Opinión

Os necesitamos

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Si se tuviese que hacer un resumen acerca de lo más relevante de la presente legislatura, quizás este comenzaría por la lista de cesiones que el Gobierno nacional ha hecho a los partidos nacionalistas.
En la pasada sesión parlamentaria se pudo ver evidenciada la ruptura ya anunciada por parte de Junts la semana pasada de una manera rotunda, con calificativos como “hipócrita” y “cínico” dirigidos al presidente del gobierno entre otras muchas manifestaciones.

La sesión se convirtió en la escenificación de lo que todos ya sabíamos, la necesidad que tienen los unos de los otros. La señora Nogueras – Junts – recalcó el hecho de que el ejecutivo no se mueve si no se les presiona, dejando clara la tónica de toda esta legislatura estéril, en la cual no han dejado de haber tiras y aflojas con tal de subir la apuesta y conseguir mayor rédito.

La portavoz de Junts, Míriam Nogueras, interviene durante el pleno que celebra este miércoles el Congreso.
EFE/ J.J.Guillen

Los de Puigdemont comienzan a estar muy presionados por las encuestas que indican que en Cataluña su espacio electoral está siendo depredado por la fuerza política ultraderechista “Aliança Catalana”; lo cual les ha obligado a escenificar este movimiento rupturista indignado contra la coalición de gobierno. Comienza a complicarse el discurso en la derecha catalana representada por Junts cuando se está negociando con la izquierda nacional y desde Cataluña se les comienza a presionar. Perder capacidad de influencia no es un precio que los de Puigdemont se puedan permitir pagar.

Este matrimonio en proceso de divorcio aún mantiene ciertos lazos de unión y esperanza, o eso es lo que parece que ha pretendido exponer el señor Pedro Sánchez en la pasada jornada.

El presidente a verbalizado el hecho de que para el gobierno sus votos – los de Junts – son necesarios, pero dejando claro también que el grupo nacionalista catalán también necesita los votos del gobierno. Una suerte de codependencia que parece que desde el lado nacionalista se ha decidido romper.

Carles Puigdemont, acompañado por Míriam Nogueras y Jordi Turull encabeza en Waterloo una doble jornada de trabajo del grupo de JxCat en el Parlamento de Cataluña.
EFE/ Olatz Castrillo

Asombra el tono de un ejecutivo cambiante, en el que se mantienen las formas mientras se intenta reconducir a sus aliados y se pierden cuando habla contra la oposición.

No ha podido faltar en el discurso la repetición del término ‘ultraderecha’, como cuando un tal pastorcillo decía que venía el lobo bromeando a diario haciendo que cuando esto sucedió en realidad, nadie le creyó.

Esta es la situación de la política actual, escuchamos continuamente la amenaza de lo que puede venir, para no rendir cuentas de lo que no se está haciendo; escuchamos promesas vacías a diario, mientras los problemas no se resuelven; nos asombramos con anuncios a bombo y platillo sobre ayudas económicas al exterior, cuando tenemos muchos damnificados por catástrofes naturales a los que no se está atendiendo.

La política se ha convertido en una relación de amor disfuncional en el que continuamente se dicen algo así como “os necesitamos”, cuando en realidad se quiere decir “os utilizamos”.

Llegará el momento en el que se tendrán que rendir cuentas por lo desgobernado, por no realizado y por la dejadez hacia la realidad de una sociedad adormecida por los subsidios generalizados.