Sumar puede presumir de contar entre sus filas con el ministro mejor valorado del Gobierno, Pablo Bustinduy (5.13) pero también alberga a la segunda ministra menos conocida del Gabinete. Es la titular de Juventud e Infancia, Sira Rego (IU), a la que no ubican un 80% de los españoles.
Los datos del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) apuntalan que cada uno de los integrantes del Consejo de Ministros de Sumar rentabiliza en muy distinto grado su presencia en el Ejecutivo. También hay diferencias significativas en el peso que tendrá cada cual en el esfuerzo legislativo de la coalición para este año.
En un contexto en el que las encuestas apuntan a su fragilidad electoral, todas las variables son analizadas y comentadas entre la decena de fuerzas que vertebran la coalición Sumar. Cada partido está pendiente de los movimientos de sus aliados. Especialmente en un escenario en el que no está claro que Pedro Sánchez vaya a lograr agotar la legislatura (2027), y en el que la izquierda a la izquierda del PSOE no ha puesto negro sobre blanco una hoja de ruta conjunta para abordar las próximas citas electorales.
No es la única fuente a consultar, pero el CIS permite sacar algunas conclusiones sobre cómo se percibe el desempeño de los ministros. Por ejemplo, en lo que toca a las puntuaciones que definen los ciudadanos, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun (Comunes/Movimiento Sumar), está en la parte alta de la tabla.

Únicamente Bustinduy, ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, y el socialista Carlos Cuerpo (Economía), pasan del aprobado (5). Urtasun es el cuarto (4,63), y dos puestos por detrás va Rego (4,4). La ministra de Sanidad, Mónica García (Más Madrid), es la novena (4,35).
La vicepresidenta segunda y titular de Trabajo, Yolanda Díaz (Movimiento Sumar), otrora la ministra mejor valorada de todo el Gobierno, queda en la mitad de la tabla. Pero en el vagón de cola de su espacio político, con un 4,25. En 2021 superaba el 5, y durante años se ha mantenido en la cúspide de estos rankings.
Hay otros indicadores a tener en cuenta. Desde hace meses, quienes votaron a Sumar en los pasados comicios prefieren a Sánchez en Moncloa antes que a Díaz (27,1% frente a 23,5% en julio). En enero eran más los votantes de su espacio que apostaban por Sánchez (33,2%), pero la vicepresidenta no ha remontado desde entonces: sólo la escogían el 23%, igual que ahora.
Díaz es de lejos el rostro más reconocible de la alianza de partidos que capitaneó en las pasadas elecciones generales, y se impone a todos los ministros socialistas. El CIS le otorga un grado de conocimiento del 97,5%, a enorme distancia de García (55, 8%), Urtasun (38,4%), Bustinduy (28,8%) y Rego (19.2%). Todos ellos han avanzado en este índice en el último año, aunque Rego apenas lo ha hecho en tres puntos (partía del 16,3%).
Trabajo y Derechos Sociales, los ministerios con más actividad política
Es García quien logrará apuntarse el tanto de haber aprobado el primer proyecto de ley de los suyos en estos dos años. Será este martes, cuando oficialicen la aprobación definitiva de la Agencia Estatal de Salud Pública en el Congreso, a su vuelta del Senado. Y es Derechos Sociales quien comparte con Trabajo, según el plan normativo para 2025, el cuarto puesto como proponentes únicos de un mayor número de normas. En la base de la pirámide están Juventud e Infancia (1) y Vivienda (1).
En la lista de deberes para este año, Bustinduy planea impulsar dos leyes y 12 reales decretos, frente a las seis leyes y seis reales decretos que promoverá Trabajo. Por lo pronto, Díaz libra un nuevo pulso con el ministro de Economía, para lograr que su real decreto de ley con permisos sea abordado en la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos (CDGAE) el próximo lunes, para su posterior remisión al Consejo de Ministros antes de que acabe julio. Hasta el momento, Cuerpo lo ha descartado.
También se ha visto obligada a votar en el último pleno del curso político la que ha sido su propuesta estrella desde la campaña que desembocó en las elecciones generales de hace dos años, la reducción de la jornada laboral. Sí logró un balón de oxígeno con su discurso ante el Congreso el 9 de julio, cuando Pedro Sánchez presentó sus medidas anticorrupción.

Bustinduy, por su parte, ha ido sacando cabeza con iniciativas como su pulso contra los pisos turísticos ilegales, así como contra los abusos de inmobiliarias y aerolíneas contra los consumidores. Su batalla con Ryanair ha generado una importante polvareda; e iniciativas como sus envío de listados al Ayuntamiento de Madrid con datos de miles de pisos turísticos sin licencia le han permitido marcar perfil propio, estirando al máximo los límites competenciales de su Ministerio. Compareció en rueda de prensa junto a Díaz tras el último Consejo de Ministros, el pasado martes, y ya lo había hecho dos semanas atrás.
Además desde hace meses, el único ministro sin carnet de partido de Sumar suena como potencial relevo de Díaz al frente del espacio político. Hace algo más de un año, los malos resultados electorales en las elecciones europeas llevaron a la vicepresidenta segunda a dimitir como líder oficial de su partido, dentro de la alianza Sumar, apenas un par de meses después de tomar posesión de este cargo. No contempló soltar las riendas que usa para marcar la estrategia política del conjunto de fuerzas que vertebran esta alianza.
Su relevo no se ha materializado hasta marzo de este año, cuando Lara Hernández y Carlos Martín accedieron a la coordinación de Movimiento Sumar (de facto, ejerce fundamentalmente Hernández). Díaz ha seguido marcando la línea política, si bien distintos dirigentes de la alianza de partidos que comanda reconocen que su autoridad no es la que era. Con prudencia, y fuera de cámara, algunos dan por hecho que no repetirá como candidata electoral.
La vicepresidenta segunda, empeñada en vender gestión y en relanzar su perfil político, no ha desvelado sus intenciones. El propio CIS apenas le ha dado una tregua a su coalición en sus dos últimos barómetros, y la serie histórica recoge el desgaste de la figura de la vicepresidenta.
En este contexto Bustinduy ha multiplicado sus apariciones públicas con Más Madrid, el partido de la ministra de Sanidad. Oficialmente, en su espacio político repiten que no hay novedad alguna sobre ninguno de los dos. lejos de los focos, figuras de peso en la coalición Sumar reconocen que desde hace meses se intercambian comentarios informales sobre este posible relevo. Díaz lo fía casi todo a la reducción de la jornada laboral, y en el espacio político nadie reclama hoy abrir un debate sucesorio. Al menos, mientras no haya elecciones a la vista.