Mucho se ha hablado de un posible giro en la estrategia de José Luis Ábalos. Durante toda la instrucción se ha mantenido firme en la decisión de defender su inocencia, negar los delitos y denunciar que está siendo investigado injustamente. Sin embargo, según su futuro judicial se ha ido complicando; hoy duerme la prisión de Soto del Real, y de ahí los rumores de un posible giro de guion.
De hecho, el posible cambio de estrategia fue el motivo de ruptura con su abogado anterior. El letrado José Aníbal le recomendó pactar con la Fiscalía Anticorrupción para obtener atenuantes ante una eventual pena. Quería llevar su defensa por el mismo camino que el de Víctor de Aldama. El empresario declaró voluntariamente en la causa de hidrocarburos -en la que está también imputado- para eludir la prisión y, desde entonces, viene colaborando con la investigación en aras de mitigar su futura condena. Tanto es así, que las acusaciones populares del caso dirigidas por el PP solicitan un atenuante para el empresario por esta colaboración. Pero Ábalos, incluso cuando ya era plenamente consciente que le podían meter en prisión, no ha abandonado su estrategia inicial de negarlo todo.
Su actual abogado ha llegado a decir que todo amago de pacto con la Fiscalía “era un farol” y que en este momento no estaban en eso. Jurídicamente es viable colaborar con la Justicia y pactar con el Ministerio Público hasta la apertura oficial de juicio oral. Sin embargo, fuentes de Anticorrupción consultadas por Artículo14 creen que en el caso concreto por el que está en prisión provisional esa puerta ya está cerrada. “En este juicio ya no hay nada que pacta… ya no hay nada que hacer“, aseguran tajantes.
Varapalo del Supremo
Además, este miércoles el exministro recibió otro varapalo del Tribunal Supremo rechazando su recurso contra la división de la causa en dos piezas. La decisión fue relevante para cerrar la primera parte de la instrucción relativa a los supuestos contratos amañados de compra de material sanitario y la contratación de mujeres del entorno de Ábalos.
Esto llevó al magistrado Leopoldo Puente a procesar a Ábalos y propició que las acusaciones pidieran elevadísimas penas para él y Koldo García. Solicitudes de hasta 30 años de cárcel que para el magistrado convirtieron en “extremo” su riesgo de fuga. Motivo por el cual sustentó su ingreso en prisión provisional, una medida cautelar que puede mantenerse con el mismo pretexto hasta que se juzgue al exministro en “los primeros meses de 2026”, según confirman fuentes del caso.
Una semana después de la adopción de esta medida cautelar, la Sala de Apelaciones del Tribunal Supremo subraya los “nuevos y muy sólidos” indicios de criminalidad que recaen sobre Ábalos y la pertinencia de haber cerrado ya esta parte de la instrucción para juzgarlo próximamente.
Además, da veracidad a los audios de Koldo García que lo incriminan, haciendo referencia al informe pericial que presentaron agentes de la Guardia Civil: “No se han identificado trazas que evidencien alteraciones, manipulaciones o comportamientos anómalos”.
El Supremo también pone en valor las declaraciones del empresario Víctor de Aldama, el “nexo corruptor de la trama”, por su colaboración: “Tiempo habrá para valorar sus afirmaciones y su concordancia con el resto del material probatorio que se va acumulando. Concordancia que parece evidente que ya se viene produciendo”.
Así las cosas, el auto de ingreso en prisión de Ábalos se vuelve firme este mismo jueves, fecha límite en la que las partes podrán presentar sus recursos contra la decisión del magistrado. Es en esta fecha en la que se efectuará por parte del Congreso de los Diputados su suspensión de sueldo y derechos parlamentarios, aunque no perderá su acta de diputado definitivamente. Mientras, el exministro continúa compartiendo celda con el que fue su asesor y podrá empezar a recibir las visitas de sus familiares este fin de semana.



