“Hay hombres que se creen con derecho a usar el cuerpo de la mujer como puchinbol”

Rocío Mora, directora de APRAMP, denuncia la "realidad brutal de violencia y aislamiento" que sufren mujeres y niñas en la "esclavitud" de la trata

Rocío Mora, directora de APRAMP
Jorge Herrera

Rocío Nieto no entendía cómo la ayuda a las “excluidas de las excluidas”, como ella llamaba a las mujeres prostituidas, podía hacerse sentada en una oficina. Corrían los años 80, ni siquiera había definición de la trata, y Nieto se acercaba a ellas, día a día, una a una. En los polígonos, en las calles. Mujeres marginadas a nivel nacional, sin recursos, sin identidad, sin esperanza. Conoció sus historias, las escuchó. Y entendió que era necesario fundar una asociación en la que no sólo se recogiera. Una asociación en la que se integrara, en la que se produjera una reinserción laboral eficiente.

Y así se creó APRAMP -Asociación Para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida-. Una entidad que, en la actualidad, asiste anualmente a 5.500 mujeres, a través de un equipo formado por 120 personas, de las que 47 son supervivientes. Más del 80% llegaron a España engañadas desde sus países de origen, según datos de la asociación. APRAMP opera a nivel nacional e internacional, y a lo largo de los años ha tejido una red de cooperación entre las instituciones y dichos países.

La abogado Rocío Mora comenzó a trabajar en la unidad móvil de la asociación desde muy joven. Mora ha ligado su carrera profesional a ayudar a los más desfavorecidos, una labor que le ha llevado a ser reconocida en 2021 por el Departamento de Estados Unidos como “una heroína de la lucha contra los seres humanos”. Asimismo, integra la lista de “Top 100 Mujeres Líderes de España”, por su lucha por los derechos humanos. Recibe a Artículo14 en la sede de APRAMP en Madrid, en una calle céntrica para no perder de vista que su trabajo está ahí, en las calles. En un local se encuentra la oficina y, pegado a él, la tienda en la que las mujeres supervivientes aprenden a tejer su futuro en el sector de la moda.

Rocío Mora, directora de APRAMP, en un momento de la entrevista
Jorge Herrera

Llama la atención un maniquí en la vitrina. Sin vestir, envuelto en cintas en las que pone “Muy frágil”. Falta vestirlo. Por dentro y por fuera. Porque a eso aspiran los demandantes de estas mujeres. Reducirlas a un objeto. A un producto que usar a su antojo. “Hay hombres que se creen con derecho a usar el cuerpo de la mujer como si fuera puchinbol”afirma Mora.

¿Qué diferencia a APRAMP de otras asociaciones?

Comenzamos en 1985, un proyecto que nació en Madrid, cuando era una realidad invisible. La visión de Rocío Nieto no fue ver qué podíamos hacer de manera caritativa, sino existencial, humana, y devolver a estas mujeres sus derechos fundamentales.

Un trabajo que dolerá en muchas ocasiones.

Yo empecé de forma voluntaria, desarrollando mi carrera de Derecho con 18 años. Ahora tengo 56 y ha cambiado mucho la realidad. Duele que la realidad es absolutamente brutal en cuanto a violencia, asilamiento y control. Las mujeres son captadas e introducidas en España, país de tránsito y destino, porque hay una demanda enorme de mujeres y niñas para ser prostituidas y eso no alarma. Hay un cambio de paradigma con la llegada de las TIC -Proliferación de acceso a las tecnologías de información y comunicación-. Un método de captación de las mujeres y niñas que atendemos.

Situación de la prostitución en la UE
KiloyCuarto

¿En qué medida han influido las TIC en el método de captación?

Hace tres años comenzamos a recoger como eran captadas, en qué redes, y más del 80% nos dicen que fueron engañadas y captadas a través de las TIC.

¿Cómo engañan a las mujeres y niñas?

Con falsas expectativas de empleo. Operan mayoritariamente en lugares recónditos, aldeas en las que no hay siquiera internet. Ni siquiera saben cómo llegarán a España. Con esta escasez de información es muy fácil engañarlas.

¿Las familias las animan a dar el salto por desconocimiento? 

Absolutamente. Es factor de riesgo estar en un país donde las mujeres no valen. Y es la propia comunidad la que las impulsa para vivir mejor. Son frases como “lo ha hecho tu vecina y se está haciendo una casa”.

prostitución
Una prostituta en la calle
Unsplash

Entiendo que las familias no reciben la información completa del trato que luego se les da.

Llega el dinero, pero no el total, y no se cuenta todo. Por eso dimos el paso de trabajar en cooperación con el país de origen, no sirve de nada dar el paso de trabajar aquí solo.

¿Cómo es la interacción con los países de origen?

Nosotros nunca trabajamos solos, si no con la administración. El proyecto positivo de APRAMP es trabajar conjuntamente con quienes luchan contra la trata: Cuerpos de seguridad del Estado, Fiscalía y los Gobiernos, principalmente. Denunciar aquí y allí no, no sirve de nada. Lo hemos hecho con Rumanía, que era donde más se demandaba en los años 80 y 90. Ahora mismo demandan mujeres de Paraguay, Brasil, Colombia y Venezuela. Antes era Europa del Este y ahora Latinoamérica. La demanda va cambiando. Hace siete años se dimos un golpe muy fuerte a Nigeria, por lo que ya no es tan fácil captar allí. Y esto hace que la demanda se mueva a otro lugar. Es el segundo negocio más lucrativo, el primero es el de las armas.

¿Cómo es el proceso para contactarlas y traerlas? 

Nosotros siempre hemos hecho una investigación muy clara en los lugares donde va a haber una clara incidencia de mujeres que van a ser víctimas de trata. Tenemos  un trabajo proactivo, ninguna mujer va a llamar a la puerta. Es al revés. Tenemos unidades móviles que hacen un mapeo de donde vamos a encontrarlas. En estos momentos hay un 5% de lo que nosotros atendemos, el resto está en pisos particulares o en redes sociales. Por eso es fundamental contar con la colaboración de supervivientes,  que se han formado universitariamente, que tienen una titulación y que pueden intervenir con nosotros. Es más fácil porque se pueden proyectar en ellas al haber pasado por lo mismo.  Es difícil convencer a una mujer de que la vas a ayudar cuando las ha estado engañando desde el principio. Incluso a través de cercanos.

Que seguro les pagarán para que las manipulen. 

Efectivamente, muchas veces estamos hablando de parejas afectivas, de hermanos, de sobrinos y de gente muy cercana. Vamos persona a persona, mujer a mujer. Visitamos los lugares, hacemos un trabajo de prevención sociosanitaria y ahí empezamos a trabajar y ver cuáles son las alternativas y peticiones que tienen.

¿Cuáles son los datos que consideráis más importantes?

Estoy en contra de todos los datos que se dan a nivel europeo e internacional, en España hay 17 Comunidades y se opera de diferente manera. Estamos en seis y el cómo se opera y el impacto que tenemos es gracias a las alternativas que se dan a las mujeres. Informamos a más 5.550 mujeres anuales, de manera individual y progresiva, abriendo un abanico de posibilidades en distintas áreas de intervención, social jurídica, sanitaria, pero sobre todo laboral. De esas mujeres, conseguimos que vayan a nuestros centros de acogida unas 2.250, 659 acceden a una formación para el empleo y alrededor de 89 mujeres lo encuentran. De todos esos datos, 189 pasarían por nuestros pisos de protección y llegarían a tener un proceso penal. Eso es el mayor logro.

¿Cuál es el factor común que tienen estas mujeres y niñas cuando llegan a APRAMP?

El miedo, la inseguridad. Han sido esclavas, muchas veces sólo tienen cinco minutos para comer  cuando no hay una demanda de un señor que esté esperando a tener… Yo no lo puedo llamar servicio, porque me atrevería a decir que son absolutas violaciones, vejaciones, que porque estos señores que pagan se creen con derecho a utilizar un cuerpo como si fuera puchinbol. La anulación de un ser humano es brutal, estamos hablando con mujeres que el día que menos trabajo tienen pueden tener encuentros con 15 hombres. Hasta pueden llegar a 40. Uno se puede significar lo que significa esto para tu cuerpo. Están así  hasta que el cuerpo aguante. Son muchos los daños: desde una disociación, hasta tener estados de absoluta anulación. Muchos de los meses que pasan con nosotros  no saben ni explicar en qué circunstancias llegaron ni quién las trajo. La sociedad debe ser muy consciente de que detrás de los números hay seres humanos a los que se les trata como si fueran una mercancía.

¿Qué función principal tiene el equipo de 120 personas? 

Yo creo que el principal son las unidades móviles, en las que además de las supervivientes van trabajadoras sociales, haciendo esa primera atención, y cada equipo está compuesto por psicólogas, abogadas, educadoras… Pero principalmente trabajadoras sociales, que tratan de reconstruir lo que se necesita para salir de la situación. Muchas de ellas pasan meses teniendo simplemente esa intervención con la trabajadora social. En ocasiones entramos en coordinación con los Cuerpos y Seguridad del Estado, para que no haya dificultad y entren en peligro las mujeres ni ninguno de nuestros equipos. Somos señaladas, perseguidas, difamadas.

¿Se han encontrado en situación de riesgo? 

Hemos tenido muchas situaciones de riesgo, nuestros equipos van a ser formados en nuevo protocolo de seguridad y protección para los equipos de calle, pero también para todos los que tenemos en todas las estructuras.

Una vez están preparadas para reinsertarse a la sociedad, ¿con qué entidades trabajan para la incorporación al mercado laboral?

Hay un yacimiento claro que es moda y mediación, pero acabamos de cerrar una formación con la Rey Juan Carlos que va muy centralizada a la gastronomía. Queremos hacer alianzas con las universidades, y también estamos haciendo un gran trabajo con empresas privadas que pueden dar trabajo en los distintos sectores a estas mujeres.

¿Cómo es la colaboración con las administraciones?

Esa es la pieza fundamental de APRAMP. Llevamos más de tres décadas trabajando, hemos hecho protocolos conjuntos. El trabajo de partenariado para trabajar con las instituciones es clave, si no trabajamos con los Cuerpos y Seguridad del Estado,  la Fiscalía o los colegios de abogados a nivel nacional es muy complicado que una entidad pueda tener el impacto positivo que APRAMP tiene.

Los Reyes, junto a la ministra de Igualdad, mantienen un encuentro con 15 mujeres víctimas de la trata
Efe

Los Reyes visitaron APRAMP el pasado 2 de diciembre. ¿Cómo fue la visita?

En la audiencia, la Reina habló con todas las mujeres que recibían un certificado de micro credenciales en gastronomía. Se encontró con una realidad muy positiva, y una fortaleza de todas las mujeres con las que habló. Le llamó la atención una de ellas que tenía 19 años y cuando la encontramos era una niña. “Esta niña está entre Leonor y Sofía, Felipe”.

¿Cómo es la colaboración entre APRAMP y la Casa?

APRAMP lleva colaborando con la Casa Real más de 15 años. La Reina siempre ha estado muy preocupada por esta situación y ha trabajado cerca de APRAMP en muchas ocasiones. Yo me siento apoyada por cómo ella ha entendido que una organización que lleva trabajando tres décadas tiene una prioridad muy clara, y son las supervivientes de la trata. También ha entendido cuáles son nuestras prioridades. Como lo es mirar la ley de la oferta y la demanda. Si no hay esto segundo sería imposible esta situación. Desde la primera audiencia que nosotros tuvimos hace muchos años, las protagonistas fueron ellas. Ella ha posicionado en su agenda la lucha contra la trata.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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