Vea el editorial de Ana Rosa Quintana de este viernes, 28 de febrero, en Artículo14.
Buenos días. “¿Sabes leer? Pues ya está, contratada”. Esta es la entrevista de trabajo que le hicieron a Jésica, la acompañante de Ábalos, para trabajar en una empresa pública. Un modus operandi que demuestra cómo la política bien hecha da sus frutos. Se trataba de fortalecer diversos objetivos. Objetivo uno: Vivienda: El Ejecutivo fomentó el acceso a la vivienda a los jóvenes, porque el ministro de Fomento le dijo a Jésica que ya no tenía edad para compartir piso y le pagaron durante casi tres años un casoplón de 2.700 euros al mes hasta gastarse 88.000 euros. Entra en el concepto de ayudas al alquiler. Objetivo dos: Movilidad, conciliación familiar y acceso a la universidad: Le pusieron el piso cerca de Ferraz y de la universidad para facilitar sus estudios y poder estar cerca de Ábalos para compaginar los estudios con su relación. Objetivo tres: Salud Mental: Se pudo quedar en la casa hasta 2022, pese a haber roto la relación dos años antes con el ministro como un gesto para que no cayera en depresión por la decepción amorosa. Acceso al empleo público: La amiga de Ábalos trabajó durante más de dos años para dos empresas públicas cobrando 27.390 euros por no hacer nada. Objetivo 4: Acceso a la tecnología, políticas verdes y lucha contra el absentismo: Le facilitaron un ordenador para fichar sin ir al trabajo y no tener que coger el coche con el fin de no dejar huella de carbono. Un programa pionero que también se aplicó al hermano de Sánchez en Badajoz. Objetivo 6: Apoyo a los operadores turísticos: Ábalos pagó entre 15 y 20 viajes a razón de 1.500 euros al día. Objetivo 7: Apoyo a las familias: En todo este entramado trabajaba el hermano de Koldo, pero ya saben que también el hermano de Sánchez consiguió un empleo público y la cuñada del hermano, es decir, Begoña Gómez, mujer del presidente, consiguió otro empleo porque es experta en África. Objetivo 8: Lucha contra la corrupción: Óscar Puente encargó una auditoría y demostró que todo había “seguido los procedimientos habituales”. Si esto es lo habitual, no quiero ni pensar qué será lo excepcional.