María Jesús Montero, en la Unidad de Quemados

La 'viseprecidenta' puso “la mano en el fuego” por Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE, sucesor de Ábalos, el último juguete roto y, presuntamente, golfo del sanchismo

Paciente: Mujer de 59 años, sin antecedentes médicos relevantes. Fecha de ingreso: 12 de junio de 2025. Centro: Unidad de Grandes Quemados – Ferraz, 70. Diagnóstico: Quemaduras térmicas de segundo y tercer grado en ambas manos, con una afectación estimada…, etcétera. La metáfora refugia a María Jesús Montero de presentar un parte médico similar, de lucir los brazos con más vendas que los jugadores del Barça. La viseprecidenta puso “la mano en el fuego” por Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE, sucesor de Ábalos, el último juguete roto y, presuntamente, golfo del sanchismo.

Agonizaba noviembre y Montero, Scarlett O’Hara ignífuga, acusaba en el Senado al “delincuente confeso” Víctor de Aldama de “mentir” en su declaración ante el juez Ismael Moreno, y, contundente, como dispuesta a invadir Polonia o el islote Perejil, ponía “la mano en el fuego” por su jefe de Gabinete, Carlos Moreno –Aldama aseguró haberle entregado 25.000 lereles por un aplazamiento de deuda tributaria sobre una de sus empresas–, y por el desterrado Cerdán: “Tengo una magnífica relación con el señor Santos Cerdán, pertenecemos ambos a la dirección de mi partido. Más allá de ello, tengo una relación personal, de complicidad y de amistad, y también pongo la mano en el fuego”.

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez junto a María Jesús Montero y Yolanda Díaz
Javier Cuadrado

También por entonces, compartiendo cartel con el navarro en el Congreso Federal celebrado en Sevilla, la hispalense tildaba al PP de partido “golpista” –como si Feijóo le diera un aire a Narvaéz–, sacaba las garras por “uno de los mejores –secretarios de Organización– de la historia” del PSOE y manifestaba su deseo de “que continúe muchos años”: “Está comprometido. Trabaja de forma anónima. Tiene todos mis votos”. Posteriormente, Montero volvió a poner la “mano en el fuego” por su jefe de Gabinete –en una entrevista en La Sexta, por ejemplo–, y defendió con bravura a su “amigo” Cerdán. El PP, mientras tanto, hurgaba en una herida amarilla que no terminaba de abrirse. En las sesiones de control, Elías Bendodo sobre todo, le recordaba ocasionalmente sus vínculos con la corrupción andaluza y, este mismo miércoles, hurgaba en el desastre anticipado: “Recordaba cómo usted en esta misma cámara decía hace un tiempo que pondría la mano en el fuego por alguno de sus colaboradores y no se la quemaría. Hoy le puedo decir, sin equivocarme, que no sólo se la ha quemado, sino que las ha perdido”.

Al día siguiente, España entera se adhería a periódicos, radios y televisiones, consternada por la mandanga que la UCO desvelaba sobre Cerdán, Ábalos y Koldo, pucherazo en las primarias de 2014 incluido, y se preguntaba en vano si Sánchez convocaría o no elecciones anticipadas. Montero, abrumada, agazapada en el búnker, sólo se pronunciaba en Twitter: “Somos un partido y un gobierno honesto. Por eso es un día triste. Pedimos perdón por un comportamiento que no nos representa y ante el que reaccionamos con contundencia. Trabajaremos para que la verdad y la ejemplaridad en la vida pública se abran paso, cueste lo que cueste”. Lo de la amistad y el mejor secretario de Organización del PSOE, ya tal.

Y ahí sigue la señora visepreci, con las manos quemadas, ya digo, sólo metafóricamente. Igual comparte naturaleza con la Antorcha Humana. Mientras, Juanma Moreno invita a los suyos a una ronda más de Moët & Chandon.