Gaza

¿Quién manda en Hamás?

Con su “Consejo de Guerra” eliminado, Hamás no cuenta con estrategia política ni recursos militares suficientes para causar daño a Israel, y pierde el control sobre la sociedad gazatí

¿Quién manda en Hamás?
Miembros de las Brigadas Al Qassam durante el funeral de los asesinados durante la guerra israelí en Gaza
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El 7 de octubre de 2023 cambió para siempre las reglas del juego de Oriente Medio. Supuso la peor matanza de judíos desde el Holocausto nazi, y la peor tragedia colectiva para el pueblo palestino desde la Nakba (catástrofe), que acarreó la huida y expulsión masiva de árabes tras la creación del estado de Israel en 1948. Para Hamás, el grupo islamista que gobernó la Franja de Gaza durante casi dos décadas y perpetró la matanza en el sur de Israel, ha supuesto también un golpe casi mortal.

Desde los túneles de la Franja, miles de integrantes de Hamás resisten la presión militar israelí con una táctica de guerrilla escurridiza. Pero el grupo islamista ya no cuenta con una estructura política y militar jerarquizada. Uno a uno, en Gaza o la diáspora, los líderes del grupo palestino fueron liquidados por el Ejército o la inteligencia israelí.

La serpiente, descabezada

El asesinato de Yihie Sinwar, jefe supremo de Hamás en Gaza, supuso el cierre de un círculo para Israel. Sinwar, liberado de la cárcel israelí en un intercambio de presos, fue el cerebro de la masacre del 7 de octubre. Tras ordenar la invasión, se escondió junto a su familia en el entramado de túneles gazatíes -se estima que alcanzaban más de 500 kilómetros de extensión-, y se rodeó de rehenes israelíes para protegerse ante un eventual asalto israelí.

De hecho, cuando comandos especiales hebreos se acercaron a su escondite en las entrañas de Rafah, seis rehenes fueron asesinados. Finalmente, Sinwar fue liquidado en una incursión militar en esta misma ciudad, al sur de la franja, en octubre de 2024. En su última imagen en vida, el malherido líder islamista trató de repeler con un bastón la incursión de un dron israelí antes de ser liquidado.

El reemplazo de Yihie fue su hermano Muhamad Sinwar, una figura apenas conocida por la sociedad gazatí, por su reticencia a mostrarse públicamente. Trató de liderar un grupo ya profundamente debilitado, sin apenas capacidad de golpear militarmente a Israel, y reducido a comandos desconectados que se dedican a tender trampas a vehículos blindados israelíes que ocupan Gaza. Muhamad Sinwar fue abatido en un bombardeo a finales del pasado mes de mayo.

Del ”Consejo de Guerra” de Hamás en Gaza ya no queda nadie: junto a los hermanos Sinwar, el comandante del brazo armado del grupo, Mohamed Deif, también fue liquidado en un bombardeo. Su muerte costó semanas de certificar, pero finalmente fue confirmada por Israel. Deif fue el responsable de consolidar la estructura militar de las Brigadas Izzadin Al-Qasm. Incluso creó el comando de élite Nujba, que comandó la invasión a los poblados israelíes en la matanza del 7 de octubre. El segundo máximo jefe militar islamista, Marwan Issa, también fue asesinado en marzo de 2024.

Además de sus principales cabecillas en Gaza y los miles de milicianos y comandantes islamistas abatidos durante casi dos años de guerra -las cifras no están claras-, Hamás sufrió dolorosas bajas en el extranjero. El líder del grupo, Ismail Haniye, fue asesinado por el Mosad en Teherán cuando acudió a la inauguración del cargo del nuevo presidente iraní Masoud Pezeshkian, en julio de 2024. El número 2 del grupo en el extranjero, Saleh al-Arouri, fue alcanzado en un ataque quirúrgico contra su apartamento en Beirut.

Ante el vacío de poder, a finales de mayo se nombró a Izz al-Din al-Haddad como reemplazo de Muhamad Sinwar. Previamente, comandó las brigadas de Hamás en el norte de la franja y la ciudad de Gaza, y habría sobrevivido ya a al menos seis intentos de asesinato por parte del ejército israelí. Se cree que al-Haddad es el último alto comandante en vida de la estructura original del brazo armado islamista.

Actualmente, la supervivencia de Hamás pasa por mantener bajo su control a los 50 rehenes israelíes que mantiene -se estima que unos 20 en vida-, lanzar ataques sorpresas sobre tropas israelíes, y tratar de controlar la escasa ayuda humanitaria que entra al enclave costero. Ante la incapacidad del grupo islamista de ejercer el control sobre el territorio -el plan del ejército israelí era llegar a controlar el 75% de Gaza-, clanes criminales y milicias están apoderándose del control civil en algunas zonas.

La preparación militar de Hamás para lanzar el ataque sorpresa del 7 de octubre tomó muchos años, en los que construyó la extensa red de túneles, almacenó armamento, y entrenó a sus comandos de élite. No obstante, tras el duro golpe recibido, difícilmente logrará a recuperar sus capacidades. En las negociaciones de alto al fuego, que se dirimen en Qatar, el grupo islamista insiste en su demanda de retener cierto control en la franja tras la retirada militar israelí.

“Con la abrumadora respuesta militar de Israel y el aislamiento internacional que le siguió, el ataque del 7 de octubre ha sido visto cada vez más como una apuesta desesperada, que careció de una estrategia de salida política clara y condujo a un sufrimiento masivo para la población civil de Gaza”, consideró el periodista Rushdi Abualouf en la BBC.

Sin su “Consejo de Guerra”, Hamás afronta un vacío en tiempos críticos. Su mano de hierro con la que controló a los gazatíes se desmorona, no tiene una estrategia política y, por mucho que insista su propaganda, sus capacidades militares son prácticamente inexistentes. La gran incógnita es quien asumirá el liderazgo de la Franja de Gaza el día después de la guerra, que requerirá una intervención exterior masiva para reconstruir un territorio completamente devastado por la maquinaria militar israelí.