Opinión

Una política desechable

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La utilidad de la política queda en un entredicho cuando florecen los diferentes casos sobre los que vamos teniendo conocimiento.

Cada vez más personas implicadas presuntamente, cada vez más ramificaciones de casos que parecen no tener fin y cada vez más conexiones que empiezan a apuntar a personas de mayor rango.

Es difícil comenzar por un caso, pero si es reseñable el hecho de la negación de la tecnología en ciertos círculos. Varios medios se han hecho eco de la posibilidad de que el expresidente Rodríguez Zapatero utilice móviles de prepago y desechables para sus conexiones con según qué empresarios. La sombra de la nube negra de escándalos cada vez parece ser más densa.

El nombre del expresidente no solo suena con relación a esta circunstancia, puesto que parece que la administración Trump también tiene puesto el ojo en el exmandatario a razón de su vinculación con Venezuela y de los presuntos negocios que allí podía desarrollar.

La reciente detención de Julio Martínez en el marco de la investigación sobre Plus Ultra y de toda la cúpula de la compañía parece haber cerrado el círculo de nerviosismo por la posible relación entre el rescate a la compañía y las reuniones entre Zapatero y la SEPI. Pero como este torrente negro no tiene fin, también las hijas del exmandatario han salido salpicadas por su relación con el empresario, el cual era cliente de la empresa propiedad de ellas.

Con Leire Díez, Vicente Fernández, Ábalos, Koldo…en la cárcel, cualquier panorama queda abierto. La duda es si romperán filas y comenzarán a poner luz en esta situación. Porque intensas son las advertencias que se filtran desde las diferentes celdas acerca de unas posibles colaboraciones con la UCO.

Mientras tanto en la realidad paralela del gobierno acechado por los casos de presunta corrupción, el presidente expone la corrupción juzgada del oponente político a modo de justificación para desvirtuar el mensaje o la responsabilidad directa sobre lo que está sucediendo en su partido.

Candidatos como el de Extremadura que hacen renunciar a diferentes compañeros con el fin de conseguir un aforamiento y entorpecer el proceso judicial que enfrentan; ministras que renuncian a su cargo en el gobierno para dedicarse a su comunidad autónoma sin afrontar el hecho de que ya la situación se le hace bola, y que las recientes fotos distendidas con un presunto acosador no son justificables, máxime cuando la lacra de los casos de acoso en el partido que no dejan de florecer.

Al partido socialista parece que no le dejan de florecer los casos de irregularidades, muchas son las socialistas que alzan la voz ante diferentes situaciones de acoso presunto sufridos en el seno de su partido. Voces que han sido silenciadas por el “aparato” del partido hasta que ya no se ha podido aguantar más. ¿Dónde están las socialistas que se colocan tras una pancarta en el 8 M? ¿Dónde están para defender a sus compañeras y condenar las presuntas actitudes de sus compañeros?

EFE/ Juanjo Martín

En la respuesta siempre encontramos el que no se conocía la situación, aunque ha quedado demostrado que al menos, en el caso de partido socialista de Galicia, se conocía la situación hace meses.

La política desechable es aquella que no solo no suma, sino que además genera residuos. Residuos que una sociedad como en la que vivimos son intolerables además de no ser gestionables.

Un móvil desechable, una denuncia no escuchada y una mentira como verdad. Este desecho deja ya de ser soportable para la sociedad.

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