En la dirección nacional del PP se preparan para la batalla con Vox en las comunidades autónomas donde hay previstas elecciones. Valencia es definido como “un oasis” que no representa el estado real de las relaciones. En Extremadura, que celebra comicios el 21 de diciembre, las tensiones son evidentes. Y también en Andalucía, Castilla y León o Aragón.
Juanfran Pérez Llorca fue investido como presidente gracias al apoyo de Vox tras un trámite “rápido”, con las “cesiones esperadas”, según Génova. “Han sido responsables”, conceden en el entorno del líder gallego, donde temía que los de Santiago Abascal trataran de humillarles tras la abrupta caída de Carlos Mazón por su gestión política de la DANA.
En el PP vaticinan que esta no será la tónica general a partir de ahora con Vox. De hecho, son varios los presidentes autonómicos que ya han endurecido el tono contra los de Abascal, convencidos que “no” les viene mal “ir al choque” y envolverse en un aura de centralidad.
Así, en Extremadura, María Guardiola trata de distanciarse todo lo posible de Vox con el objetivo de apelar a un votante transversal, con el PSOE en caída libre. “Todo el mundo conoce cómo es la presidente y sus posicionamientos por ejemplo en la lucha contra la violencia machista”, explican en el PP autonómico. Abascal también ha decido entrar en ese cuerpo a cuerpo, convencido de que acabará siendo decisivo tras las elecciones.
Los barones aprietan
En Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco también critica a Vox, al que une al PSOE cada da vez que puede. “No están hechos para la gestión”, afirma el presidente, que convocará sus elecciones en marzo, aunque aún se resiste a dar una fecha exacta.
Jorge Azcón también está siendo muy crítico con Vox en Aragón, al que responsabiliza de trabajar en contra de “cambiar el Gobierno de Sánchez” al poner palos en las ruedas a que los gobiernos del PP en las comunidades autónomas prosperen. Su situación, en estos momentos, es delicada. Quiere presentar los presupuestos pero no tiene la convicción de que Vox vaya a aprobar las cuentas. No le temblará la mano, dicen en su entorno. “Sin presupuestos, elecciones”.
En este contexto de bloqueo, los populares validan que sus barones autonómicos pulsen el botón rojo en sus territorios si ven que no pueden aprobar sus presupuestos. Las miradas en Génova se posan en Aragón, donde su presidente Jorge Azcón ha reconocido ya que iría a elecciones si no puede aprobarlos. “Respaldaremos lo que decida”, aseguran fuentes populares. Recuerdan la “ley Feijóo”, esto es, su exigencia a nivel nacional de convocar elecciones generales cuando el Gobierno acumule dos prórrogas de los Presupuestos.
Cantabria y Baleares
La situación es distinta en Cantabria o en Baleares. En el norte, las Cortes acaban de devolver los presupuestos al gobierno de María José Sáenz de Buruaga. Fuentes de este ejecutivo aseguran que su intención es prorrogar presupuestos y se blindan ante el mandato de Feijóo. “Tenemos dos presupuestos aprobados”. Además, recuerdan que si ahora adelantan elecciones, tendrían que volver a convocar en 2027, tal y como obliga su estatuto de autonomías.
En Baleares, donde previsiblemente Marga Prohens prorrogue los presupuestos en las próximas semanas, defienden que hay legislatura. “No hay bloqueo, se están tramitando leyes”, aseguran fuentes de su entorno.
En general hay desconfianza en la sede noble del PP, donde apuntan a la vigencia de una pinza PSOE-Vox contra Feijóo y se opta por pedir a los de Santiago Abascal que aclaren si “facilitará o bloqueará” sus gobiernos.
En Vox niegan que su manera de negociar en Valencia sea distinta al resto de comunidades y no entienden que el pacto que sirvió para Valencia o Murcia no tenga vigencia en Extremadura o Aragón, según fuentes de la dirección nacional. “El problema no es de Vox, nuestro discurso no cambia”, enfatizan en Bambú.
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