Opinión

Empieza el cambio de ciclo

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El Partido Popular celebra este fin de semana su XXI Congreso, una cita que, a la luz de los acontecimientos recientes, resulta trascendental y determinante para el futuro de todo el país. Los casos corrupción que cada vez acorralan más al presidente del Gobierno y a todo el PSOE; un Gobierno más centrado en defenderse y resistir, que en defender a los ciudadanos y gestionar los problemas reales; y una ciudadanía abochornada y avergonzada por el dantesco espectáculo, certifican el final de la actual etapa política y el cambio de ciclo en España.

Ante este escenario, el Partido Popular, como principal fuerza política, como partido de amplias mayorías, tiene la responsabilidad de ofrecer a los ciudadanos un proyecto de alternativa sólido e ilusionante con el que devolver la decencia y la integridad al Gobierno de España. Un proyecto que devuelva la política a la centralidad, que devuelva la gestión, la responsabilidad y a los ciudadanos, al centro de la política.

Porque el cambio no puede llegar desde la resignación y el desánimo y de los españoles, sino que debe hacerlo desde la convicción y desde la ilusión de una ciudadanía que cree en este país, en su capacidad, talento y potencial, y que cree en una política que esté a su altura.

Debemos ser capaces de ofrecer un proyecto de amplias mayorías, un proyecto reconocible, con ideas y mensajes claros, capaz de conectar con los ciudadanos a lo largo de todo el país, entendiendo cada una de las realidades, el carácter, los acentos, la riqueza lingüística y la idiosincrasia de nuestras Comunidades Autónomas, entendiendo que hay una España que se vacía y una España que se llena. El Partido Popular es y debe seguir siendo el partido que mejor encarna y entiende el Estado de las Autonomías que articula nuestra Constitución, porque, sin duda, somos el partido que mejor entiende España.

Debemos ofrecer un proyecto que seduzca a los jóvenes, desde un espíritu liberal y desde un programa convencido de la libertad. Contamos con una generación de jóvenes formados, preparados y críticos, que huyen del relato oficial que ha pretendido imponerles la izquierda, y debemos ser capaces de ofrecerles un proyecto que respete su libertad y les dé oportunidades. Debemos darles soluciones realistas y efectivas para acceder a una vivienda asequible, apoyar a los emprendedores, quitándoles trabas y burocracia, y trabajar por un país moderno, apostando por el talento, la igualdad y la innovación.

Debemos ofrecer a los ciudadanos un proyecto que afronte con valentía y rigor los grandes retos de nuestro país, que le hable a los ciudadanos como adultos, afrontando, entre otros, el reto de la inmigración, siendo firmes y defendiendo un cambio drástico en la política migratoria, que pase por proteger nuestras fronteras, combatir la inmigración ilegal y las mafias que la promueven, y siendo más rigurosos en el acceso a prestaciones; y desde el respeto a las libertades, siempre debemos defender los valores de la democracia liberal y del humanismo cristiano sobre los que se cimienta Europa y que representa el Partido Popular.

Porque el reto de restituir la decencia y la dignidad de nuestras instituciones, de reconstruir los puentes dinamitados en el seno de nuestra sociedad, de derribar los muros y de volver a poner toda la arquitectura institucional al servicio de los ciudadanos, y no al revés, requiere de un proyecto sólido y un apoyo amplio de la ciudadanía.

Alberto Núñez Feijóo es el mejor para liderar hoy ese proyecto, de decencia, de integridad, de honestidad, de centralidad, de entender la realidad de nuestras autonomías, capaz de conectar con los jóvenes y, con firmeza y hablando a los ciudadanos como adultos, de afrontar los grandes retos que tiene España. Ha llegado el momento del cambio de ciclo en este país, y empieza en el XXI Congreso del Partido Popular.