Oleksandra Matviichuk / Nobel de la Paz

“La valentía no tiene género”

La premio Nobel de la Paz 2022 se enfrenta a la inmensa labor de documentar los crímenes cometidos por Putin y su Ejército en Ucrania. Ya ha recabado 62.000 y es tan sólo la “punta del iceberg”

Oleksandra Matviichuk, premio Nobel de la paz

Entrevista a Oleksandra Matviichuk, premio Nobel de la paz ucraniana Center for Civil Liberties

La premio Nobel de la Paz de Ucrania, Oleksandra Matviichuk, supo desde pequeña que quería ser activista de los derechos humanos. Tras conocer en el colegio a disidentes que batallaban contra la maquinaria totalitaria soviética e impresionada por su valentía, decidió “estudiar Derecho, luchar por la libertad y la justicia”. Lo que nunca imaginó es que iba a ser galardonada por su labor en 2022. “Fue toda una sorpresa, no nos lo esperábamos. Somos meros abogados y activistas. No éramos famosos”, recuerda. Sin embargo, el premio Nobel conlleva una gran responsabilidad: “Nos brinda la oportunidad de que se nos escuche. Tratamos de disminuir el nivel de muerte en el campo de batalla, en las ciudades y en los territorios ocupados”, confiesa a Artículo14 la ucraniana de 40 años.

Al frente del Center for Civil Liberties, se dedica a documentar los crímenes de guerra cometidos por Rusia en Ucrania. “Unimos esfuerzos con decenas de investigadores de distintas regiones y construimos una red nacional”, explica. Su “ambicioso” objetivo es “documentar cada uno de los episodios criminales cometidos en cada pequeño asentamiento de cada óblast de Ucrania” para finalmente llevar a sus perpetradores ante la Justicia. Que no haya impunidad. Su terrible pero fundamental base de datos cuenta ya con más de 62.000 episodios. Matviichuk recalca que “62.000 es una cantidad enorme, pero es sólo la punta del iceberg”.

Sin guardaespaldas

Su meticulosa labor, que evidencia los crímenes de guerra desde el 24 de febrero de 2022, le ha puesto en el foco del presidente de Rusia, Vladimir Putin. No hace falta mencionarle lo que el mandatario ruso hace con sus oponentes y los que le refutan: véase Alexei Navalni, o el joven desertor ruso afincado en Alicante.

“Sabemos que no hay garantías y no tengo guardaespaldas ni gente que se ocupe de mi seguridad física, pero ahora vivimos en un mundo en el que ninguno estamos seguro. Es una ilusión que tengamos un sistema internacional que te proteja. Tus derechos humanos, tu seguridad, nuestra decisión y nuestra voluntad de actuar es la única garantía que tenemos”, asevera la premio Nobel de la Paz.

La premio Nobel de la Paz ucraniana Oleksandra Matviichuk

Oleksandra Matviichuk investiga los crímenes de Rusia en Ucrania

Entre las atrocidades cometidas por las fuerzas rusas, “desgraciadamente, hay muchos casos de mujeres y niños que han sido víctimas de diferentes tipos de delitos”. La abogada enumera algunos de los crímenes: “Utilizarlos como escudos humanos durante la batalla, destruir deliberadamente edificios residenciales donde vivían, violencia sexual, trabajos forzosos, detenciones ilegales…” Uno en el que más hincapié hace es “en la deportación forzada e ilegal de niños ucranianos a Rusia para criarlos como rusos”.

El crimen de la vergüenza

En Mikolaiv -una región que fue ocupada por los rusos al principio de la invasión y después liberada en la primera contraofensiva- la mayoría de las vecinas que fueron violadas por los soldados de Rusia huyeron de sus pueblos debido al estigma. Algunas directamente abandonaron el país.

“La violencia sexual es el delito más oculto”, confirma Matviichuk. “Lo sé por experiencia propia porque llevo 10 años documentando crímenes sexuales. Esta guerra no empezó el 24 de febrero de 2022, sino en febrero de 2014, cuando Rusia ocupó Crimea y parte de las regiones orientales de Ucrania. Ahí tuve mis primeros casos”, recuerda la Premio Nobel de la Paz.

“La violencia sexual es el delito más oculto”

En aquel entonces ya comprobó cómo los ciudadanos de aquellas zonas anexionadas ilegalmente por Rusia narraron “detenciones ilegales, torturas horribles, pero no mencionaron la violencia sexual”. Es “muy típico, porque la violencia sexual durante la guerra es el crimen de la vergüenza. Y toda esta metodología ayuda a los rusos a tomar el control sobre la región ocupada”.

Matviichuk detalla que los “supervivientes de la violencia sexual, se sienten fracasados. Sus vecinos, sus familias, su entorno… se sienten culpables por no haberlo impedido. Toda esta mezcla de miedo, vergüenza y culpa disminuye la capacidad de la comunidad local para cooperar y apoyarse mutuamente”.

Quebrar la resistencia popular

En su opinión, a pesar de estar en el siglo XXI y con un sistema legislativo internacional con normas hasta para los conflictos bélicos, Moscú “usa los crímenes de guerra y el miedo para intentar quebrar la resistencia popular y ocupar Ucrania infligiendo su mayor dolor a la población civil”.

Mujeres en el frente

Sobre el papel de las ucranianas en la invasión rusa, la Premio Nobel de la Paz remarca que “las mujeres se han unido a las tropas ucranianas, coordinan iniciativas civiles, toman importantes decisiones políticas o documentan crímenes”. Matviichuk subraya que “las mujeres están al frente de esta batalla por la libertad y la democracia, porque la valentía no tiene género”.

La premio Nobel de la Paz Oleksandra Matviichuk

La ucraniana Oleksandra Matviichuk, premio Nobel de la Paz

Asimismo, la abogada y activista asegura que la cuestión de género es un “buen modelo para recalcar nuestra diferencia con los rusos”. En la sociedad rusa, “las mujeres sólo pueden desempeñar un pequeño papel en la familia y la comunidad. Ésta es la base de un régimen autoritario: la forma en que la sociedad se trata es sólo el reflejo de cómo el Gobierno trata a su pueblo”. Por eso, “en Noruega los hombres y mujeres tienen los mismos derechos, mientras que, en Afganistán, las mujeres tienen prohibido hasta estudiar en la universidad”.

La violencia doméstica, despenalizada en Rusia

La Premio Nobel de la Paz recuerda que en Rusia “se despenalizó la violencia doméstica y hay muchos casos de brutalidad contra mujeres y niños en las familias que ya están sin protección porque, una vez más, siempre es un reflejo de cómo se comporta el Gobierno con sus ciudadanos”.

Fatiga mediática

En cuanto a la falta de atención mediática a Ucrania tras los ataques terroristas de Hamás a Israel el 7 de octubre y el sangriento conflicto bélico desatado en Gaza, la activista admite que es un “verdadero problema”.

Recuerda que enviaron grupos a Bucha, tras la liberación de la región de Kyiv, y sus equipos encontraron cadáveres de civiles, hombres y mujeres, esparcidos por las calles. Estuvieron allí meses, hasta la liberación. Cadáveres de civiles en los jardines de sus propias casas. En fosas comunes, con las manos atadas bajo la espalda. En coches de civiles, que fueron bombardeados deliberadamente por los rusos mientras intentaban escapar de la zona peligrosa. “En ese momento me dije, si Rusia hizo esto mientras el mundo entero miraba, ¿qué infierno nos espera cuando perdamos el foco?”

A Matviichuk le asombra el cinismo del mundo en que vivimos, donde Putin ha dicho abiertamente que los ucranianos no existen, que son la misma nación que Rusia, por lo que la solución es que estén de acuerdo con ser rusos o serán asesinados. “Es un principio muy simple que se aplica por el Ejército ruso”.

¿Putin en el banquillo?

Sobre si algún día se podrá llevar a los perpetradores ante la Justicia, la Premio Nobel de la Paz indica que “hacemos todo lo posible para que así sea y, por eso documentamos estos crímenes: para que, tarde o temprano, todos los rusos que los cometieron con sus propias manos, así como Putin, los altos dirigentes políticos y el alto mando militar del Estado ruso, rindan cuentas”.

“Las atrocidades son el resultado de las decisiones de sus dirigentes”

Eso sí, reconoce que se enfrentan a dos desventajas en cuanto a la rendición de cuentas. Por un lado, no existe un tribunal internacional que pueda procesar a Putin y a quienes le rodean. Ella insiste en que “todas estas atrocidades que ahora documentamos son el resultado de la decisión de sus dirigentes. Por eso tenemos que crear un comité especial de agresión y hacerles rendir cuentas”. Por otro, lamenta la enorme cantidad de trabajo debido a la gran cantidad de crímenes que Rusia comete en Ucrania.

“He mencionado 62.000 crímenes. Estos son los resultados que hemos documentado, pero la Fiscalía General de Ucrania ha abierto más de 120.000 procedimientos penales. Es imposible incluso para el mejor sistema nacional del mundo, encima durante una guerra. Y Ucrania no poseía el mejor sistema nacional. Necesitamos ayuda internacional”, demanda Matviichuk.