La tercera edición de La Vuelta a España femenina en su reciente formato, (undécima en total) ha arrancado este domingo en Barcelona por todo lo alto, con una crono por equipos de 8 kilómetros en un circuito urbano por las calles más representativas de la ciudad. Este año serán 7 etapas, una menos que el pasado año, y la participación de las mejores corredoras del mundo entre las 146 ciclistas en la salida, coloca a La Vuelta como la segunda carrera por etapas más importante del año, por detrás del Tour de Francia.
Solo la participación de la campeona del mundo Lotte Kopecky, reciente ganadora del Tour de Flandes, hubiera dado aún más brillo al cartel, pero este año parece que la corredora belga se ha puesto como objetivo ganar el Tour de Francia.
Precisamente la última ganadora del Tour, Kasia Niewiadoma también está corriendo La Vuelta aunque en un papel a priori secundario en el Canyon Sram.
Demi Vollering vuelve a ser favorita, en su condición de ganadora de la edición de 2024 y esta vez bien respaldada por un potente FDJ-Suez que sufrió la caída de una de sus especialistas, Vittoria Guazzini, en una de la pocas curvas que presentaba el circuito, circunstancia que probablemente las alejó de la victoria final, que fue para el equipo estadounidense Lidl Trek.
Como viene sucediendo en La Vuelta femenina, Unipublic calca, a escala, el despliegue de la edición masculina. Otra cosa es el aliciente de la participación española, que crece muy lentamente.
La desgraciada ausencia a última hora de Mireia Benito por enfermedad, deja en 9 las corredoras españolas que corren esta edición de La Vuelta femenina, solo una más que el pasado año. La creación de la categoría Pro Team, una segunda división profesional por debajo del WWT, aunque necesaria, no está ayudando a las jóvenes ciclistas españolas, que encuentran enormes dificultades para dar el salto al profesionalismo.
La retransmisión de las carreras en televisión, la consolidación de la versiones femeninas de las grandes clásicas del calendario masculino no se ven reflejadas, de momento, en el nivel de las jóvenes españolas, con poco calendario para mejorar. Y no es porque no esté creciendo el interés de la niñas que se suben a la bici para competir en las categorías más tempranas, infantil y cadete, que sí responden a la proyección mediática del ciclismo femenino .Pero algo falla cuando hay que compatibilizar estudios o trabajo con un deporte tan exigente, en junior o sub 23.
Si Mavi García a sus 41 años o Ane Santisteban a sus 34 siguen siendo las principales referencias españolas, ambas con muchísimo mérito, junto con Sara Martín, única española en el potente equipo que lleva Movistar a la Vuelta, es que hay que darle una vuelta a lo que está pasando en la etapa de formación (e ilusión) en España.
Laboral Kutxa corre La Vuelta con la mencionada Ane Santesteban, Alba Teruel y Usoa Ostolaza, campeona de España de ruta y candidata a estar entre las mejores de la clasificación general.
Santesteban ha hecho algo mucho más importante que ganar en la carretera este año. Tras sufrir un calvario de dolor continuado durante la pasada temporada y desesperarse en la búsqueda de diagnóstico que explicase su dolencia, con pruebas de todo tipo que resultaban negativas, una revisión ginecológica rutinaria reveló que la guipuzcoana tenía un quiste ovárico que le había provocado una endometriosis, una dolencia que afecta al 10% de las mujeres en edad reproductiva y que sigue siendo tabú.
Ane se abrió en canal en sus redes y explicó las causas de su bajo rendimiento y la liberación que suponía para ella saber lo que le causaba tanto dolor y poder solucionarlo simplemente recurriendo a la píldora. ¿Hay una victoria más importante que ser ejemplo e inspiración para tantas otras mujeres visibilizando la endometriosis?
Lo sucedido con Ane nos enseña que para que el ciclismo y deporte femenino en general siga creciendo, no basta con seguir el camino que recorrieron antes los hombres. O pretender copiar recorridos o distancias. Respetemos la fisiología femenina, entendamos el cuerpo y funcionamiento de las mujeres, con sus peculiaridades, dolencias y virtudes, y huyamos de cualquier comparación dañina.