Pedro Sánchez comparece en la mañana de este lunes a las 11:00 para explicar al país si sigue o no en el Gobierno y los motivos que le han llevado a tomar esta decisión, después de cinco días de “reflexión”. Según establece la Constitución, el presidente del Gobierno debe informar al Rey sobre cualquier asunto de Estado. Por este motivo, Sánchez esta mañana ha acudido a Zarzuela para transmitirle a Felipe VI su decisión final.
Don Felipe tendrá un “déja vù” en esta conversación: lo que ahora a Sánchez le parece una “máquina de fango” abierta contra su mujer, antes le parecía una “demostración de que las instituciones funcionan y nadie está por encima de la ley”, tal y como escribió en su cuenta Twitter -ahora X- cuando el juez Castro decidió imputar a la hermana de Don Felipe en 2014.
Así como el líder del Ejecutivo tiene despejada su agenda, el Rey ha mantenido en su actividad institucional una visita al Centro de Excelencia de Artefactos Explosivos a las 10.00 de la mañana, por lo que la comparecencia de Sánchez será posterior al acto, a las 11:00. Si el presidente abandona o deja sucesora, el monarca volverá a afrontar una situación inédita en su reinado, caracterizado por unas rondas de contactos agónicas para las investiduras desde el fin del bipartidismo. Pese a su papel de árbitro, el foco se pondrá inevitablemente en el Rey.
Los paralelismos con el caso Nóos
Entre el “Caso Begoña Gómez” y el “Caso Nóos” se dan varios paralelismos. Cuando el sindicato Manos Limpias presentó una denuncia contra Iñaki Urdangarín, marido de la Infanta Cristina, por tráfico de influencias entre otros delitos, al igual que actualmente a la mujer del presidente, Doña Cristina tenía una agenda pública dada su entonces condición de miembro de la Familia Real. Al igual que el presidente del Gobierno ostenta un cargo público.
También fueron los medios de comunicación los que iniciaron investigaciones en torno al Instituto Nóos, del que Urdangarin era presidente, una fundación sin ánimo de lucro con fines sociales. La empresa sospechosa por, entre otras cuestiones, haber recibido dinero presuntamente por parte de la compañía AIR Europa, rescatada a su vez por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, Africa Center, también tenía fines sociales. En definitiva, el motivo por el que un juez, en aquel caso José Castro, en este caso Juan Carlos Peinado, abrieron diligencias, es el mismo: investigar la posible existencia de financiación pública para los fines de dichas entidades.
Con una salvedad, fue el ex diputado socialista Antoni Diéguez quien soltó la liebre al denunciar en rueda de prensa en 2006 que el Instituto Nóos había recibido 1,2 millones por parte del gobierno Balear para celebrar el Illes Balears Forum. Es decir, en aquel entonces el Partido Socialista aprobaba que se investigara al cónyuge de un cargo público.
El precedente del fiscal Horrach
La investigación judicial abierta contra el matrimonio Urdangarín empezó siendo Don Felipe aún Príncipe de Asturias, y la Casa Real apartó al yerno de Don Juan Carlos por su “comportamiento poco ejemplar”. A raíz de ahí, ante cualquier paso que dio la Justicia mostró su “respeto por la independencia del poder Judicial”. A lo máximo que llegó fue a mostrar su “sorpresa” cuando el juez Castro decidió imputar a la hija del entonces del Rey, y mostrar su “absoluta conformidad” con la fiscalía Anticorrupción de recurrir el auto.
“Es un buen paralelismo. Al fiscal Horrach algunos se le echaron encima cuando recurrió la imputación de la Infanta Cristina”, manifiesta un ex alto cargo en la Casa del Rey durante el reinado de Don Juan Carlos. Se refiere al inmediato recurso de apelación de la fiscalía en la que ha pedido a la Audiencia Provincial de Madrid que revoque el auto del 16 de abril firmado por el juez Peinado, para que archive la denuncia contra Begoña Gómez.
Tras la abdicación de Don Juan Carlos y llegada de Felipe VI al Trono, la Casa del Rey mantuvo la misma línea de “respeto” a la actuación judicial, yendo un paso más al despojarle al matrimonio el título de “duques de Palma”.
Se da así la situación de que el Felipe VI asume como Jefe del Estado un caso lejano en cuanto a su responsabilidad pero cercano en cuanto a su contexto. En caso de que el presidente del Gobierno dimita este lunes el Monarca tendrá un papel protagonista, ya que si no nombra sucesor/a tendrá que iniciar una ronda de consultas con los partidos políticos antes de proponer candidato y convocar elecciones. En caso de que se mantenga en el poder, se mantendrá al margen de la acción Judicial y del Gobierno, pero Sánchez deberá mantenerle informado de “los asuntos de Estado” en su despacho semanal como establece la Carta Magna.