovador basado en la proximidad con el cliente y la velocidad en la respuesta al mercado.

Cincuenta años después, Zara regresa simbólicamente a su origen para rendir homenaje a aquel momento fundacional. El establecimiento de Juan Flórez ha sido transformado en una intervención arquitectónica temporal que no solo celebra el nacimiento de la marca, sino también el alma urbana de A Coruña. Las clásicas galerías coruñesas, emblema visual de la ciudad, se convierten en protagonistas de esta nueva experiencia que mezcla pasado, presente y futuro.

La instalación alberga una muestra de piezas únicas y objetos de edición limitada creados especialmente para la ocasión. Cada elemento ha sido pensado para conmemorar los hitos de estas cinco décadas de historia.

Pero no se trata solo de moda: el espacio incluye también una cafetería y un salón boutique con estanterías llenas de revistas publicadas desde mayo de 1975. Un recorrido visual y editorial por medio siglo de tendencias, cultura y creatividad que invita a los visitantes a redescubrir los caminos que la moda ha transitado junto a Zara.

Más allá de la nostalgia, esta celebración representa un reconocimiento a la ciudad que vio nacer uno de los mayores fenómenos de la moda global. La tienda de Juan Flórez no es solo un símbolo de los comienzos, sino un puente entre generaciones, un homenaje a la arquitectura local y una forma de conectar la identidad coruñesa con el mundo.

La propuesta no deja indiferente. El juego entre diseño lúdico y el uso imaginativo de los espacios invita a los visitantes a una experiencia sensorial y emocional. Es también un testimonio de cómo una marca puede volver a sus raíces no para mirar atrás, sino para reforzar su visión de futuro con orgullo por su origen.

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