Alarma en Moncloa por la beligerancia de Podemos: “Quieren elecciones”

Aumenta la preocupación en el Gobierno por la incapacidad de negociar con Podemos. Tampoco los Presupuestos. “Están en matar a Sumar y al PSOE”, avisan el resto de socios parlamentarios

Ione Belarra y Yolanda Díaz.
KiloyCuarto

Junts per Catalunya y Podemos llevan tiempo presentándose como socios parlamentarios correosos, difíciles de convencer, pero su actitud de las últimas semanas, especialmente de cara a los Presupuestos para 2026, ha encendido nuevas alarmas en La Moncloa.

Con matices, fuentes del Ejecutivo también refieren dificultades con ERC, pero en este caso tienen más que ver con la financiación singular catalana, y concretamente con los tiempos: “Ellos quieren ir a una posición de máximos, y nosotros progresivamente”, afirman. Primero apuestan por “abordar la financiación singular”, y “luego la delegación de competencias”. En este punto, fuentes de Esquerra Republicana de Catalunya aseguran que Oriol Junqueras dio la orden de no avanzar en las conversaciones sobre la senda de déficit y las cuentas públicas hasta que haya un acuerdo.

No es ERC quien preocupa, sino Junts y Podemos: “Están muy en el no a todo”, resumen desde Moncloa. El partido de Carles Puigdemont ejecutó este martes su particular vendetta con Yolanda Díaz, en respuesta a los dardos de la vicepresidenta cuando los independentistas hicieron naufragar la reducción de la jornada laboral. Que el martes Junts impidiera tramitar la agencia anticorrupción de Sumar indignó en las filas de la vicepresidenta segunda, que está lejos de reconducir las relaciones con los de Puigdemont.

En el ala socialista, el grueso de las críticas se las lleva Podemos. Fuentes del Gobierno dicen no querer “elegir” cuál de ellos, Junts o Podemos, se muestra más “difícil” de gestionar, pero recuerdan varios golpes de los morados. Entre ellos, las críticas a las medidas que afectan a Israel. “Puedes decir que llegan tarde, que puedes ir más allá”, asumen, pero no “ridiculizar” estas políticas.

El miércoles, en la sesión de control, la secretaria general morada, Ione Belarra, se enzarzó con la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, a cuenta de estas medidas. Particularmente a raíz del retraso del Ejecutivo para aprobar el decreto ley de embargo de armas a Israel. “Es la única persona en el orden internacional que piensa que España ha sido tibia con la posición en Gaza”, espetó Montero.

También interpretan que grupos como Podemos aprovechan las negociaciones abiertas para abordar otros temas; que “no quieren hablar de la materia” concreta, y reclaman cosas “imposibles”. Un ejemplo, afirman, es la exigencia de imponer la bajada por ley del precio de todos los alquileres en un 40%, condición de Podemos previa siquiera a sentarse a negociar. La interpretan como un “no” a cualquier opción de acuerdo.

Pese a los nubarrones políticos en el horizonte, la intención del Ejecutivo es aprobar la senda de déficit, la primera piedra de los Presupuestos, “lo antes posible” -ya asumen que no será en septiembre-. Y se disponen a cargar contra quienes voten en contra, incidiendo en que la nueva senda permitiría estirar los márgenes de gasto de los territorios.

Antes, tendrán que llevarla al Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF),  en el que participan las comunidades autónomas, y que todavía está por convocar. Reconocen conversaciones sobre la senda, no aún negociaciones formales sobre las cuentas públicas. Ni siquiera tienen atados hoy los números para la primera piedra de los Presupuestos, aunque reconocen que es mucho más fácil de pactar que las cuentas.

Socios del Gobierno, sobre el ‘no’ de Podemos a la ley de Junts: “Quieren elecciones”

Entre los aliados del Ejecutivo a la izquierda del hemiciclo también hay creciente preocupación por la estrategia de Junts, y particularmente por la del partido morado: “Podemos quiere elecciones. Quiere matar, por este orden, a Sumar y al PSOE”.

“Van a por todas”, afirman desde uno de estos grupos. Consideran “irresponsable” la actuación de los morados en cuestiones como la proposición de ley firmada por Junts y por el PSOE, que si no hay cambios se estrellará en el pleno de la próxima semana. Podemos ya ha dejado claro que votará en contra.

El partido de Puigdemont ha optado por llevarla al próximo pleno, cuando tenía cupo para presentar leyes, y no sólo no ha habido contactos con los morados, sino que incluso entre los aliados de Sánchez dan por hecho que Podemos “no va a cambiar su opinión”. Los de Belarra consideran “racista” la proposición de ley delegación de competencias en materia de inmigración que Puigdemont ha logrado arrancar al Ejecutivo, en fondo y en forma.

Y no contemplan permitir que empiece a tramitarse tal y como está redactada hoy. Perder tres leyes (la jornada laboral, la agencia contra la corrupción y la PL que el PSOE avala con Junts), sería un duro golpe. Más, si logran el récord de sumar una derrota por semana en los tres plenos de arranque del curso parlamentario.

Entre los aliados del Gobierno piden a los morados que obvien los postulados racistas del preámbulo de la ley, y se centren en la cuestión de la delegación de competencias, que entienden que sí avalarían si gobernaran en Cataluña o en otros territorios. Anticipan que, si no hay movimientos, habrá fuego amigo en este pleno.

Los morados recuerdan la reiterada exigencia de Belarra de cerrar los centros de internamiento de extranjeros (CIES). Y destacan el contexto de competición electoral entre Junts y la ultraderecha de Aliança Catalana, en auge en las encuestas. Es esto lo que lleva a los independentistas a recorrer este sendero, y es la dependencia de sus siete votos la que lleva a Sánchez a abrirles paso.

Otro de los aliados de izquierdas reconoce que los morados están desplegando un discurso “de oposición” al Ejecutivo. Y en el espacio Sumar directamente consideran que están trabajando para tumbar a la coalición de la que no forman parte desde hace dos años, porque aspiran a liderar el espacio que hoy representa Yolanda Díaz.

Los socios parlamentarios de Sánchez no creen que Junts vaya a verse penalizado electoralmente en Cataluña pese a que decaiga su norma. Y en ERC insisten en señalar que será Puigdemont quien acabe dando la puntilla al Gobierno. Sin embargo, creen que la legislatura aún va para largo.

Esta opinión es compartida en la izquierda. “No les veo convocando”; “la inutilidad de la oposición es total”, afirma un destacado dirigente de uno de los aliados del Ejecutivo. “Con Gaza hemos visto una torpeza bestial. Mientras el PP siga así, hay PSOE para rato”.

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