La indignación que recorre el PSOE debido a la gestión que ha hecho el partido del caso Salazar podría tener consecuencias en la distribución de pesos internos.
De las voces que se alzaron contrariadas después de saberse que el PSOE había olvidado a las víctimas que denunciaron por acoso a Paco Salazar (el que iba a ser adjunto a la secretaría de Organización) hay una que sobresale: la de Adriana Lastra, con ánimo de “recuperar influencia en el partido”, según las fuentes consultadas.
La que fue vicesecretaria general del PSOE y hoy delegada del Gobierno en Asturias ya fue decisiva a la hora de impedir que Salazar fuera encumbrado a adjunto a la secretaría de Organización del partido en el comité federal del pasado mes de julio. Muchas voces del PSOE veían en Salazar no solo al adjunto, sino al secretario de Organización de facto debido a la ascendencia que guardaba sobre Rebeca Torró, que es quien ocupó el cargo. Lastra fue de las más activas para evitar que un dirigente denunciado por acoso se adueñara del control del partido.
“Sánchez eligió a Cerdán”
A Lastra no le han salido precisamente gratis sus enfrentamientos con dirigentes del PSOE. “Santos Cerdán me hizo una campaña de acoso y derribo hasta que dimití enferma y embarazada”, desveló el pasado mes de junio después de que Artículo14 sacara a la luz que el entonces secretario de Organización no era lo que parecía.
Con esa crudeza reveló Lastra cómo tuvo que apartarse de la vicesecretaría general del PSOE, ahogada por la agresividad de Cerdán. “Eran incompatibles y Pedro Sánchez eligió a Cerdán“, resumen voces socialistas sobre el pulso que ambos mantuvieron en el pasado.

Lastra no mantiene ahora con Sánchez ninguna relación especial y su aspiración no es recuperar un cargo orgánico de primera línea, sino que su deseo es volver a influir. Ella es una de las que observa disconforme el silencio de demasiados hombres de su partido cuando ocurren episodios de acoso, como el de Salazar o como el del secretario general del PSOE en Torremolinos. “El silencio no es neutral, es estructural”, ha dicho en alguna ocasión.
Ábalos y el eje feminista
Defiende que el feminismo debe convertirse en algo bastante más profundo que una fachada política. Debe ser “un verdadero eje político y ético” del PSOE. Lastra no lo dice abiertamente, pero es inevitable rebobinar al momento en que se supo que José Luis Ábalos, exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE, frecuentaba prostitutas.
Esa misma noticia había llegado antes a oídos de Lastra, de Carmen Calvo y de la que fue directora de comunicación del PSOE, Maritcha Ruiz Mateos. Todas ellas acabaron fuera de la primera línea del Gobierno y del PSOE.
En el caso de Lastra, su desplazamiento no ha significado su silencio. Ha sido ella la voz más firme en el caso Salazar, la que ha pedido al PSOE que lleve el caso Salazar a la Fiscalía. Del Gobierno solo se escuchó a dos ministras pronunciarse esta semana, cuando se supo que las denuncias de las víctimas que habían denunciado a Salazar habían quedado “ofuscadas”.
“Se subía la bragueta en tu cara, escenificaba felaciones y pedía vernos el escote”, dijeron las víctimas de Salazar. Todo eso quedó ofuscado. Hoy hay voces que piden un PSOE diferente. “Sigo a la espera de recibir explicaciones convincentes”, pedía la diputada socialista Andrea Fernández. Lastra pide eso y algo más: poner fin al “silencio de los hombres buenos”.



