La política de deportación forzosa de menores ucranianos por parte de Rusia ha dado un nuevo y alarmante paso. Autoridades instaladas por Moscú en la región ocupada de Lugansk han creado un “catálogo” en línea de niños ucranianos, en el que se pueden filtrar por edad, género, color de ojos y cabello, e incluso por rasgos de personalidad. Se trata de 294 menores, presentados como “huérfanos y niños privados de cuidado parental”, a disposición para adopción o acogida bajo supervisión rusa.
En esta base de datos, los niños son descritos con términos como “obediente”, “tranquilo”, “disciplinado” o “no conflictivo”. Algunos son presentados como “educados y respetuosos con los adultos” o capaces de “ejecutar tareas” de forma fiable. Además, el sistema permite filtrar por el tipo de tutela deseada, ya sea adopción plena o acogida.
Según Mykola Kuleba, director ejecutivo de la organización Save Ukraine, la mayoría de los menores incluidos en este catálogo nacieron en la región de Lugansk antes de la ocupación rusa y tenían ciudadanía ucraniana. “Padres de algunos de ellos fueron asesinados por las autoridades de ocupación, otros fueron simplemente provistos de documentos de identidad rusos para legitimar su secuestro”, explicó.
Russia isn’t even trying to hide it anymore. It’s openly trafficking Ukrainian children.
On official platforms, Ukrainian orphans are displayed like products in an online marketplace.
Full-face photos. Age. Eye color. Health status. Even “obedience level.” Filterable. Sortable.… pic.twitter.com/SYcRxlx0JD
— Mykola Kuleba (@MykolaKuleba) August 7, 2025
“El disimulo ha desaparecido”
Kuleba denunció que muchos niños procedentes de zonas ocupadas desde 2014 —incluyendo Crimea y partes de Donetsk y Lugansk— han sido “sistemáticamente deportados y transferidos a familias rusas en Moscú y otras regiones”. Subrayó que esta práctica “no es una táctica nueva” y que, desde la invasión a gran escala en 2022, se ha vuelto “generalizada y sistemática”. Inicialmente, las autoridades rusas intentaban encubrir la operación, eliminando registros y referencias, pero “ahora, el disimulo ha desaparecido”. Para Kuleba, “Rusia ni siquiera intenta esconderlo ya. Los huérfanos ucranianos se muestran como productos en un mercado en línea”.
El activista calificó esta iniciativa como “trata de niños patrocinada por el Estado”, advirtiendo que la legislación rusa ha sido modificada para poder cambiar los apellidos y fechas de nacimiento de los menores. El sistema está tan “optimizado” que, según él, “un niño ucraniano ahora puede ser efectivamente ‘pedido’ por internet, despojado de su identidad, recibir un pasaporte ruso y ser sometido a control ideológico” en cuestión de un clic. Entre los riesgos señaló la exposición a explotación sexual, trata de personas, adopciones ilegales y tráfico de órganos.

El secuestro de niños es prioridad para Putin
Hasta la fecha, Ucrania ha logrado verificar la deportación de más de 19.500 niños hacia Rusia, identificando tanto su lugar de residencia original como su ubicación actual. Sin embargo, solo algo más de 1.350 han sido devueltos, y siempre mediante mediación de terceros países, como Qatar, Sudáfrica o el Vaticano. Kiev advierte que la cifra real es probablemente mucho mayor.
El Humanitarian Research Lab de la Universidad de Yale sitúa el número más cerca de los 35.000, mientras que Moscú ha llegado a afirmar que podría alcanzar los 700.000. El Institute for the Study of War (ISW), con sede en EE UU, sostiene que el secuestro de niños es una de las prioridades del presidente ruso, Vladímir Putin. Documentos internos del Kremlin, fechados el 18 de febrero de 2022, revelan planes para trasladar menores de orfanatos en Lugansk y Donetsk a Rusia bajo la excusa de “evacuaciones humanitarias”.
En conversaciones mantenidas en Estambul, la delegación ucraniana entregó a Rusia una lista con los nombres de 339 niños deportados, exigiendo su devolución. “Si Rusia está realmente comprometida con un proceso de paz, la devolución de al menos la mitad de los niños en esta lista es positiva”, declaró Rustem Umerov, jefe negociador ucraniano.
El líder de la delegación rusa, Vladímir Medinski, rechazó las acusaciones, afirmando que Ucrania busca “exprimir una lágrima” en Europa al “montar un espectáculo sobre el tema de los niños perdidos”. Fuentes de Euronews aseguran que Moscú conoce el paradero exacto de cada uno de los menores mencionados en la lista.

Una violación grave del derecho internacional
La deportación y transferencia forzosa de menores desde territorios ocupados constituye, según el derecho internacional, un crimen de guerra. La Corte Penal Internacional (CPI) ya ha emitido órdenes de arresto contra Vladímir Putin y Maria Lvova-Belova, Comisionada Presidencial para los Derechos del Niño en Rusia, acusándolos de la “deportación ilegal de población y transferencia ilegal de población de áreas ocupadas de Ucrania a la Federación Rusa, en perjuicio de los niños ucranianos”.
Lejos de mostrar arrepentimiento, Lvova-Belova ha defendido públicamente las reubicaciones, llegando a describir la integración de adolescentes ucranianos en familias rusas como un éxito, incluso ella misma ha “adoptado” a un adolescente ucraniano. Su figura, estrechamente ligada a la Iglesia Ortodoxa y presentada por el Kremlin como protectora de la infancia, contrasta con las acusaciones de la CPI, que la señalan como pieza clave en una política sistemática de secuestro y “rusificación” de menores.