redes tóxicas

Los políticos ante el dilema de seguir o abandonar X

Quienes se van, critican que el odio y la desinformación campan a sus anchas. Quienes se quedan, dicen que no hay que perder espacios para dar la batalla

En los últimos se ha agitado el debate sobre abandonar o permanecer en la X de Elon Musk

El diario The Guardian ha propulsado una ola de reflexión en torno a si vale la pena mantener la actividad en la red social X (antigua Twitter) después de que el periódico británico anunciara su renuncia a este canal. Este medio de referencia criticó X por haberse convertido en “una plataforma tóxica” al servicio de su propietario, Elon Musk, que la utilizado para “moldear el discurso político” de la ciudadanía.

“Creemos que los beneficios de estar en X son abrumadoramente inferiores a los aspectos negativos y que los recursos (destinados a esta red social) podrían servir para promover nuestro periodismo en otros lugares”, argumentó The Guardian en un contundente editorial publicado anteayer. La Vanguardia siguió sus pasos con un razonamiento muy parecido y la reflexión trascendió inmediatamente la esfera mediática y saltó a la esfera política.

¿Por qué seguir con un perfil activo en una plataforma donde prolifera el odio, la descalificación y los mensajes impostados a través de bots manipulados desde terceros países? La reciente DANA en Valencia ha dado pruebas de todo ello, una vez más, y la desinformación ha podido campar a sus anchas en las redes sociales (no solo en X).

Colau, la pionera

Los políticos no dejan de ser estrellas protagonistas de todo lo que ocurre en redes y, poco a poco, se van abriendo paso los que prefieren bajarse de X. Ada Colau fue de las primeras políticas españolas en despedirse de esta red. Lo hizo en marzo de 2021, siendo alcaldesa de Barcelona: “Me voy para no legitimar un espacio que ya no invita a la reflexión, al debate o la crítica constructiva, de la que, por cierto, nunca rehúyo”.

También siendo alcalde de Barcelona, Jaume Collboni se despidió de X, en su caso hace apenas tres meses, en septiembre de 2024. “Se ha convertido en un lugar lleno de odio, intolerancia y mentiras. El nuevo propietario de la red ha agravado esta degradación. X se ha convertido en un pozo de fake news, falsedades e intransigencia, una amenaza para la democracia”, argumentó.


Desde el propio Gobierno de España, en noviembre de 2022, la entonces vicepresidente primera Nadia Calviño abrió la puerta a poner fin a que el Ejecutivo dejara de usar X como canal de comunicación si dejaba de ofrecer “seguridad” y “certezas” sobre la veracidad de la información en la plataforma. “Continuaremos usándola Twitter, pero, eventualmente, si no proveen o no mantienen la necesaria certidumbre y seguridad sobre la información en la plataforma, hay muchas plataformas que se pueden tener en cuenta”, dijo Calviño.

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, se resistió a cerrar su perfil en X pero anunció su nuevo perfil en Bluesky, con un formato de mensajes cortos parecido. “Creo que no es exagerado decir que Elon Musk ha hecho de X la infraestructura digital de la ‘Internacional del odio’. Al proceso de privatización de la atención y jerarquización de la misma, ha seguido otro de impulso de las fake news y los discursos de odio“, deploró Díaz.

A Díaz le volvieron a preguntar por si se planteaba cerrar su perfil y manifestó su bloqueo respecto a un dilema que ve muy difícil de resolver: “No tengo la respuesta”. Entretanto, seguirá adelante con sus cuentas.

A otros como el ministro de Transporte, Óscar Puente, no hizo falta preguntarles porque no dudaron en irrumpir en X para anunciar su permanencia de manera casi heroica.

El antiguo vicepresidente cuarto del Gobierno y exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, defendió la misma tesis de Puente.


También el exministro de Consumo Alberto Garzón se pronunció sobre el tema y el dilema que encierra: